Carta abierta para Alicia. Estimada: Espero que al recibo de la presente te encuentres con ánimos, muy a pesar de que se nos haya ido al garete el país de las maravillas. Con esto de la erupción volcánica, también yo me las prometía felices. Se suponía que surgiría del volcán una isla de las gordas, allá al Sur del Hierro. Los planes eran claros: Traemos p'a Sahelices a los 8.000 habitantes del Hierro, con sus cabras y otrosbichos, y nos lo pasamos en grande hasta que la islota nueva deje de humear. Habría que montar, eso sí, una tienda de ultramarinos y otra de jerseis. Yo me veía disfrutando de lo lindo, dormitando bajo los pupitres de clase, mientras Bous les enseñaba bable a los canarios y ellos guanche a los payolenses. Un mundo casi feliz, como ves; que pudiera llegar a serlo del todo si alguna congénere ..., en fin. No veas, Alicia; imagínate la escena final, al cabo de unos 6 años, ya en la despedida. Vas y les dices a los canarios: - "Y ahora, la isla nueva p'a vosotros". Hubiera sido una maravilla, pero, mala leshe: se apagó el volcán. Otra ocasión habrá. Un abrazo de quien bien te aprecia. |