Lucillo - Leon

Renegando de ser maragato.
YO NO SOY MARAGATO NI LO QUIERO SER.
Había , hay en León una comarca pobre casi mísera llamada Somoza, donde sus habitantes apenas conseguían su sustento, entre ellos surgió una casta de emigrantes forzados por el mal vivir y peor comer, los maragatos.
¿Quiénes eran estos tipos? Pues eran los menos pobres entre los pobres, los pequeño-caciques, los usureros, los que tenían un poco mas que el resto, carreteros , muleros, arrieros; se sabe que el arriero era el personaje de baja estopa , mal educado, basto y rudo, de eso el refrán, maldices y sueltas tacos como un carretero. Esta gente se dedico al oficio por necesidad y lucro y gano dinero, pero como todo aquel que se enriquece nunca lo hace trabajando sino explotando o robando al prójimo, ESTA LLAMEMOSLE CASTA, incremento su fortuna con mil y una artimañas, empleando a los parientes pobres tratándolos peor que a criados , explotándolos; peseteros y usureros morían con el mismo traje que usaron durante toda su vida, tacaños y roñosos al sumo, no bebiendo ni comiendo casi, se pasaban la vida por los caminos, con el único lujo de gozar de la mujer una vez cada dos meses cuando regresaban a casa. Al acumular algo de dinero se aprovechaban de la necesidad de sus convecinos presentándoles dinero fácilmente e incluso ofreciéndose-lo; “ no te preocupes ya me lo devolverás” en esto incluían a parientes, cuando los tenían bien cogidos se quedaban con sus casas y tierras y haciéndolos trabajar para ellos de por vida. No conocían a nadie y su único interés era el dinero, tanto que para preservarlo concertaban matrimonios entre ellos, se casaban incluso entre primos carnales, viejos con niñas , eran una élite, una casta, de entre tanto matrimonio con-sanguíneo comenzaron a surgir taras físicas y psíquicas, pero ni lo veían su único vivir era asegurar e incrementar la fortuna. Construyeron casonas de piedra con ventanas diminutas a la calle y patios interiores temerosos incluso de las miradas, fortines casi donde atesorar su avaricia.
Su tacañearía, mal humor y cerril expresión fueron ganándose un mote que fue haciéndose sinónimo de pesetero, tacaño y avaricioso cuando no raro, mal vistos por todos menos por ellos los llamaron MARAGATOS, y llego a ser un insulto decir a alguien , “ANDA QUE PARECES MARAGATO”. Pero ellos en su clan en su mundo cerrado, se consideraban el sino de todos los valores, honradez, valentía, nobleza, trabajadores, y así como autodefensa tejieron esa leyenda de bondad, ya se sabe el dinero consigue influencia y esta va contando lo que conviene . El mito había sido creado.
Esta CASTA solo representaba APENAS EL 30% DE LA POBLACIÓN DE LA SOMOZA LEONESA, pero con su dinero influencia y poder económico y hasta político, consiguieron que lo que en principio fue un mote derivara en un atributo, y hasta que la comarca cambiase de nombre a la que bautizaron Maragatería dejándose de llamar Somoza .
Esta casta de usureros explotadores de sus paisanos y parientes, élite vivía cómodamente mientras los demás agricultores o pastores se morían de hambre. CUANDO SU NEGOCIO FRACASO debido a la llegada del ferrocarril, cogieron sus perras y se largaron a seguir explotando a otros trabajadores EN PESCADERIAS, comestibles, llevándose con ellos incluso a parientes pobres para asegurarse seguir cobrándose deudas. Si en su tierra nunca invirtieron un duro a lo sumo en la casa, ni montaron negocio alguno, su querencia solo era el dinero, este no sirvió para modernizar ni sacra a la comarca de su pobreza, hoy en día sigue despoblada , abandonada y pobre.

Por eso yo no soy maragato, no nací en maragatería, nací en LA SOMOZA, y mis padres fueron agricultores, los maragatos y sus descendientes hace mucho que largaron de aquí, por esos mundos andan contando historias inventadas, fabricando mitos y leyendas para los de buena fe quieran creérselas, hinchando el pecho y poniéndose un traje que perteneció a una élite de ricos ladrones usureros. De todas las maneras en este pueblo los hubo pero pocos, menos mal.

Desmontando mitos y paparruchas.



Acabándoseles el negocio y sin conocer otra cosa que las mercancías que transportaban establecieron en los puntos a donde llegaban o salían, Coruña y Madrid principalmente, como mercachifles tenderos, pescaderos , gente poco innovadora y emprendedora ,por su tierra hicieron mas bien poco, ni crearon industria ni trabajo con sus capitales, mentira es que fueran amantes de su lugar o pueblo, todos se fueron y pocos regresaron de jubilados, menos sus hijos, ni incluso aquellos que estudiaron y establecieron en Astorga, abogados , médicos, jueces, notarios, mezclaron con la pequeña burguesía astorgana y siguieron explotando al pobre . Si acaso se gastaron algo fue para proclamar su prestigio. Donaron dos monigotes maragatos al ayuntamiento y su reloj, (Juan Zancuda y Colasa), feos y mal hechos a mas no poder, así como un giraldillo a la catedral con el traje que los distinguió, (Pedro Mato) y paremos de contar.

Sigamos desmontando las leyendas y mitos creados por ellos, los habitantes de La Somoza leonesa no son ninguna raza aparte, se parecen a sus vecinos comarcanos, ni son rechonchos y robustos, mas bien lo contrario, castigados por las duras condiciones de clima y terreno , mal alimentados y muy trabajados, solían ser delgados y pequeños, morenos de cara tostados o encarnecidos POR LOS SOLES Y AIRES FRIOS Y SECOS SERRANOS DE LA SIERRA DEL TELENO.
Si acaso estos arrieros con mas posibles que el resto se volvieron zampones de tocino y grasas, fueran regordetes, o la endogamia y consanguinidad los fue haciendo parecidos, como grupo cerrado , casamientos entre tíos y sobrinas, primos y primas para aumentar y mantener sus perras .No son una raza, gran falacia, ni siquiera una etnia, fueron un grupo cerrado a los demás simplemente, raros, crearon sus costumbres simplemente para proteger su dinero, parcos en todo hasta en el hablar, taciturnos y secos, no tenían amigos y pariente si no era para beneficiar sus negocios, no eran ni fueron nunca apreciados por la demás gente ni siquiera por sus convecinos.
Hoy en día los Somozanos se han creído todo el mito auspiciado y creado por los maragatos carreteros muleros, han adoptado su traje y folclore, las bragas anchas de los arrieros de aquel siglo, y lo que es peor se consideran descendientes de ellos cuando lo son de aquellos labriegos y pastores de los que se aprovecharon y explotaron. Es muy fácil creer lo que se quiere creer, los mitos son difíciles de erradicar mas entre la gente sencilla y pobre por no decir ignorante. Hoy se sigue auspiciando la leyenda con fines comerciales, bailes y zarandajas y hasta un cocido pantagruélico y colesterolico, del que nunca ni siquiera soñaron los somozanos, ni tan siquiera los maragatos aunque pudieran no se lo permitía ni su avaricia ni tacañearía. Pero hay que vender al incauto turista, de eso se vive a falta de otra cosa. Astorga lo fomenta y hasta se vuelve maragata y a la de nada saca a los viejos danzantes con los trajes prestados, folclore pantomima solo eso. También la iglesia saco tajada de estos personajes usureros, muy tranquilos no debían andar con sus fechorías y robos, que temerosos mandaban decir misas a millares por sus almas y hacerse perdonar, y la curia contenta y con trabajo.