Saelices del Payuelo - Leon

Las campanas de un pueblo forman parte de su identidad, es un medio de comunicación al servicio del pueblo, presentes en actos de culto, así como civiles.

Las de mi pueblo, yo diría únicas en la comarca fundidas de una pasta diferente, dotadas de un sonido singular, con el cual nuestros expertos, a golpe de badajo sobre el duro bronce, conseguían sincronizar diferentes sonidos, graves, agudos, repiqueteos con
efecto de largos ecos.

En tiempos ya lejanos, las campanas sonaban tres, o cuatro veces cada día, en diversos actos de culto, pasábamos más tiempo en la iglesia, que en casa.

El volteo o voleo, hoy impulsado por Claudio, y que domina como nadie, un saludo.
Más de una vez, escuché a los mayores que se oía el sonido diez kilómetros a la redonda, hay es na.

Este toque acelerado, nos transmite ambiente festivo, solemnidad, alegría, pero a la vez, se percibe sentimientos emocionales.

El toque a muerto: sonido que por si solo, lleva mensaje de dolor. Recuerdo esta frase que repetíamos los niños cuando tocaban a muerto, ¡Al cielo irás! ¡Al cielo irás!

Las campanas prestaban otros servicios, otra misión: toque repiqueteado reconocido a diferentes eventos, muchos ya, perdidos en el tiempo.

Tocaban a concejo: con el fin de concentrar a los vecinos en la casa concejo, o casa del pueblo para asuntos comunes.

Toque a cendera: para realizar trabajos esporádicos distribuidos entre los vecinos.

Toque a la vecería: por la tarde salían las vacas a pacer las eras de abajo, Valdevilla y Valdesuso una vez recogida la hierba, dos vecinos se encargaban de cuidar el ganado, pasando la vez cada día, de forma rotativa.

Toque a fuego: este toque denotaba alarma, recuerdo el incendio que hubo en el pueblo provocado por un camión al tocar con los cables de la calle, el susto fue de infarto, a un bombero le costo la vida.

Toque cuando se perdía una persona: quien no tiene presente el terrible caso del niño “Serbandin”, aquel fatídico día uno de marzo, a mediados de los cincuenta, el Santo Ángel de la guarda se lo se lo llevo con su madre.

También se daban casos de pastores: en invierno, en noches de cerrada y densa niebla, el regreso a casa desde la Hojasquera, Valdoreja, el Pilón, la Viñuela, u otros puntos en esta larga distancia llegaban ha perder la orientación, el sonido de las campanas les podía orientar, así como las tímidas luces del pueblo, que había cuatro y dos fundidas ¡era dura la vida de los pastores de antes!

Toque cuando se formaba tormenta fuerte, el sonido moderaba su virulencia, a la vez que se clamaba a Santa Bárbara y también se repetía esta frase ¡Tente nube tente tú, que más puede Dios que tú!

Así, cuando se moría una vaca de cualquier vecino, entelada o la daba un torzón, la carne se troceaba, se distribuía en partes iguales de manera que hubiera una parte por vecino, que recogería pagando una cantidad al dueño.

Toque a montería: tengo un vago recuerdo de que se hacían monterías en la Mata para la caza del lobo, aquí tengo mis dudas.

El llamado toque de queda, durante la guerra civil, este toque sonaba al anochecer, orden para que la gente se recogiera en casa, así lo explicaban quienes lo vivieron.

Todo se reduce a recuerdos.

Algunos versos que cantábamos los jóvenes:

Campanitas de la aldea
que llamáis al amor mío,
no toques hoy tan temprano
que hace frío, mucho frío.

Que esta nevando en la aldea
y mi amor ya esta dormido,
no quiero que se despierte
que soñando esta conmigo.

Guardar silencio campanas
mientras mi cariño duerme,
que no quiero darle un beso
para que no se despierte.

Saludos.

Se me ha puesto la carne de gallina Sopasdeajo;nunca se me olvidará la imagen de las pacas ardientes cayendo por los tejados ¡menudo carrerón que eché al bar para avisar con premura¡gracias a los vecinos se evitó una gran tragedia(AUNQUE UNA MUERTE YA LO FUE EN SÍ) y el tremendo incendio de la Mata(que bien poco nos han agradecido la intensa y multitudinaria colaboración de los vecinos), luego el de la casa vieja del Señor Leocadio, de la que sólo quedan los restos-2 noches vigilando el rescoldo por si avivaba-Por desgracia la suerte del bombero que falleció fue la noticia más tétrica de estos escalofriantes acontecimientos, junto con el tremendo susto del Señor Tivo, que nunca más lo echó del cuerpo.¡En fin¡ que las campanas suenen PARA LOS ACONTECIMIENTOS FESTIVOS ABUNDANTEMENTE,QUE ES LO QUE TODOS DESEAMOS porque(aún así) emoción ya nos trasmiten bastante .Buen finde

Para los que añoramos su sonido de fiesta, aqui esta;


salud y mucha maiz..!!

Escuchas las campanas y te sientes seguro y arropado: estás en tu pueblo.

digo yo... eso de volear las campanas tiene su riesgo, aparte del exceso de decibelios, se ha de andar listo para que en su volteo no te arree un buen estacazo en la cocorota, es más, no es dificil fallar en el empuje y perder el equilibrio hacia adelante, acabándote de empujar la campana o el contrapeso, en su próximo giro....más adelante todavia... uaaaahhh!!!

se ha dao??

No tengo noticias de crismas rotas.

Yo tampoco, pero no se me olvida el "accidente" casual o no, de Félix volteando las campanas (el de Flugencio y Flugencia),sito en Mataró y donde tuvieron que desplazarle urgentemente en helicóptero desde Sahelices:fue para él la vida;de lo contrario hace mucho que no contaría con ella.

alguien me contó que a otro alguien, le tuvieron que coger de los pies porque se iba para abajo de cabeza por el hueco... ¿es una trola, es un secreto o solo lo saben tres?

salut