Madre mía. Esta es una relíquia de construcción; no le falta ni una piedra-ladrillo. En este momento no recuerdo el nombre del zapatero ¿Samuel?; pero recuerdo perfectamente su cara debajo de la boina y sé que es el mismo que ejerció el ofício en las casas de la orilla del río. Le preguntaré a los zapateros de mi familia.
Sería bueno que cuidárais de estas relíquias los que estais cerca y podeis. Las construcciones históricas que se puedan conservar y los enseres artesanales son un tesoro en nuestro recuerdo y una mina de oro en las posibilidades económicas cara al turismo.
Gracias, Arsenio. Saludos para todas las personas que pasais por aquí.