CrÓnica de un silencio. Estuve allí, en nuestra tierra,¡SU MAJESTAD LA TIERRA! Como un ave cautiva, la luz última de una tarde azul se refugió en la casa del barbero. Silencio y tardías llamas en las hogueras de los niños. Brilladora lumbre y temeroso entusiasmo de la futura edad. En una solana recogida, cerca de la Plazuela, las abuelas más viejas celebran San Guillermo con menta antigua. Son necesarias las abuelas como las puertas de las casas, como los ruiseñores en las riberas. Rumoroso silencio, cielo rumoroso y crepúsculo enlutado que mostró su infancia y su vejez, primero. Silencio otra vez por la mañana en esa tierra de embelecos. Más allá de las Quintanas encontré el perfume de los días: en el Valle de Alonso, en el Rasal, en la Requejada. Silencio y murmullo de voces en la niebla. Hileras de chopos y aceitosos pájaros en el plantío del señor Amel. A los hombres buenos de Benintonia se los tragó el invierno. Los otros, desaparecieron con sus colegiales y sus tabardos negros. Silencio brutal al mediodía en la TIERRA de nuestros antepasados. Farolas veladas por la lluvia eterna. Murmullo de rotas nubes de plomo y un cielo color ballesta. Caravanas de tristeza en las calles mojadas del pueblo. Y cigueñas blancas varadas en lueñes campanarios. Y pienso en el rostro de Adelaida y de Raquel; mis primas rubias que ya se fueron ayer. Notas:-La casa del barbero siempre fue la casa del señor Enrique. -Benintonia es una heredad de Calzadilla situada entre VILLEGAS y LANTANILLA. Un saludo, atravesados. |