Saelices del Payuelo - León

Si los perros son generosos, los gatos son todo lo contario: el colmo del egoísmo. No hacen nada por su amo. Si no fuera por su utilidad para cazar ratones, no les echaríamos para nada de menos. Y cada vez está más en duda esta su fama de cazadores.

J.P. yo tengo una gata, como ya sabeis, y le considero toda una excepción según la fama.Se comporta como todo un perrito fiel ¡eso sí¡ a veces, saca la "vena"a los extraños, pero si no sería un "muermo"
Aclaro que vive como una "Marajá" desde luego porque no le pedimos que cace ratones:está en paro pero sin preocupaciones de cubrir sus necesidades básicas.Ahora, yo me siento pagada con su fidelidad.

Ahora los animales domésticos se llaman "mascotas", y ellos están encantados. Han renunciado a su condición de animales por simple conveniencia: vivir mimados y sin trabajar.
Ni los perros se comportan como perros ni los gatos como gatos.
Nada que objetar.

Cuando era veinteañero y se ocupaba del rebaño familiar, Teodoro tenía un perro del que contaba maravillas. Así lo hizo una mañana de domingo en que estábamos en el Charco Bajero toda la chiquillería con vacas y caballos y llegó hasta allí con su rebaño.

El perro le obedecía en todo. Incluso le tirábamos palos al charco y, a una orden de Teodoro, entraba, lo recogía y lo devolvía a su amo.

Visto el éxito, convenció a otro de su edad de que el resultado era el mismo si tiraba la boina (en aquellas los mozos llevaban boina). Ni corto ni perezoso, aquél tiró su boina al medio del charco, pero entonces a Teodoro le cogió la risa floja y se negó a dar órdenes al perro, que sólo le obedecía a él.

Si el dueño quiso recuperar su boina, tuvo que coger el primer caballo que encontró a mano y entrar sobre él en el charco lleno de lodo y maleza.