Este país no tiene desperdicio Este país no tiene desperdicio, y eso nos va a llevar a la conclusión de que aquí nos vamos a tener que inventar una nueva forma de gobierno, inexistente todavía, para ver si esa nos cuadra.Será que somos unos sujetos un tanto indomables, un tanto incorregibles, o tal vez un tanto inaguantables. Aquí padecimos una dictadura durante casi cuarenta años, todos estábamos hartos de semejante forma de dirigirnos, pero todos y sobretodo los más enemigos de ese régimen aguantaron estoicos esos más de 35 años con un comportamiento poco valiente de aparente aceptación complaciente.Solo al final cuando aquel régimen se debilitó hubo algunos que levantaron su voz, tímidamente, y se envalentonaron contra un enemigo que ya agonizaba. Se muere el dictador, los adictos al régimen sienten la necesidad de abrir los brazos hacia una democrática solución política en nuestro país y se emprende un periodo de transición en el que todas las fuerzas políticas son legalizadas y llamadas a unir sus voluntades por un borrón y cuenta nueva que cerrase, definitivamente las heridas de aquella maldita guerra de la que todos fueron culpables y que tanta sangre española se derramó de forma innecesaria e injusta. Y viene la democracia, y ya no nos manda un dictador pero nos mandan muchos políticos que unas veces porque no saben y otras porque más que gobernantes se creen amos del cortijo resulta que en otros treinta y tantos años vienen a demostrar que la democracia empieza a fallar, que todos quieren mandar, que todos quieren manipular a su provecho los fundamentos del Estado de Derecho, y que todos piensan que pueden meter la mano en el bolsillo de los contribuyentes y hacer de su capa un sayo. Hay en todo esto un Rey, que se eligió como garantía de continuidad, de seguridad, y de estabilidad de la naciente democracia y que demostró en su momento defender la Constitución y ahuyentar firmemente los intentos ilusorios de un paso atrás incomprensible e inaceptable. Pues bien, estamos casi desahuciados de Europa, estamos casi decepcionados de nuestra democracia, casi enfrentados y abocados a una desmembración del Estado Español, y ya al final y por si fuera poco se empieza a cuestionar nuestra Monarquía. Y ya se oyen voces que apuntan hacia una hipotética República como posible solución de nuestros males, cuando repúblicas tuvimos¡ tres en España y ya vimos como terminaron. En definitiva que los españoles, somos tan especiales que vamos a tener que inventarnos nuestra particular forma de gobierno. Que Dios nos pille confesados. |