Calzadilla de Los Hermanillos - Leon

Hace tiempo que circula por Internet una de esas historias moralizantes, seguramente inventadas, pero de las que te hacen pensar, recapacitar y por tanto va pasando de unos a otros.

Es una de esas historias clásicas de las webs que recogen leyendas urbanas que nunca se sabe muy bien de dónde salieron.

La historia cuenta lo que le pasó a un emigrante que fue a los EEUU a buscar fortuna y encontró empleo de peón en una fábrica donde desempeñaba trabajos sencillos.

Su trabajo consistía en quitar los escombros que sobraban del proceso de fabricación, por lo que debía salir a menudo al exterior con su carretilla llena de basura.

Al capataz de la fábrica, los guardias de seguridad le pasaron un informe y pudo comprobar que el empleado salía demasiadas veces con su carretilla llena de escombros.

Se lo comunicó a su inmediato superior y después de analizar el informe llegaron a la conclusión que el emigrante estaba robando material.

La dirección ordenó al capataz que se hicieran controles sorpresa.

Un buen día cuando el empleado llega a la puerta, el guardia le manda parar y por sorpresa le registran la carretilla, pero no encontró nada solamente llevaba escombros y basura.

Una y otra vez le registraron por sorpresa durante más de un año, pero nunca lograron encontrarle nada, por lo que al cabo del tiempo desistieron.

El emigrante siguió trabajando en la fábrica año tras año hasta su jubilación (unos veinte), y el guardia por coraje, aunque ya le habían comunicado que no le registrara, él seguía haciéndolo de cuando en vez por sorpresa, pero nunca consiguió demostrar nada.

Y llegó el día de su jubilación.

Una vez que las relaciones con la empresa ya no existía, los empleados más antiguos le hicieron una fiesta y uno de los guardias de la puerta que le conocía desde siempre no se pudo resistir y le dijo:

Sé que has estado robando en la empresa desde hace años, pero nunca lo he podido demostrar.

Por favor, ahora que ya no trabajas en ella, tengo la curiosidad por saber que era lo que robabas.

El emigrante contesto, tienes razón, yo robaba y es verdad que nunca me pudiste encontrar nada…porque lo que yo robaba era la carretilla. Passsmaaau.