Ciñera - Leon

Os pido perdón por haber estado ausente estos días y no haber participado en los villancicos y refranes.

Ya estamos prácticamente en Navidad y en mi memoria no tengo ninguna anécdota de estas fechas. Tal vez porque yo era demasiado joven o porque hacía demasiado frío. Quizás tengo un vago recuerdo de la misa del gallo, pero se me pierden los recuerdos. También recuerdo que los mayores solían hacer chocolatada a la orilla del río, pero no participé en esas fiestas.

Sé que en la Hornaguera había una fiesta especial y era un sitio donde nos podíamos mete para librarnos del frío, pero poca cosa más. Ya véis, no tengo el recuerdo de la última navidad.

No estaría de más que los entrañables foreros nos explicasen qué se hacía y qué se hace por estas fiestas.

Seguro que mptg, rafa carrillo, alfonso, nosotras y tantos otros nos pueden detallar estas fiestas que formaron, y forman, parte de nuestras vivencias.

Un abrazo para todos.

mptg: he leído que organice unas vacaciones en Ciñera. Tomo nota y haremos una excursión por aquellos parajes que conformaron nuestras vidas, y si la Campa ya no está, pues nos la imaginamos, porque los recuerdos, aunque no coincidan con la realidad, son capaces de crear una realidad vivida.

Un abrazo

BUENOS DIAS LITUS, ME ALEGRO DE TU VUELTA, TE HECHABA DE MENOS. ME GUSTA LEERTE
UN ABRAZO, Y ESPERO QUE NOS SIGAS DELEITANDO CON TUS RECUERDOS.

Buenos días, no tienes que pedir perdón, por haberte ausentado unas horas del Foro.
Entramos cuando podemos y las circunstancias de la vida y el quehacer diario nos dejan.
Las personas que pones, estoy seguro que si tienen muchos recuerdos de las Navidades y de otros momentos en nuestra querida CIÑERA.
En la Hornaguera entre otras cosas que se celebraban en las navidades era el balie del farolillo, además de otros eventos.
La noche buena como ya puse en otra ocasión, era celebrada entre los vecinos y amigos porque en aquella época, estaba todo cerrado, asi que despues de cenar se cogían las zambombas y las botellas de anis y a la calle y a visitar casas y cantar villancicos.
La verdad es que lo pasabamos bién, bueno quizas aquí tendría que hablar de mi porque igual algunos lo pasaban mal, no era mi caso al menos lo que yo recuerdo.
Espero que nuestros Foreros sigan aportando cosas.
UN ABRAZO LITUS Y FELIZ REGRESO.

¡jo!, yo eso me lo perdí. La primera vez que yo salí al "farolillo" tenía 15 0 16 años. Fue en la Hornaguera,claro,...desde entonces son pocos los que me he perdido. Saludos Litus.

¿Te parece tarde esa edad?¡Que suerte has tenido! Te recuerdo que en nuestro tiempo una chica no salia de noche,aunque fuese fiesta,si no tenia mas de 18 años y novio "formal"


el que husmea

Algunas chicas teníamos hermanos chicos y podíamos pillar alguna fiesta si estábamos con ellos. Todo es cuestión de suerte.

Tenemos que repetir algunos bailes, si no puede ser de farolillos, pues que sean de faroles.

Hola Litus. Ya veo que vuelves de visita por estos "barrios" del pueblo. Y parece que con ánimo de pasarlo bién. Un abrazo.

Achuchones, amigos.

hola forera. . que haces ahi a estas horas tenias que estar corrigiendo examenes?

¿Pues qué crees que estoy haciendo aquí?. Pasando lista.
Es que algunos trabajos no se deben hacer con mal humor. Y ya me iba sin que me lo mandaras. Me falta poco. El caso es que hoy está esto muy animado y da pereza. No se lo digas a mama.

Un beso.

Bueno, yo salí porque tenía "carabina". Me "sacó" mi primo, creo que es el mayor de todos mis primos. Me lleva, por lo menos, 20 años.

Hola litus. Hola, amigos.

Hoy voy a descansar un poquito de las obligaciones. Aquí se está bién.
Voy a contarte un poco lo que recuerdo de mis Navidades en Ciñera.

Unas semanas antes de Navidad, había sol en el pueblo. Lo recuerdo porque mi paino Lorenzo Tornero ponía una piel o una vejiga de animal al sol para curtirla y preparar la zambomba. Era un arte auténtico. Mi paino guardaba las baras de los cohetes de Santa Bárbara y mi madrina María Giménez se ocupaba de los menús en la cocina para que no faltara el enorme bote de tomate. La zambomba era impresionante e inolvidable.

También había nubes y llovia. Pronto se hacía de noche. Los pequeños nos mojábamos en la calle y hacía frío.
Entonces, la protagonista era Felisa Tornero. Nos reunía a todos los renacuajos y decía "vamos a ensayar". Nos enseñaba villancicos y tocábamos la pandereta, las castañuelas, el almirel, rascar la botella...incluso las palmas, los pitos de dedos y toques en la mesa...

Las madres se juntaban en las casas y hacían dulces y galletas. Muchos roscos, hasta arriba en la cesta de mimbre. A las seis era muy de noche y, un año, había tánta niebla que no se veían los muros de los callejones.

Preparábamos el Belén. Ahorrábamos un tiempo para comprar figuritas. Mi hermano echaba horas en la zapatería de Juan y era el que más podía comprar. La tarde del musgo es inolvidable; íbamos a por él al camino azul, justo en una curva donde hay un pequeño torrente que no da nunca el Sol.

Una Nochebuena mis hermanos y los amigos tubieron un accidente con un fulminante que un minero tiró en las callejas del pueblo. Otra Nochebuena uno de mis hermanos cogió una pulmonía muy fuerte porque se cayó al río y no fué a casa para secarse. Pero recuerdo que muchos amigos se acercaron a vernos en esos momentos.

En Nochebuena y Nochevieja cenabamos en familia, pero nada más cenar nos íbamos a la casa de enfrente, la de mis vecinos Tornero. Los niños pasábamos la noche cantando y jugando a un montón de juegos. Los mayores jugaban a las cartas y se jugaban habichuelas, las madres, María y Fernanda, nos daban dulces caseros. Nuestros hermanos mayores iban de casa en casa cantando villancicos y pidiendo el "aguinaldo", que consistía en tomar una copa y llenar una cesta de dulces.
Al amanecer nos hacían chocolate. No recuerdo si después dormíamos o no.

La zambomba sonaba increible. Y si nevaba, perfecto.

Cuando éramos jovencitos, empezamos a salir a la discoteca después de tomar las uvas; pero todo parecía igual porque nos conocíamos. Salías con un grupo de amigos, pero estabas con todo el pueblo. Recuerdo que Anselmo Tornero hizo una gran torre de copas de champán en la sala de fiestas y las llenó todas dejando caer el champán desde el vértice de la pirámide. Anselmo se había marchado del pueblo y volvió en Navidad.

No sé si os pasa a vosotros, pero a mí me gustaba que las personas volvieran y nos contaran cosas.

Bueno.... hay mucho más. Contar vosotros. sólo deciros que sigue gustándome la Navidad, pero que las personas adultas tenemos un poquito de trabajo extra en esas fechas y que tenemos que compartir los recuerdos con el presente. Pero queda mucho y bueno aunque sea diferente. yo sigo comiendo el pavo cocinado por mi madre.

Abrazos y achuchones para todos.