Riego de la Vega - Leon

Me pregunte recientemente que había ocurrido para que en un corto plazo de tiempo nos diferenciáramos tanto de lo anterior. Me vino algo a la cabeza: El tiempo.

La esperanza de vida se triplico en los países desarrollados en menos de doscientos años. Nunca había ocurrido nada parecido en ninguna especie; y mucho menos en tan poco tiempo.

Nacen nuevas necesidades.

En primerísimo lugar, abordamos un gasto de mantenimiento capital como son los factores que, ciertamente, contribuyen a la felicidad. Al fin y al cabo, antes eso correspondía a la otra vida.

Al estudiar las bases de la felicidad, la psicología distingue dos fuentes: El placer y el sentido que da a la vida un determinado compromiso.
Para que la felicidad perdure mas allá de un instante, es preciso que sea fruto no solo del placer, sino también del sentido o significado que da a la vida un compromiso.

Pero, ¿Y en la practica?, Cualquier estudio que se observe apunta a una infelicidad creciente en las sociedades desarrolladas. Muchos lo explican haciendo un paralelismo entre la inversión excesiva en bienes materiales, en detrimento de valores de mantenimiento mas intangibles.

Aunque en realidad, yo lo achaco al relativismo moral.

Las necesidades humanas tienen carácter histórico.

Mas allá de la animalidad, todas las necesidades humanas, incluso las sexuales, son históricamente determinadas. Y, esta nueva era nos conduce al placer, que no al compromiso.

Un saludo