Grajal de Campos - Leon

El impacto de un "cementerio nuclear" abarca una amplia zona territorial, mucho más amplia que la demarcación territorial de un municipio. Es ilógico que el proceso de decisión haya recaído en manos de los municipios. Esto muestra una manera de hacer política a todas luces errónea.

Señalo en el caso de Castilla-León dos argumentos que ilustran este desacierto en el proceso de toma de decisiones.

Dos de los pueblos españoles candidatos a el ATC, Santervás y Melgar distan entre sí 5 km y se encuentran en el confín entre las provincias de Valladolid, Palencia y León. El área de impacto de un “CM” no sólo sobrepasa el municipio sino la provincia.

Grajal de Campos, que está a 5 Km de Santervás de Campos y Melgar de Abajo, ni se beneficia ni, en esta ilógica manera de tomar decisiones, ha participado en el proceso de decisión, acerca de esta cercana ubicación potencial del ATC. A pesar de ello, es obvio que se utilizará para el transporte de residuos radioactivos de alta actividad la línea ferroviaria de mercancías más cercana a Melgar y Santervás, !y la estación está en Grajal de Campos! (línea Asturias-Madrid).

Grajal de Campos fue declarado en noviembre de 2007 Bien de Interés Cultural y se sitúa, al igual que Melgar y Santervás en el Camino de Santiago, declarado Patrimonio Inmaterial por la Unesco. Ya existe una queja al Ministerio de Fomento Español por la ubicación de le escombrera del Ave que se planea situar en el entorno del pueblo. Esta queja ha sido aceptada por el Parlamento Europeo (quien aprueba los presupuestos de co-financiación de la Unión Europea a las infraestructuras del Ave).

El hecho de que Grajal de Campos haya sido declarado Bien de Interés Cultural, protege no sólo sus límites urbanos, sino también su entorno paisajístico, el mismo que puede verse degradado por el “cementerio nuclear”.

La ubicación de un ATC en las cercanías causaría un impacto negativo en la actividad cultural de este pueblo, que a su vez es un esperanza en la comarca de revitalización, esta vez, desde su riqueza cultural, esto es desde su patrimonio renacentista (castillo, palacio, iglesia, convento, restos de sus viejas murallas, bodegas mozárabes...) y la instalación en el pueblo de artistas plásticos de talla internacional, así como de inversiones en marcha llevadas a cabo por empresas y particulares en el ámbito del turismo cultural y el eco-turismo.

Me pregunto, ¿cómo puede hablarse de fusión de cajas de ahorros en la región Castilla-León y, al mismo tiempo, estar creando una fuente de división con la potencial construcción de une “cementerio nuclear” en el límite entre tres de sus provincias? Dos de los asuntos álgidos en la política regional presentan una clara contradicción.

La actividad cultural une y un “cementerio nuclear” separa.