En España hay muerte en las calles En España hay muerte en las calles. Hay gente sin esperanza, gente sin futuro. Pero también gente sin miedo, gente valiente, gente que pelea sin descanso; trabajadores y trabajadoras que no se rinden, gente de buen corazón que lucha por ellos y por los suyos contra un gobierno sin vergüenza, sin pudor y antipatriota. Un gobierno que va en contra de sus compatriotas, que disfruta con la humillación de sus ciudadanos; un gobierno hostil, censurador, e impresentable. Como dije antes, un Gobierno que ha perdido la vergüenza, y cuando eso ocurre, somos los ciudadanos los que perdemos el miedo, porque es lo único y lo último que podemos perder. Nos lo han quitado todo. Muerte en las calles. Y no hablo sólo de muerte física, que también. Nos han matado las ilusiones, los sueños, los deseos de un mundo mejor; nos han matado la solidaridad, las ganas de avanzar, el derecho al trabajo, han intentado matar derechos civiles; nos han matado vilmente todos los derechos de ciudadanía que han podido y pueden. Puedo afirmar sin ningún tipo de miedo (ese ya me lo despojé) que lo que estamos viviendo ahora mismo es un nacionalcatolicismo, sólo que revestido y convertido; estamos inmersos en un nacional-liberalismo. La ley de la jungla es lo que se lleva ahora. Hay que ir directamente a por las clases medias y bajas, a por las minorías, a por los inmigrantes, a por las mujeres, a por los jóvenes, a por la cultura, a por la Sanidad, la Educación y a por todo aquello que nos hace mejores como sociedad. Y hay que seguir dando obscenamente dinero a la Iglesia Católica, protegiendo a los bancos... Hay que echar de una casa a una familia que no puede hacer frente al pago de su casa, pero a los bancos que tienen miles y miles de casas vacías hay que seguir dándoles de comer descaradamente. ¿Qué mundo es este? ¿Qué sociedad es esta que culpabiliza a una familia que, encima, por culpa de esta crisis no puede pagar su casa, y ayuda a bancos que son los que han generado esta crisis con sus hipotecas basura? Es un mundo descorazonado, y yo no quiero este mundo ni para mí, ni para mis amigos, ni para mi familia, ni para mis hijos, ni para nadie. Tenemos que construir entre todos una sociedad más justa, pero no me quiero quedar sólo en la frase hecha, voy más allá. Hay momentos en la vida y en la historia, que para construir, hay que destruir. Y este es uno de esos casos. Basta ya de tanta tolerancia con la corrupción, ya basta de quedarnos impunes ante familias destrozadas. Este Gobierno, con Rajoy a la cabeza, está siendo el principal actor del expolio que está sufriendo España. Y somos nosotros, los españoles, a los que están expoliando directamente, y en algunos casos, usándonos como coartada, diciéndonos que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Es un mantra que no estoy dispuesto a repetir. Ni yo, ni la mayoría de la sociedad española ha vivido por encima de sus posibilidades. Los que sí han vivido por encima de sus posibilidades son los que siguen viviendo a día de hoy aún: los bancos, los hombres de negro, la Iglesia, las grandes fortunas (exentas de impuestos). Culpen a ellos de esta crisis. A los españoles trabajadores que sólo saben ganarse la vida, déjenlos ya en paz. Esos mercados que tanto os gustan son los que están asfixiando a la sociedad española, en connivencia con una Europa desleal con sus ciudadanos; una Europa entregada a la causa de los mercados, y desligada de su causa original, que es la causa social. Una Europa con la que yo no me identifico. Una España que no me gusta. Hay muerte en las calles, y es esta Europa y esta España del PP quien lo permite. Sobre la ciudadanía española que no recaiga ni una culpa más. @MarianoBeltran |