Calzadilla de Los Hermanillos - Leon

Una caravana de cincuenta mujeres, en su mayor parte de la República Domicana, . trae la fiesta para otros tantos solteros de la comarca de Sahagún por san Valentín.

Si no fuera por el tiempo y por los sones de gaita se diría que el Caribe, o una partecica de tan exótico mar —la mayor parte de las visitantes proceden de la República Dominicana—, llegó ayer a Villamuñío en forma de autobús del amor o caravana de mujeres, según se quiera nombrar a una iniciativa que abandonó su originalidad ya en la gran pantalla y que se repite con cierta frecuencia por toda la geografía española.

El caso es que revestido de machismo, como lo ven algunos, o de simpática fiesta y cachondeillo, como la miran otros, las cincuenta mujeres anunciadas llegaron de Madrid a pasar un día de diversión en Villamuñío, donde otros tantos hombres de Villamuñío y alrededores, con un clavel en la mano, aguardaban la llegada de la expedición.

No podía ser de otra manera, ellas, como buenas novias, se hicieron esperar una hora entera a la hora de comer y quizá por eso fue mayor la alegría de los que esperaban. Según descendían del autobús ellos les obsequiaban con un clavel rojo pasión, mientras la comparsa de dulzaina y tamboril aportaba lo mejor del folclore local y no demasiado romanticismo al momento.

Los contratiempos se olvidaron luego, con la comida y un amplio programa de actos con juegos, cena y bailes hasta la madrugada, hora en la que ellas regresaron por carretera a Madrid.

En el aire quedaba la posibilidad que de la fiesta de san Valentín —a veces más patrón del comercio que de los enamorados— surja alguna pareja y llegue desde la capital del país alguna nueva vecina para un medio rural tan necesitado de cariño. Bien puede ser que suceda al revés y que sea él, siempre que Cupido cumpla, el que decida cambiar de residencia.

«Un cambio de residencia sería una alegría muy grande», comentaban los varones durante el tiempo de espera. Pasado san Blas y con las Cigüeñas en las espadañas no se espera, sin embargo, un crecimiento significativo de la población, a tenor de las edades de ambas partes, pero eso es secundario, lo que importa en estos casos es el cariño.

La fiesta, en cuya organización colaboró la Junta Vecinal de Villamuñío, estaba lista para su celebración desde días antes, con un precio por soltero de 50 euros.

Eso sí, quien no se rascó el bolsillo no disfrutó de la...fiesta.

A. Díaz / A. Domingo | Villamuñío / Redacción 16/02/2014
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