Gestoso - Leon

Un incendio calcina cuatro casas en Gestoso a un minuto de las campanadas
Un vecino se quemó en una mano y a un propietario lo atendieron por ansiedad

Faltaba apenas un minuto para estrenar este nuevo año 2012 y en el pueblo de Gestoso, en el municipio de Oencia, comenzaba un pavoroso incendio que calcinó por completo tres casas y se llevó por delante el tejado y la habitación de una cuarta vivienda. Los cuatro inmuebles, —antiguos pero restaurados— estaban sin inquilinos en ese momento. La dueña de la casa en donde se originaron las llamas, Nieves Gallego, se encontraba con su familia a punto de comer las tradicionales uvas de Nochevieja en el pueblo vecino de Arnado. Los propietarios del resto de las edificaciones siniestradas viven en Barcelona.

Fueron dos vecinos de Gestoso que estaban con las uvas en la mesa los que se percataron de que algo no iba bien en las casas de al lado y que el humo y las llamas empezaban a ocasionar un incendio de grandes magnitudes, que obligó a los bomberos de Ponferrada a llamar al retén de guardia, a otros tres efectivos más y a trabajar toda la noche para sofocar el incendio. A las ocho y media de la mañana de ayer domingo terminaban los bomberos el trabajo en Gestoso, después de que exactamente a las 23.59 horas del sábado 31 sonaran los teléfonos de la alarma en el departamento de emergencias del 112.

Hasta que llegaron a Gestoso los tres vehículos de bomberos, los vecinos empezaron a echar agua con una pequeña manguera. Otros avisaron a los dueños que estaban fuera. Incluso hubo vecinos que dejaron la fiesta de Nochevieja que estaban celebrando en Toral de los Vados. Allí acudieron cerca de medio centenar de residentes del municipio de Oencia a echar una mano. Uno de ellos se quemó levemente en una mano y al dueño de una de las casas tuvieron que llevarlo al Hospital del Bierzo porque le entró un de ataque de ansiedad.

«Un miedo tremendo». «Pasamos un susto y un miedo tremendo, pero gracias a dios no hubo daños personales», comentaba con las luces del día una vecina a este periódico, que prefería que no se publicara su nombre. «Pasamos mucho miedo, era de pánico porque las llamas eran tremendas», abundaba.

Se da la circunstancia que fueron cuatro las casas afectadas porque eran todas colindantes, pared con pared, y en algunos casos también compartían las vigas de madera. Precisamente la madera existente en el interior de estas viviendas tradicionales —de grandes y gruesos muros de piedra— fue lo que motivó que las llamas se propagasen con rapidez y los daños fueran mayores.