San Miguel de Escalada - Leon

EL HILO

"Érase una vez un hombre cuya vida pendía de un hilo, que pendía de sus propios dedos".

Alfredo, como todos los capítulos sean como este, creo que lo terminarás más tarde que uno que yo sé, es decir, en el Juicio Final.

Bromas a parte, lo voy a leer con atención, porque ya en el post de ayer he aprendido toda la composición, y se nota, que sabes lo que llevas entre manos. Seguro que será ameno,distraido y nada pesado. Te auguro un éxito, ya te iremos aplaudiendo poco a poco, según lo vayamos leyendo. Hoy tres aplausos, porque dicen que lo breve y bueno ,tres veces buenos.

Un abrazo

José Miguel:

No podías ser otro!!!
Le he dicho al autor del libro: "Tengo una queja". Él me dijo: "¡Qué, un inconformista, ya?"... Yo le dije, disculpándote: "No... es un amigo, que tiene prisa".

Y me ha dejado poner otro capítulo, por lo que dices al final:

LO BUENO, SI BREVE...

Érase una vez un escritor que sabía aquello de que "lo bueno, si breve, dos veces bueno". Y que los buenos escritores logran con siete palabras explicar lo mismo que los mediocres con veinte. Por eso, revisaba y rescribía hasta la saciedad, eliminando palabras, reduciendo renglones, encogiendo párrafos enteros.

Y así procedió con un relato de cien páginas que había escrito. Trabajó día y noche durante meses y meses, eliminando lo superfluo, y dejando lo fundamental. Primero resumió su historia en cinco páginas; después, en una; más tarde, en dos párrafos; al cabo de un tiempo, en una línea; y, finalmente, redujo su relato a una sola palabra.

Era el cuento perfecto, la máxima economía del lenguaje, la reducción absoluta, la esencia de una historia, la perfección de la simplicidad.

Mostró, orgulloso, su otra a los demás. Pero sólamente obtuvo desdén, burla y disgusto; y todos le recriminaron con ferocidad que qué era eso de escribir únicamente una sola palabra, pues no tenía mérito alguno.
.....
...

corrijo:
En el último párrafo del texto del autor hay un error, ¡mio!... donde dice "su otra a los demás", debe decir "su OBRA a los demás"... (el autor no se se equivoca nunca ...?)...

Tienes razón , Alfredo, sólo que creo que soy un pardillo, porque no sé por qué creo que el cuento con una línea se ha acabado, y no deja de ser bueno, muy bueno.

Pero si me equivoco, sabes muy bien que prisa no tengo alguna, porque me falta tiempo para todo, y si todos son de una línea, no te quepa que los leeré todos los días, y si son como este te daré no tres aplausos, sino cuatro.

Yo sé que eres muy bueno sintetizando, y no creas que es broma, eso es muy difícil e interesante.

Un abrazo.

Venga, venga, José Miguel... deja el paso libre a los demás...
(es otra broma!!!)
Me dice el autor del libro que tienes ya mil puntos!!!

¡Hola, Alfredo!!!!!
Pues....

"Érase una vez un hombre cuya vida pendía de un hilo, que pendía de sus propios dedos". Porque era dueño de su propio destino!!!!!!. En él estaba la felicidad y la desdicha!!!!!


jajaja, yo sigo así el libro!!!!!

Un abrazo
Natalia

Natalia:

Buen "seguimiento" el tuyo... Yo podría seguir así: ...propios dedos, que pendían sobre las teclas de un piano lleno de música.

Pero, ¡no estamos siendo breves!!!

Alfredo

Y.... en la música desgranaba, sus nostalgias, sus alegrías, sus tristezas, sus deseos, y en ella preparaba su propio destino!!!! la música era su forma de manifestar, ese hombre, que su vida pendía de un hilo!!!!

jajaja, Alfredo, lo sigo así, porque ese hombre en la música va a encontrar su destino, su propio sino!!!!!
Un abrazo
Natalia

Tu última palabra ha sido "sino"... recuérdala!!!

Mañana le voy a pedir al autor del libro que me deje leer en voz alta un episodio sobre el "sino"...