Páramo del Sil - Leon

Como Eduardo Zaplana, su correligionario en el País Valenciano, el señor Ángel Calvo es un devoto de los parques temáticos. Ahora bien, mientras el ex portavoz del Gobierno español optó en su día por el cine, las aventuras o las ciencias como ejes principales de sus proyectos megalómanos, el señor Calvo parece preferir el de la destrucción del territorio. Así, el alcalde de Páramo del Sil pretende convertir la pedanía de Anllares del Sil en un enorme escenario de devastación al aire libre, en un gran plató de pruebas sobre cómo actuar de espaldas al sentido común, sobre cómo obviar el mínimo respeto al medio ambiente. Afortunadamente, hasta la fecha no se ha anunciado que pretenda cobrar entrada por todo ello, hecho que redundaría, sin duda, en una amplia difusión de esta atracción múltiple.

A la cantera, gravera y central térmica existentes desde hace más de dos décadas y que se eternizan en el tiempo, el señor Calvo planea añadir una guinda muy particular. Otra explotación de pizarra, en un área de especial protección natural, que abarca varias montañas e incluye un castro celta. Sí, un castro celta en un espacio que hoy día, y si el señor Calvo no lo evita, está condenado a los peores designios. ¿Será, por fin, Anllares del Sil centro de atención, gracias a ello? Es bastante posible. A los medios de comunicación les atraerá, a buen seguro, captar el momento en que se proceda a desmontar esas piedras que llevan tantos años en el mismo sitio, invadidas por la maleza.

Sin capacidad alguna para atraer nuevos habitantes o ingeniar iniciativas que compensen tanta ruina, la población fija de Anllares gira alrededor de unas veinte personas. De nada ha servido hasta ahora estar envueltos por estos tres extraordinarios focos de explotación. El censo ha caído de forma vertiginosa, y es que poca de la mucha gente que allí trabaja desearía vivir en un entorno tan degradado. Hasta hoy, nadie. En cambio, el Ayuntamiento de Páramo del Sil aprueba asaltar el único flanco virgen, para conseguir, definitivamente, la cuadratura del círculo: Anllares, un municipio abierto por los cuatro costados.

Desconocemos cómo actuaría el alcalde Calvo si el destino le hubiese colocado al frente de alguna población situada en plena sierra de los Ancares. No descartemos, en todo caso, que hubiese seguido los pasos de otro insigne compañero de partido, don Manuel Fraga Iribarne, firme partidario, en su día, de reconstruir el ‘teito’ de las ‘pallozas’ con placas de uralita. Curiosa fijación, la de ambos dirigentes, por los vestigios celtas de la zona. Al fin y al cabo, la palabra sostenibilidad debe ser tan ignorada por el uno como por el otro. El uno, con las playas negras. El otro, con los montes abiertos.

Que repare el señor Calvo, al menos, en un detalle. No todas las carreras políticas son tan duraderas como la de “don Manuel”. Muchas, cuando parecen imparables, chocan y se derrumban cual castillo de naipes. A menudo, pues, decaen más rápido de lo que se pueda sospechar; entonces es cuando uno se pregunta cómo pudo irse todo al traste, con lo que costó ascender la montaña. Y es que, a veces, las montañas se vacían. No se sabe muy bien por qué, pero se vacían, y allá donde había montaña, no hay nada.

El diputado provincial Ángel Calvo, responsable del área de vías y obras, ha de decantarse sobre Anllares, en su calidad de alcalde. Porque Anllares se encuentra bajo su responsabilidad, y sobre esta pedanía se cierne una amenaza considerable. Al humo y al ruido de la central térmica, al rigor de los colmillos de las palas que devoran el monte y se acercan sin oposición al bello pozo Txeiroso... a todo ello se puede añadir, si él no lo evita, la embestida final. La aprobación de la nueva cantera de pizarra sumiría al municipio en un agujero del que no podría salir. Sus casas quedarían tan cercadas por este cúmulo de ataques al medio ambiente que no se conoce una situación igual en toda la comarca. Sería firmar la sentencia de muerte de una aldea que ya agoniza. El señor Calvo tiene que decidir si desconecta la sonda que aún ata Anllares a la vida y, acto seguido, rubrica su acta de defunción. En sus manos está. Que no se las lave, por sucias que las tenga de tanto polvillo como sueltan las máquinas. Que no delegue, pues no puede delegar: es él quien ha de decidir. Esperemos que no demuestre ser un político de política pequeña, de andar por casa. Simplemente ha de imponerse, dar un golpecito en la mesa, lo entenderá todo el mundo. Debe aceptar que el respeto hacia nuestro entorno es capital, y que ese entorno es el único capital de Anllares. Ójala sea capaz de tejer un discurso propio, al margen de convencionalismos estériles, y no cometa la torpeza de regirse por los parámetros que utilizan algunos de sus convencinos. El señor Ángel Calvo tiene que hacer evidente que pertenece a otra generación, que el “desarrollismo” forma parte del pasado, que hoy, afortunadamente, primarn otros valores. El “todo vale” es propio de éspocas pretéritas, cuando no se tenía constancia de cuan dañino podía resultar entender la tierra como un simple usufructo a nuestra disposición.

Hoy sabemos mucho más que ayer, contamos con la experiencia de la experiencia. Absolutamente nada positivo reportará esa cantera a la ciudadanía de Anllares. Ni a los que allí residen ni, tampoco, a los que aquello aman, desde la distancia y a menudo ‘in situ’. Ángel Calvo no puede dejar al pueblo huérfano, un conjunto de casas sin ocupantes siquiera estacionales.

Anhelamos que el señor Calvo no actúe de forma sumisa, conservadora, que no fomente la especulación. Ansiamos que no lo haga, o mucho nos tememos que de lo contrario se arrepentirá. Es impensable que una persona (in)formada acepte lo inaceptable, porque sí. 12.000 euros anuales no compensan tanto atentado como se quiere perpetrar. Nuestra tierra, nuestro hábitat, el de nuestros antepasados, no tiene precio. Alguna vez, mezcla de ignorancia y de necesidad, hubo que permitirlo para salir adelante. Hoy no es preciso. Hoy, proceder de idéntica manera, significaría violar la racionalidad. Un alcalde, si ama a su pueblo, no lo mata.

fipo y me escojono contigo que rollo as soltao que no pude terminar ni de leer

se te tendria que caer la cara de verguenza por criticar al unico alcalde que ha hecho algo por el pueblo......se nota que llegan las elecciones y eres de la oposicion ja ja ja ja

Todo eso esta muy bien, ahora puestos en materia medioambiental, prohibamos tambien la pesca de nuestro casi muerto rio y sobretodo y fundamental, todos los cotos de caza, que todo esto daña y mucho, o eso no te importa?

claro como a ti no te dan el sobre pa llenarte los bolsillos, parate y preguntate cuantas familias comen de esas empresas.
clro que como tu eres ecologista ,no sabes ber que en las juntas vecinales de esos pueblos no entra mas dinero que el que dejan esas empresas ,y nosotrs en vosotros solo vemos vuestro afan de protagonismo y de vivir si trabajar si se puede .
teneis suerte de tener un alcalde como ese ,y algun dia vos dareis cuenta que si no estais abandonados , es por que ese sñor se digno en hacer ese trabajo que gente como tu sertia incapaz de hacer.

SUERTE ANGEL ENTU NUEVO MANDATO

perdona, lo decia con segundas lo de la caza y la pesca, porque el que escribio ese peazo testamento es opositor de Gelo, que solo le preocupa el monte y la caza, por eso decia de cerrar los cotos, con segundas, porque es lo unico que les interesa, a las empresas que quieran abrir explotaciones las vetan, yo tambien estoy con Angel, que es lo mejor que ha pasado por el pueblo