Sabero - Leon

Como cada martes, Emerilda cargaba su balde de ropa sucia para dirigirse al río. Era el día de la semana que tocaba hacer la colada. Su rodea en la cabeza hacía menos penoso el caminar hacia el Pozo de los Bueyes cargada con el contenedor de aquellas ropas, casi todas de Tomasín, que lavaría con cariño y tendería luego a secar en los matorrales que circundaban la zona. Era un mes de Agosto muy caluroso y al caer la tarde su trabajo estaría concluído.

Sacó de entre los matorrales la piedra que en cada faena le servía de lavadera, la introdujo en el río, se arrodilló ante ella y frotó una y otra vez cada prenda empapada en aquel agua limpia azotándola con la gran pastilla de jabón casero hasta dejarla deslumbrante.

Así, a la vez que reía con los comentarios frívolos de Jacinta e intercambiaba dichos con Agripina, la mujer del guardia, a cerca de cada comentario en boga por aquellos días de rumores casaderos y preñeces predecidas, alternaba ratos de trabajo con minutos de reposo y sustento.

El pito de Vegamediana acababa de dar las cinco. Tomasín estaría al caer.

Todos los días que Emerilda hacía la colada, Tomasín y sus amigos se dejaban ver por el pozo. Solamente los martes podían darse un chapuzón en la orilla al amparo de sus madres. Siempre después de las cinco, tras el aviso de la sirena que comunicaba el final de la digestión.

En los prados de Regaceos, Tomasín, Ramiro Y Guillermo que se surtían de garbanzos verdes y alguna patata arrancada a la tierra para asar tras el baño, corrieron presurosos hacia el río despojándose de sus cortas ropas en el afán de arrojarse al refrescante remanso que conformaba un pequeño meandro en la orilla.

-Marichica el último, gritaba Ramiro mientras se arrancaba de cuajo sus sandalias.

Visto y no visto, los tres muchachos se sumergieron haciendo caso omiso a las indicaciones de las enfurecidas madres.
-Estais sudando. No podeis hacer eso, clamaba Emerilada desaforada mientras Belarmina preparaba la zapatilla para propinar a Ramiro su ración de calentura tras el chapuzón.
-De esta te vas a acordar.Verás con tu padre, rugía Jacinta acostumbrada a la misma amenaza en cada baño del crío.

A los pocos minutos, concluído el cabreo, se sintieron felices de ver disfrutar a sus hijos. Eso sí, sin perderles de vista y dándoles un millón de consejos por si acaso seguían alguno.

Al caer la tarde la comitiva comenzó el regreso hacia el pueblo. Los muchachos atajaban por el camino viejo con el ánimo de despojar de cerezas algún árbol ajeno. En el recodo que asoma hacia el prado del Toro relucían los frutos que poblaban las guías de aquel cerezal. Porque en Sabero eran cerezales y no cerezos como en otras partes, que así les llamaba Felipe, el primo de Guillermo, el que vino el año pasado y vive en Barcelona.

-Se dice cerezal, le habían corregido los güajes.
-Se dice cerezo, respondía Felipín
-Los cerezos son más pequeños, apostillaba Tomasín sentando cátedra una vez más. Y si sigues así a nosotros "nitenosarrimes".

Ramiro se aprestó raudo a enguilar por el árbol. Las cerezas estaban en las últimas cañas. El árbol se movía y costaba llegar.

-Ten cuidado Rami. A ver si te vas a caer, le avisaba Guillermo.
Pero Ramiro solamente miraba hacia la copa. Estaba a punto de conseguir un preciado trofeo y, si arrancaba la caña, sería la envidia de sus amigos.

Entonces sucedió lo imprevisto. La rama de apoyo cedió. Sus manos intentaron asirse a otras que no pudieron con su peso y el niño lanzó un grito desgarrador mientras caía al vacío ante la mirada horrorizada de sus compañeros.

¡¡Nooooo!!.¡¡Ramiroooooo......!

¡¡Que hospitalera se acaba de arrear Ramiro!!¿No,sr.Cabo? Aque sí ¿verdá?

Buenas noches Sr.Cabo. Con mis respetos le recuerdo que hace ya unos dias inició una historieta que ha dejado en suspense y cada dia busco sin resultado su continuidad. Que haga ud. el favor de seguir que esto se va a combertir en el cuento de las mil y una noche y que yo creo que a tantas noches ya no llego.Téngalo en cuenta por favor y siga ¡Por D... No lo pongo vaya a ser que a alguien no le guste.Hoy en dia hay que creer que un montón de latas espachurradas,es arte,que un amasijo de cables retorcidos,como los que se encontrarian en cualquier taller,es arte,que un feto "destripao"(aunque esté hecho de plastilina o blandiblú o lo que sea) es arte. Hay que creer en los políticos,en los banqueros,en Belén Esteban y sus palmeros pero para Dios,no hay sitio.¡Que vida ésta! Y el Sr. Cabo encima no me hace ni p.caso. Descanse bien,haber si mañana......¿eh? Buenas noches a tod@s

Joder que prosa esto solo te pasa a ti y a esas horas.... un abrazo para mi amigo el escritor perdido seria cojonudo haberte conocido en la epoca que no teniamos tele solo silincio frio y lumbre

me encantan esos relatos!

No guindo;además de frio y demás cosas que tú mencionas,habia un aparato de radio que era nuestra vida. Con una antena que habia que colgar de un lado a otro de la cocina para poder escuchar algo y que por las noches después de acostarnos a los pequeños,sintonizaban radio Andorra y otra semi clandestina (o clandestina del todo)porque la escuchaban a oreja pegada muy bajin que creo que era La Pirenaica. No puedo asegurarlo,porque como podeis imaginar ha llovido y nevado mucho desde entonces.Quizá alguien lo recuerde mejor que yo. Por cierto ¿porque en la radio de mi casa se sintonizaban mejor emisoras africanas? A mogollón. Nada más que tocabas un poco el botón ya salia una a relucir y nunca supe el motivo.Jolín,menuda cobertura que tenian los ellos. Buenas noches

era radio pirinaica,los mas pequeños nos dejaban escuchar matilde,periquo y periquin que la musica la cancion del colacao (yo no sabia lo que era )todavia no lo habia en el economato.Y recuerdo a mi padre escuchar con la oreja pegada ala radio y mi madre muy nerviosa enla puerta de la calle has que terminaba el parte ,lo entendi con los años el por que ¿El señor Cabo se nos a dormido? yo las correrias de Tomasin las vivi en vivo y en directo .El dia que mi madre como muchas mas iban a lavar la ropa al rio grande en aquellos añoso no lo llamavamos Esla ,para los chavales era fiesta aunque algunavez terminasemos cobrando y no dinero precisamente por que alguna preparabamos.
Señor Cabo inimese a ver como termina Tomasin y compañia
Un saludo al foro

Recuerdo que cuando nuestras madres terminaban de lavar la ropa alguna las mas jovenes se bañabamn bestidas eso si... y los guajes escundidos detras de una sebe mirando como la ropa mojada se les ajustaba al cuerpo.. yo no se como no acabamos tisicos.......

El despertar de Ramirín fué de inmenso asombro para la criatura.
Rodeado de sus padres y su hermana Lolina recorrió, perplejo y con la mirada perdida, la amplia estancia de baldosín blanco y camas enfiladas que en algún caso ocupaban gentes a su vez acompañadas de mirones.
Quizás estaba soñando, pensó en aquel momento interminable. Pero el abrazo de su madre, adelantada al señor de la bata blanca y pequeñas lentes le devolvió a la realidad. Se había caido del árbol y ahora estaba en el hospital.

Quiso mover su cabeza en un intento de levantarse y un fuerte dolor le doblegó sobre la almohada.

-No te muevas hijo. Ya pasó todo. Ya pasó.

Su padre, Herminio, dejando deslizarse una lágrima por aquel duro rostro que la mina se había encargado de esculpir no dudó en lanzarle la primera regañina
-Si tenía que pasar. Si...mira que te lo hemos advertido...¡jopelas!. Y volvía la cabeza para dismular su sensiblería.
Sentada a su lado, la mano de Lolina se aferraba a la del güaje como si hubiera vuelto de un largo viaje y la espera hubiera sido eterna.

Un auténtico milagro, sí, repetía una y otra vez su ahora reconfortada madre recordando la suerte de coincidir, tras la caída, el paso por la cuesta del puente de la "rubia". Aquella furgoneta que el bueno de Alfredo guiaba en su trayecto Sabero-Cistierna-Sabero.
Y le hablaba de la rapidez con que Tomasín y Guillermo se lanzaron al centro de la carretera para pedir un auxilio que era necesario de inmediato.
Luego, dos mozos que regresaban del pueblo vecino, saltando prestos le trasladaron asustados y veloces hasta el coche que le dejaría en el hospital al cuidado de D.Antolín.

Un milagro, un verdadero milagro, repetía una y otra vez la pobre Belarmina. Gracias Santa Rita (otorgaba el mismo a la patrona de los imposibles) gracias.

Mientras, sentados en la escalera del hospital, sus dos amigos secaban las lagrimas y se abrazaban al saber la buena nueva.
-Se ha curado. Decía Tomasín
-Si. A ver si sale pronto y nos vamos a la mina de la plata. Dicen que hay un murcielago gigante. Entraremos por la galería larga, la que dicen que está a punto del derrumbe.

Y la tarde, con gesto cansino, caía sobre el asustado pueblo.

¡Que "finde" más agusto voy a pasar! Sobre todo sabiendo que lo del chabalín no pasó de castaño oscuro.Muchas gracias Sr.Cabo y que ud.lo disfrute también a su entero antojo.Salud y saludos

hola MARISAEL, los relatos del señor cabo tendrian que leerlos mucha jente que no tiene noticias de este foro,y a la vez tienen mucha nostalgia de los años vividos en el pueblo.
Los años de Tomasin, y su madre ,los vivimos mucha jente,es cierto las escuchas en la radio,y a la vez pendientes del que vecino,ni se enterara,radio andorra y las dedicatorias estavan mejor por si acaso¡
Es un placer,leer estos relatos ,,.pendiente del proximo relato animar al señor cabo,y seguro que Tomasin y sus amigos cojen al murcielago de la mina.
Un saludo al foro

estoy de acuerdo y soy la primera en reconcer que los relatos de el Señor Cabo es de lo mejorcito que se lee en los foros del valle,yo naci y vivi veinte años en el valle (creo que soy mayor que vosotros)me veo reflejada en Tomasin y compañia por que aquellos años fueron imnolvidables.
¡ya quisiera yo saber espresarme como el Señor Cabo!
soy la que mas animo a este Señor que siga con sus relatos por que son mi infancia,que tendria para escribir un libro.
Animo Señor Cabo es peramos sus relatas
Un saludo