Cistierna - Leon

La Crónica de León

PARAÍSO TERRENAL / Manuel C. Cachafeiro
DOT, DOT
Nicanor Sen se apuntó ayer un doble tanto personal y político. En la Montaña leonesa está calando un discurso de abandono por parte de la Junta. La bandera de ese movimiento es el proyecto de la estación de esquí de San Glorio, pero tiene más reivindicaciones, como el teleférico de Vegacervera, una deficiente sanidad o el conejo de la chistera de las DOT. Muy pocos saben para qué sirven las llamadas Directrices de Ordenación del Territorio, pero lo que está claro es que nadie, desde Cistierna a Pola de Gordón, quiere una unión con el norte de Palencia. Más de mil personas lo dijeron ayer convocadas por Sen. Ahora, ¿valen para algo unas DOT sólo leonesas? Valdrían si llevaran consigo inversiones y apuestas en serio. Pero eso puede abrir tantos o más frentes a poco que se diga en Riaño, por ejemplo, que las inversiones se van a hacer en Cistierna. Las DOT que plantea el alcalde de Cistierna abren tantos interrogantes como las que pretende la Junta. ¿Tiene algo que ver el desarrollo de Cistierna con el de La Robla? La respuesta es no. A la Junta se le ha ido de las manos las famosas DOT. Primero, por ser copia nada menos que del ilustre ‘rincón del vago’ y ahora porque nadie sabe, nadie contesta. La Diputación ha tragado con el texto más por razones de color político que por convencimiento. Ayuntamientos como Pola, cuyo alcalde no estaba ayer en Cistierna, han presentado alegaciones al proyecto, con críticas fundadas contra las pretensiones de la Consejería de Medio Ambiente. La manifestación de ayer deja, por otro lado, un transfondo político en el seno del propio PSOE. Es público y notorio que Nicanor Sen entró en política de la mano de Leire Pajín, actual número tres del partido, muy relacionada con la zona por sus orígenes familiares en Sabero. Y hay quien piensa que el tema de las DOT, como antes lo fueron las convocatorias en favor de San Glorio, se está convirtiendo en una plataforma política para el alcalde de Cistierna dentro de su propio partido. Con todo y por encima de todo, la Montaña es la que está perdiendo. Una Montaña con grandes posibilidades a poco que todos trabajaran en la misma dirección. Pero los palos en las ruedas son el pan de cada día.