Crónica de un Pueblo…..Capítulo VII El día arranca en el pueblo. En la otra esquina Munio ya ha abierto el bar. Es Domingo y los vecinos con pereza, tardan en salir a la calle. Antolino está sentado en la mesa de la cocina desayunando unas sopas de ajo. Su mujer tiene la mirada perdida. Está físicamente pero su pensamiento está en otro sitio. Frolindi es la mujer de Antolino. Tienen dos hijos. Busiana, la Busi y Pelayo. Este, es el mayor de los dos, hace apenas dos año que salió del cuartel. Frolindi es una mujer con rostro dulce y unos ojos llenos de dolor y ausencia. Por la noche ya tiene que usar valium para dormir. Qué te quería Bono? Pregunta la Froli a su esposo. Nada, contesta este. Dice que ya no nos puede fiar más. Hasta que le hayamos pagado por lo menos la metad, de lo que le debemos. No te preocupes dice el esposo, saldremos de esta. Este, es un matrimonio que no ha tenido mucha suerte en la vida. En relación a los animales casi todos los años se le muere alguno. El último, una hermosa vaca de trabajo. Se enteló y se le murió, estando arando, cerca del Valleambrin. La Junta de la carne…..la repartió para la gente del pueblo. Al final, con lo recaudau, no lo perdió todo. A lo lejos, se oye un repique de campanas. Es a misa, dice la Busi bajando por las escaleras del sombrau. Es la primera? O, ya es la segunda? Pregunta. Es la primera hija, le contesta la madre. Espera un poco que cojo el mantón y te acompaño. Por el camino aprovechan para hablar madre e hija. Que dice la Legu, que la mujer que no se casa antes de los veintidós, quedará para vestir Santos. Pamplinas, contesta la madre. No le hagas caso Busi, esa no sabe de la misa a la media. Siempre ha estau muy mimada por sus padres, aparte de caprichosa ha hecho siempre lo que le ha venido en gana. Pues tiene un novio guapísimo, contesta la hija sin cortarse un pelo. Le conoces? No, me enseñó una foto de cuando estaba en la mili. La ropa de militar, le queda muy bien. ¡Y tú!….le has echado el ojo a alguno? La Busi, se pone colorada. No esperaba esta pregunta y menos de su madre. Ten cuidau hija, no vayas a quedar preñada. Sería una deshonra para toda la familia. A la chica le gusta Oveco el hijo del tendero, pero eso es un secreto que todavía no se lo ha dicho a nadie. En esto, se oye tocar las campanas de nuevo. Ellas, ya están entrando en la Iglesia. Cogen agua bendita, se hacen señal de la cruz y se dirigen a los primeros bancos. Por la puerta de la sacristía, sale D. Pelagio seguido de los sacristanes. A coro, las mujeres, le reciben cantando…….. ….Perdona a tu pueblo, Señor, Perdona a tu pueblo, perdónale, Señor. No estés eternamente enojado. No estés eternamente enojado, perdónale, Señor Teo, 16 de enero de 2009
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