Santa María del Páramo - Leon

CORNADA DE LOBO
Buscai un buzu

27/02/2011 PEDRO TRAPIELLO


Somos pocos y habrá que poner a las abuelas a parir (la demografía se enfría).
Estamos ciegos y buscamos desesperadamente un tuerto para rey (la política es así).
Somos listos, pero hay que hacerse el tonto (o el jefe se inquieta).

Somos víctimas, pero alguien nos carga el muerto (tacañeamos el consumo y cierran negocios por nuestra culpa).

La razón del paro son nuestros salarios (recórtense).

Somos culpables de la burbuja inmobiliaria por no comprar más pisos.

Y no nos preguntan qué hacíamos el día que fusilaron a Jose Antonio, porque los polis franquistas han ido muriendo o perdieron bríos (no te lo creas).

Tendremos que aceptar nuestro delito. Somos culpables de casi todo lo que está pasando.
Para que confesemos, cada dos minutos nos meten la cabeza en el bidet donde lava su culo una realidad algo puta.
Confesamos y, además, acatamos la pena que nos ponen.

Nos queda, sin embargo, la respuesta sensata de Manín Menéndez, un simpático borrachuzo ovetense que anda hoy pispo y chusco en una falsa noticia que rueda por ahí con cierta gracia.

Te cuento:

Prodújose de marugada hace quince días un atraco en una joyería de Oviedo.
Saltaron las alarmas y personose en el lugar la policía. El desvalijamiento era total.
De los ladrones, ni rastro. Pero dio en pasar por allí en aquel momento el inofensivo Manín Menéndez que se había trabajado aquella noche un pedo curioso y cantarín.
Le trincan; hay que cubrir expediente con algo y se lo llevan a comisaría, a un cuartucho donde tienen preparado un gran balde de agua en el que le meten la cabeza agarrándole del pecuezo. ¡¿Dónde están las joyas?!, le pregunta un poli. Manín resopla con cara de alucinado. Vuelven a meterle la cabeza en el balde.
¡Te he dicho que dónde están las joyas!... Manín se atraganta y les mira perplejo.
Por tercera vez le hunden la pelota en el agua, ahora todo un minuto, y muy sulfurados le preguntan de nuevo ¡¡¿que dónde están las joyas?!! Y Manín, ya un poco harto, les responde atragantado: ¡Cagon la mi madre, buscai un buzu, que yo no las veo!

Moraleja: como sigues sin ver el fondo de esta crisis en el bidet, dile al Gobierno que contrate un buzo. O dos.