Riego de la Vega - Leon

El gobierno actual del PP se enganchó desde el primer momento de la legislatura a construir su particular destrucción del país basándose hábilmente en un discurso descalificador de adversarios y competidores políticos por la desastrosa ´herencia recibida´ del gobierno de Zapatero. Ellos eran los únicos salvadores posibles.


Ellos saben y todos sabemos que todos los gobiernos reciben y dejan herencias.

Los centristas de Suárez dejaron una apertura democrática impensable, después de la gravísima herencia franquista del ‘atado y bien atado’; a pesar de lo que añoran hoy día esta herencia muchos conservadores populares.

Los socialistas de Felipe González y Zapatero dejaron en sus gobiernos un Estado de Bienestar con educación, sanidad y servicios sociales universales y gratuitos; un ingreso en la Unión Europea, que tantos beneficios nos ha traído como país y como ciudadanos para nuestra consolidación democrática y para nuestro gran desarrollo económico; una legislación progresista y envidiada de derechos y libertades cívicas y una pacificación del sangrante terrorismo vasco.

Los gobiernos de Aznar propiciaron un crecimiento económico grande, pero insano y basado en las privatizaciones indiscriminadas y brutales de lo público; en la promoción de las condiciones óptimas para una incontrolable burbuja inmobiliaria; modos inmorales e institucionalizados de corrupción política y una inclusión en una guerra mentirosa y que aún trae cola en Irak; amén de un creciente autoritarismo, un brote y reforzamiento de nacionalismos peligrosos en Cataluña y una condescendencia con la Iglesia institucional poderosa. A ésta última complacencia también contribuyó la gestión equivocada de los gobiernos de Zapatero (prebendas económicas y fiscales, Estado aconfesional de palabra, pero concesivo de hecho).

Zapatero cometió buenos errores en su etapa final, sobre todo en lo referente a no reconocer la Crisis Económica, al cambio constitucional para plan de estabilidad económica y a no frenar a tiempo la Burbuja Inmobiliaria. Y ya pagó claramente sus errores con una profunda derrota en las elecciones de noviembre de 2011.

Pero, que no se olvide, los ciudadanos españoles hemos sufrido y seguimos pagando la terrible herencia franquista, que tanto gusta aún a muchos políticos del PP y a muchos de sus votantes nostálgicos.

Un miembro del actual gobierno dijo en su dia al principio de esta legislatura "NO OS PREOCUPEIS,NOSOTROS LOS POPULARES UNDIREMOS ESPAÑA, PERO SEREMOS CAPACES DE LEVANTARLA"

La Crisis Económica mundial, nacida en EE.UU. ha contaminado y agravado también, como herencia maldita, nuestra propia crisis económica europea y española.

No es verdad que el Gobierno de Rajoy esté arreglando la Crisis.

A nivel de grandes parámetros de la macroeconomía se atisban algunos datos, que están mejorando a nivel mundial (prima de riesgo, seguridad inversionista y financiera, confianza de las agencias de calificación…) y que nos repercuten positivamente, pero que no garantizan una salida segura, rápida, sólida y equitativa de la Crisis.

Rajoy y su gobierno, con lo que mentirosa y enfáticamente llaman su ‘Plan de Reformas para la Sostenibilidad del Sistema’ no sólo nos dejarán una herencia pavorosa, sino que ya estamos sufriendo una Herencia terrible fundamentada en razones clasistas e ideológicas conservadoras y de privatización máxima de lo público. Herencia fundamentada en graves realidades como:

1. Una gran Austeridad para la gran mayoría de ciudadanos y un empequeñecimiento y empobrecimiento de las clases media, frente a mayor enriquecimiento de los ricos.

2. Una creciente y sangrante desigualdad en derechos y en posibilidades económicas.

3. Desaparición de derechos laborales, trabajos y salarios miserables y de alta precariedad y temporalidad, incluyendo muchos más desempleados y menos subsidios de desempleo.

4. Pensiones menores.

5. Destrozos injustificables en la Educación, desastres en la Sanidad Pública y abandono de los apoyos a la Investigación, al Medio Ambiente y a Energías Renovables.

6. Deshaucios inmisericordes de viviendas a familias sin recursos.

7. Mayor desigualdad y pobreza generalizada y, en especial, en millones de niños.

8. Una deuda pública bestial, que tendrán que pagar las generaciones presentes y futuras. Ha crecido de forma galopante (más de 60 del PIB) durante este gobierno del indolente y frívolo Rajoy.

9. Un rescate económico de las entidades financieras cercano a los cien mil millones de euros, que tendremos que pagar de forma injusta y con nuestros impuestos todos los ciudadanos.

10. Un modelo fiscal, que prima a los ricos y poderosos frente a las clases medias y excluidas; que sigue potenciando la recaudación mediante impuestos indirectos frente a la imposición más directa y gravosa para las clases, entidades, empresas y sociedades pudientes.

11. Una cultura de pago y no favorecedora de la creatividad ni de la accesibilidad popular

12. Una desconfianza de la política y una separación peligrosa de muchísimos ciudadanos de una Democracia Representativa y que la quieren más Participativa, exigente con sus representantes, tranparente y ejemplar de verdad.

13. Una limitación creciente de posibilidades de Justicia justa, rápida y gratuita para todos, no sólo para los poderosos.

14. Una represión en aumento de las libertades de Expresión, Manifestación y Reunión.

Mucho debería contenerse el candidato popular a las elecciones europeas, señor Arias Cañete, de hablar de herencias. La de su gobierno y su partido será impagable y difícilmente recuperable.