Riego de la Vega - Leon

Los 30 millones de euros de esta costosa visita Papal a España, seria un donativo bien recibido en cualquier campo de refugiados del mundo. Lo que nos debería llevar, a reflexionar sobre este ser tan contradictorio, al que las autoridades políticas del mundo le dispensan un trato tan especial.

Como obrero de iglesia pobre, entiendo que el Papa no tiene fe en Dios, no cree en Dios. Pues el mismo, se proclama su intermediario. Haciendo de Dios un discapacitado sin ciencia y emociones, sin poder, ni conciencia para comunicarse directamente con su propia obra: cada ser humano.

Como si Dios no tuviese el poder, la sabiduría y el amor infinito para que cada una de las criaturas que el mismo ha creado, no fuesen conscientes de su creador.

Si como dice el evangelio: “no crece un solo pelo en vuestra cabeza, ni crece una sola brizna de hierba, sin que lo sepa Dios” Cabría preguntarse ¿qué idea, tiene el Papa de Dios? ¿Qué cualidades se cree tener el Papa, que no tenga Dios…? No tiene un cerebro, un cuerpo como todos los demás hombres, no tiene sentimientos y emociones, no tiene temores y anhelos como todos, pues entonces ¿a que tanta ostentación haciéndose llamar representante de Dios en la Tierra?

Hasta tal extremo su egolatría y arrogancia, se cree tan imprescindible, que sin su representación la gente dejaría de vivir en y con Dios.

Dios, a sus criaturas, ¿no les pone un cerebro y un corazón para pensar y sentir quien les ha creado? ¿Acaso, Dios hace una excepción, cada vez que la curia cardenalicia, se reúne en el Vaticano para elegir un Papa, y por ello le da un atributo especial de dialogo con Dios, que le niega a los demás creyentes? El Papa no solo se lo niega, sino que reprime en todos los creyentes con la excomunión, si se toman la libertad individual para interpretar a Dios

Que un solo hombre tenga la potestad sobre la conciencia o espíritu de los demás, es un insulto a la creación de Dios, porque elimina la posibilidad de que cada ser humano sea su receptor, de modo, que nadie tenga poder sobre las conciencias de los demás.

Cada ser humano, tiene tanto derecho como el papa mismo, a expresar sus ideas y sentimiento sobre Dios, y a ser tan respetado como él, al hacerlo.

Pero sin embargo, la represión ejercida tiene tal arraigo en la sociedad, que ante la opinión sobre cualquier tema que vierte el papa: por muy descabelladas que sean, no despiertan la menor incomodidad, no ya en los individuos, sino en la mayoría de los colectivos representativos de la sociedad, ni catedráticos y profesores de universidad, ni la comunidad científica, ni sindicatos, ni patronales, docentes, asociaciones de vecinos, etc. como si estos colectivos carecieran de conciencia, y por tanto, de ética y moral, es mas: ¿estaría el clero en disposición de aceptar una critica continuada, por parte de otros colectivos, como la hace ella hacia la sociedad en general?

El papado, así como la jerarquía eclesial de todas las religiones, son una burla a todos sus creyentes, ofensiva a Dios, ya que hace a la mayoría de la humanidad, hijos sordos a sus palabras. Parodia de Dios que solo escucha, a un privilegiado que vive en la opulencia: cabeza visible de una iglesia de creyentes ricos que se hacen ricos a costa de los creyentes pobres.

Queda pues, desde la humildad del que trabaja para ganarse el pan de cada día, y no para enriquecerse a costa de los demás, perder el miedo a decir que todos somos hijos de Dios y suya nuestra inspiración, no hay privilegios.

Un obrero de iglesia pobre.