Castrovega de Valmadrigal - Leon

Amigo Alberto, este no es el caño que todos hemos conocido, yo diría que es lo que queda del caño.Pues el CAÑO estaba en el otro lado de la pared y era el centro en donde nuestras madres se reunían para lavar la ropa, (entonces no teníamos lavadora)en los lavaderos y tambíén donde los animales bajaban a beber agua.Tristemente se ha dejado perder el artesiano que durante tantos años nos ha proporcionado a todos disfrutar de un agua que ahora no es tan buena, yo diría que mejor que muchas de las aguas minerales que hoy bebemos.Por otra parte este tubo del cual sale agua está en el interior de lo que era una huerta o mejor dicho un vergel. Que pena que el Ayuntamiento no haya sabido conservar este CAÑO. Vivir para ver.

Añadiría que era el centro neurálgico del puebo. Lugar de vista obligada no sólo de las madres sino también de los padres, de los hijos y los abuelos y algún que otro tartarabuelo.
Lugar de cotilleo, allí se hacian los programas del tomate, del pepino y la lechuga del pueblo. Todo pasaba por aquél plato que poseia el pueblo.
Había algunos días que alguna madre, abuela o buena moza que incluso podría ser la hermana de alguno de los que por el lugar deambulava, que se levantaba alegre y animaba el lugar con sus cantares.
Los chicos bajaban con las cantarillas unos, los calderos otros, o los cantaros en busca del preciado liquido cristalino y fresco para calmar la sed, e incluso calmar ese cosquilleo que llevaba dentro por haber encontrado en la fila a la chica que se lo producia.
Tambien era de lo más normal encontrarse a Bartolo amorrado en el estanque de los animales observando embobado el reflejo de Bernarda una burra que traia medio alelaos a los pollinos del lugar.
Enfín eran unos días de otra época en los que las gentes vivian mas despacio y más felices en la que los usuarios no tenian que identificarse.