LA TERCERA PATA Si bien es verdad que en teoría nadie, ni siquiera los jueces, están por encima de la ley hay múltiples evidencias de que la tercera pata del antiguo poder goza, en estos tiempos, de excelente salud. Recientes sentencias judiciales, con significativos y razonados votos discrepantes, así lo demuestran, como también lo demuestra el TS, máximo representante, y penúltima trinchera, de ese antiguo poder, en su actuación frente a un juez atípico como el juez Baltasar Garzón. Como en ocasiones anteriores hay razonamientos jurídicos para mantener una cosa y su contraria, pues en eso consiste la idea de que la ley es interpretable y los jueces son sus intérpretes, ya que ese antiguo poder sabe por centenaria experiencia como, cuando y donde debe actuar para defender los intereses que son la base de su permanencia. Según que razonamiento jurídico se aplique, SORTU es legal o no lo es, el llamado caso faisán es colaboración con banda armada o no y el juez Garzón ha prevaricado o no en sus actuaciones tal y como sucedió en su momento con las cintas del caso Naseiro, anuladas porque afectaba de lleno a los intereses de ese antiguo poder. La tercera pata del antiguo poder es quien, en última instancia, decide como, cuando y donde hay que interpretar las leyes y así mientras los ciudadanos ejercitan los ritos democráticos ellos velan para que se efectúen todos los cambios necesarios para que en el fondo no cambie nadada. |