LAS CANTADERAS Todos los años por las Fiestas de San Froilan, a parte de desfilar por las calles de León los carros engalanados de los pueblos del alfoz, con roscas en la cornamenta de los bueyes y cargados con los productos de la tierra: pan, uvas, chorizos, morcillas objetos de antaño, etc. etc. y los pendones de muchos pueblos de la provincia; también se celebra la Fiesta de las Cantaderas, en recuerdo del Tributo de las Cien Doncellas. Con la celebración de las Cantaderas la ciudad rememora la victoria cristiana en la mítica batalla de Clavijo y la liberación del legendario tributo de las cien doncellas que los reyes asturleoneses venían pagando cada año a los musulmanes. Sale el Corregimiento de la ciudad con varas de mando de la casa de la Paridad, escoltados por funcionarios de uniforme azul y brillantes cascos. Abre la comitiva el conjunto de maceros con sus típicos trajes de casulla con leones y las mazas de plata; son los sucesores de aquellos maceros romanos portaestandartes de las águilas de la Legión VII Gemina Pía Félix, fundadora de la ciudad de León el día 10 de junio del año 68 después de cristo. Les acompaña también en el cortejo un dulzainero y el tamboritero, que van tocando sus sones de baile para un nutrido centenar de bellísimas mujeres leonesas vestidas con elegantes ropas moras, tan hermosas que ese día casi siempre sale el sol para contemplarlas y da gusto verlas. Con ellas viene la sotadera vestida a la usanza mora: porque era la moza agarena que ocultando su belleza tras los velos venia el año antes a la villa y corte para adiestrar a las astur-leonesas en las costumbres del harén de los califas y convencerlas del buen trato que recibirían. Las Doncellas, escogidas entre las parroquias, cincuenta de la nobleza y cincuenta del pueblo llano, las llevaban para la tierra de los moros. Las doncellas se escogían también por los pueblos entre las más hermosas y no es extraño que en alguno nos encontremos en la actualidad con nombres como la fuente de la doncella, la fuente de los moros, y otros relacionados; luego las llevaban a Carrión de los Condes para su entrega a los emisarios árabes. En el claustro de la Catedral ante la imagen de la Virgen Blanca se lleva a cabo la ceremonia del Foro u Oferta, entregando el pueblo de León representado por su Corregimiento, de grado o por fuerza, que aún no se han puesto de acuerdo, los productos de la tierra leonesa. Los discursos del sindico de turno y del canónigo del Cabildo son muy enjuiciosos y se tiran los trastos a la cabeza (verbalmente y sin llegar a más). Este último año al recibir el cabildo por parte del síndico una pequeña cesta con carbón, para que se calentaran no haciendo alusión al color de su vestimenta, el canónigo sacó de la manga de la sotana un tranvía de juguete para que al Ayuntamiento no le faltara su ansiado tranvía. El pueblo se divierte, las Cantaderas cantan y bailan a los sones de la música, depositan sus cestas con los frutos de la tierra y hogazas de pan de las sotaderas y las numerosas gentes que han presenciado todo aplauden el derroche de belleza y donaire. Concluida la misa el Corregimiento se retira y las Cantaderas acompañan danzando por la calle hasta la casa de Paridad. El tributo de las cien doncellas según la tradición popular se atribuye a cuatro reyes astur leoneses llamados los Holgazanes: Aurelio, Silo, Mauregato y Bermudo I el Diacono que reinaron desde el año 762 al 791, porque muy poco hicieron a favor de la Reconquista; claro que el rey moro Abderraman I tenía mucho poder. La leyenda de las cien doncellas, pacto para evitar la guerra mediante tratados de paz entre los reyes cristianos y los califas, que se supone hecho por Mauregato con el soberano de Córdoba mediante el cual se comprometían a entregar anualmente cien doncellas para el harén de los califas. Algunos historiadores manifiestan que ante la escasez de mujeres con relación a los hombres en los territorios árabes, tal vez los califas pidieran a los reyes asturleoneses, con quien mantenían entonces relaciones de paz y amistad, que les enviasen como gran favor y no como esclavas a cuantas mujeres desearan tomar esposos musulmanes. Otra leyenda dice que algunas se cortaban las manos y se marcaban la cara para no parecer bellas a los musulmanes y asi no las tocaran.También se dice que en alguna ocasión iban desnudas para verguenza de los cristianos, vistiendose antes de ser entregadas a los musulmanes. Hay autores que afirman que la calidad de vida en el califato de Córdoba era superior al Reino de León, y que muchas de ellas cuando eran liberadas no regresaban a casa, preferían vivir en territorio musulmán, (como han cambiado los tiempos). El del tributo de las cien doncellas terminó cuando los reyes cristianos cansados del tributo se enfrentaron a los musulmanes en la Batalla de Clavijo (en el monte Lanturce, en las proximidades del actual Logroño), en esta batalla dice la leyenda que se apareció el Apóstol Santiago a lomos de un caballo blanco luchando con los ejércitos cristianos y los musulmanes fueron completamente derrotados. Aquí tampoco se ponen de acuerdo los historiadores, mientras que para unos fue Ramiro I de León en el año 844 quien ganó la batalla; para otros fue Ordoño I en el año 856. Como consecuencia, en agradecimiento al Apóstol, siglos más tarde terminada la Reconquista, se estableció el Voto de Santiago: un compromiso solemne que todos los pueblos tenían que pagar para la Iglesia de Santiago de las primicias de las cosechas de cada año. El Voto de Santiago fue abolido en 1812 por las Cortes de Cádiz y desde entonces curiosamente, el Imperio español, como potencia mundial, se ha ido hundiendo poco a poco hasta llegar a la situación actual. Fuera como fuese Calzadilla por aquellos años era terreno de barbecho; he querido escribir esta historia por si para alguno puede ser de provecho. Saludos. |