Puente Castro - Leon

Diez familias portuguesas de Astorga son objeto de un programa de integración
El colectivo participa en la adecuación paulatina de sus viviendas y el adecentamiento del entorno

30/11/2009 maite almanza | astorga



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Un grupo del colectivo trasmontano
Norberto

Diez familias trasmontanas portuguesas se están beneficiando en Astorga de un programa de intervención familiar de la Diputación que desarrolla un equipo formado por un psicólogo y un educador, y que pretende avanzar en su integración social. El programa lleva un año en funcionamiento, y afecta a unas treinta y cinco personas de todos los segmentos de edad, desde niños a ancianos, e incluso mujeres embarazadas. Además, el departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Astorga se ha sumado a esta actuación y colabora, junto con los centros de acción social y el centro de salud, en tareas complementarias que contribuyan a mejorar la calidad de vida del citado colectivo.

Estas familias se encuentran en situación de exclusión social ya que carecen de los recursos y habilidades necesarios para afrontar las problemáticas que les van surgiendo en distintos ámbitos, como el personal, el sanitario, el educativo o el referido a la vivienda. Sin embargo, las actuaciones abordadas en el marco de este programa han permitido ya acondicionar el entorno de las casas, ordenar el espacio reservado para la chatarra que supone su principal medio de subsistencia, y avanzar en cuestiones como el aseo personal o la mejora en la forma de vestir. Del lugar, después de la realización de tareas de limpieza, fueron retirados unos cincuenta contenedores de obra llenos de enseres desechados.

Baños y tejados. Las viviendas que habitan estas familias, en el entorno de los denominados Pabellones del Oeste que en su momento fueron instalaciones ferroviarias ligadas a la línea de tren de la Vía de la Plata, presentan un estado dudoso de habitabilidad. En el marco de este programa, algunas de estas casas cuentan ya con baños o tejados renovados, han recibido una mano de pintura o mobiliario retirado y donado por las instituciones. Los trasmontanos han participado activamente en las labores de mejora de la zona, El equipo técnico del programa se siente muy satisfecho por esta respuesta, pero son conscientes de que la continuidad es la clave del éxito y de que es preciso realizar un seguimiento para evitar que las familias abandonen las costumbres que han ido adoptando. No en vano el Ayuntamiento llevaba trabajando, con numerosos altibajos, desde la década de los noventa en favor de la integración social de estos colectivos desfavorecidos. «Casi todos trabajan, en la chatarra o en otras cosas, y los demás tienen pensiones que les corresponden por edad o por invalidez. No necesitan ayuda económica, tienen posibilidad de vivir decentemente», señaló la concejala de Servicios Sociales, Victorina Alonso. «Nosotros nos damos cuenta de que esto funciona», añadió uno de los beneficiarios del programa.