Sabero - Leon

La recogida del aguinaldo en el "colomato" era un ritual al que cada año asistíamos con deseo y ansiedad. Aquella botella de "champan" asturiano de el Gaitero, (más tarde el real francés DUBOIS) las naranjas (dos por integrante de la unidad familiar que diría hacienda)las pastilas de turrón, el medio pollo (también troceado para cada persona física, que no jurídica)los mazapanes de Toledo, las pasas y demás prebendas bendecidas por Hulleras constituían la base del sustento navideño en aquellos años de trabajo y necesidad.

Cuando en la Navidad del 64 (mira tú si ha llovido), observabamos la caravana de mujeres porteadoras en dirección a casa cargadas del divino material, poco podíamos imaginar el drama que se cerniría en casa de Argimirín.
Era aquel un chaval de padre gallego y madre de las Arrimadas que apenas esbozaba sonrisas durante el año y estaba seducido por el encanto del aguinaldo. En aquella fecha sus familiares se reunían alrededor de la mesa de comprobación para observar el verdader milagro de su Navidad: La sonrisa de Argimirín.

Pues bién, el niño recibió a su madre alborozado, como cada año de los pocos que tenía, y comenzó el arqueo de la mercancía mostrada. De pronto sus manos comenzaron a temblar. No podían sujetarse. Mezclaba en su angustiosa exploración naranjas con turrones y pollos con mazapanes a la caza del tesoro que aquel año su buena madre le había prometido.

Pero no estaba.Se habían olvidado de él. No encontraba el regalo prometido y en lugar de una sonrisa se soltó un pecado que, al ser el primero de su vida, dejó estupefactos a todos los parientes.

Fué entonces cuando Servando, su fiel padrino, se dió cuenta de lo que acontecía y raudo salió hacia la tienda de golosinas que Florencia regentaba en barrio Medio. Él devolvería la sonrisa a su ahijado y la Navidad sería como las anteriores, con los mejores deseos (por unos días) para todos y los cánticos a los peces con secaño interpretados en familiar orfeón tras el orujo y los sequillos.

Así atravesó el portal tras el cuarterón protector y mostró el preciado tesoro por el que el niño a punto había estado de morderse las uñas. El paquete de peladillas que la madre habría perdido por el camino o en el mejor de los casos le habrían sustraido en alguno de sus descansos de porteadora por darle a la lengua.

De este modo todos fueron felices y ahora, años después, recuerdan con nostalgia aquellas fiestas en las que hubiera supuesto una verdarera pesadilla la falta de las imperiosas peladillas por Navidad.

Feliz Navidad a todo el Valle de Sabero y Alejico.

Muchas gracias y mis mejores deseos también para ud.Sr.Cabo

Gracias Cabo por despertar nuestros recuerdos.

Salud y feliz Navidad a t@dos.

Leo y releo sus relatos porque me encantan y traen a mi memoria cosas por ahí escondidas entre los michelines que los años (y más en estas fiestas) van dejando y siempre, me arranca una sonrisa en éste caso un poco nostálgica que quiere que le diga.Es increible que tanta necesidad diera tanta felicidad y rebusco en la memoria y recuerdo todo el aguinaldo como si delante de mí lo tuviera y aquella barra de turrón que parecia un ladrillo y que en mi casa tenia todos los años su parte negativa y le diré por que.
Como ud.sabe aquello se llamaba porque lo era turrón duro,pero duro duro que a la hora de partirlo venga Dios y lo vea,pues ya aparecia mi padre con el martillo,bueno vamos a ser sinceros,a falta de martillo venia con un hachina pequeña para darle con lo de atrás y entre que ya los efluvios de todo el dia pegandole al tintorro y el nerviosismo de que mi madre empezaba (y no terminaba) a rezongar con él,terminabamos todos los años pues eso,comiendo el turrón casi a cuatro patas hecho migas por el suelo porque mi padre pagaba su mosqueo con el turrón,pero ¡que bueno estaba! Cuando ya ibamos creciendo nos daban un traguín del Gaitero que ya cantabamos una tras otra.Surgian los villancicos casi solos. Bueno que decir que ud.no sepa¡¡¡Que años!!!

El gamusino, y el Cabo, con sus escritos tan fantasticos ,nos despiertan las nostalgias de aquellos años,y de las navidades del pueblin,lo del turron si que se lo curraba uno para comerlo,en casa se metia en el trapo de la cocina,y se daban golpes para poderlo comer ,las migas ,mas que otra cosa,,y que rico nos sabia .y recuerdan los muñecos de nieve que se hacian?¡¡Que tiempos¡¡¡

CABO, METE UN POCO CAÑA......A ESTE PASO QUITAS EL PUESTO A VALDANO.UN SALUDO A TODOS