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Reflexiones......en voz alta.- Por Cecilio Bravo Bravo

Poblacion:
España > Leon > Calzadilla de Los Hermanillos (El Burgo Ranero)
Reflexiones......en voz alta.- Por Cecilio Bravo Bravo
LO QUE NOS QUEDA
Adobes,primeros amores, fuentes heladas, lagunas furiosas,famosos que olvidan; que hieren,... ¿Y algo más? Importante no olvidar de donde venimos, los caminos recorridos entre florencias y ribazos, entre abrazos enormes, entre tradiciones de nieve.
IMPORTANTE saber que entre la pobreza nacieron nuestras manos. Dos, no más.
Importante que este foro sea un encuentro con la niñez, con la magia de antaño, con el saber mirarnos desde dentro, desde lejos, de lo que fuimos y de lo que seguimos siendo.
Un saludo: ATRAVESADOS. 18.06.2008.-02:10

SETIEMBRE INCENDIADO DE AMARILLO
Setiembre sabe que es amarillo mi pensamiento, aunque los ojos se vuelvan sostenidos y azules.
Como amarillo es el rastrojo inmenso en el Hermanillo.
El corazón del viento es amrillo en el Recorvo.
Amarillo es el silencio que se vive en las Traperas.
El graznido del cuervo es amarillo enCantoblanco.
Amarillo es el girasol maduro en Piedras Negras.
Hasta la leyenda es amarilla subiendo la cuesta de la dehesa.
Amarillo es el astial de la torre que acoge a algunos hombres sin labor.
Amarillas son las palabras en este mes de tardes opalinas.
Amarillas son las últimas casas, cerca de la Fuente Grande
24.09.2008.-09:00

CALZADILLA INCENDIADA DE AMARILLO
Amarillo es el aire solano en setiembre.Y el secreto de los viejos. Y el secreto de sus manos.
En setiembre una hoguera de polvo amarillo es toda la llanura desde Calzadilla hasta Bercianos.
Amarillo es el sol que declina en Terdevela.
Amarilla es la sombra de setiembre y su fatiga tenebrosa.
Amarilla es la belleza y su alarido.
Amarillos son los ojos que nos miran. Amarillos son los dedos que estas líneas os dedican. Cinco en cada mano; no más.

NOTA PRIMERA: Siempre recordaré estos días en Calzadilla y la piel de una tormenta. Hay casas en el pueblo con los ojos encendidos todavía.

NOTA SEGUNDA: Sólo una mañana agarduñada de setiembre la niebla quiso dejarnos su látigo, pero enseguida amarilleó todo el horizonte y se oyeron las primeras sílabas y los primeros pasos de las gentes cerca de la ermita.Estaba amaneciendo y las manos ya las acaricaba el sol y el invisible aire.

NOTA TERCERA: Seis horas y diez minutos de un día de setiembre. La mañana empieza bien. !EL PARAISO SE LLAMA LA ANTANILLA!

Un saludo 25.09.2008.-11:06

OCTUBRE, OCTUBRE.
Como decía Machado: ! Calaveradas, sexo, amoríos! Nada grave.

!Que este foro no decaiga!

Setiembre fue un suspiro. Palidece el amarillo. Llega octubre con su fiesta de oro.

Lo demás.... nada.

Un saludo, ATRAVESADOS. 03.10.2008.-09:49

OCTUBRE. OCTUBRE, para un amigo.
U n gran amigo, que me conoce bien, se ha colado en mi correo.Este mensaje me envía:
" Crecimos juntos, entre orillas que la trágica verdad no quiso nunca. Tu infancia fue el destino de mi infancia.
Compartimos muchas cosas. Este verano nos vimos. Me acuerdo de aquel abrazo, abrazo largo, lento, sentido. Nos despedimos"
Nota: Sigo con interés todos los escritos en el foro de nuestra tierra. Te ruego no te olvides de octubre; ese mes que tanto significa para ti. Además, sé que estuviste allí.

OCTUBRE,se afanan como estatuas los chopos en Balr
etel, y en las antiguas Huertas una tarde por azar, no acabó en gris cansado.

Octubre huele a siembra que se cuela por los rincones de todas las casas abiertas.

Mes que galopa triste hasta la travesía del invierno.

Mes de sombras aserradas. Vino negro. Vejez y comida poco hecha.

Suena Octubre a otros octubres. A OBSESION POR EL ORO. A tristeza que se sufre como quien llega tarde a un concierto.

Sugiere a veces deseo, fascinación, tierra arada, desgarramiento de los cuerpos al posarse sobre mil faenas.

Octubre, siento el final con sus crines y leyendas. Entre el azogue de las nubes cuento ya las hojas secas. Y como diría el poeta: " En este mes cuatro y dos ya no son siete".

Un saludo, atravesados. 21.11.2008.-09:42

DICIEMBRE, DICIEMBRE.
Dicen que fue ayer quince de diciembre.
Diciembre vuelve a mí, fría luz que gira en torno a las oscuras sombras que la torre proyecta con su calma lenta, siempre.
Vuelvo a este mes que anuda y siega vidas. A este mes con rostro de dolor. A sus casas regreso cuando el tiempo se detiene, cuando los recuerdos duelen.
Diciembre llora en Pirgatón como nieva en Cantoblanco.
Niebla intensa y frío enorme azotan las calles sin saliva. Y las plazas vacías. Hasta el viejo frontón llega Diciembre con su robustez cansado, con su gesto torvo nos devolvió delirantes a los besos.
Hay en Diciembre un misterio en cada esquina, un silencio de choperas en las Huertas y manos cansadas en las viejas alcobas.
!Que soledad entre el robledal de los Cansados y el bramido del tiempo en Barcaliente!
Dicen que sólo quedan cuarenta casas habitadas y no sé cuantas vacías, con sus aldabas en el corazón sitiadas.
Dicen que el otoño avanza como un río hata la cárcel del invierno. Asoma ya entre guiños, viñas. higueras y abrazos.
Vuelvo de nuevo a la memoria. Dicen los más viejos que en la Antanilla crece ya la flor de la nieve. Dicen que el ulmo pronto nos sorprenderá con sus flores blancas.
Un saludo, atravesados. 16.12.2008.-10:00

LA PRIMAVERA TODAVÍA NO SE VE
Invierno. Las sombras de la iglesia son miradas sin paisaje.

Invierno. Las sombras y las paredes de adobe abandonado, ¿qué tienen de igual?

Invierno. Las sombras y el hojoso viento,¿qué tienen de igual?

Invierno.. Horizonte gris. Tierras grises. Laderas grises. Neblinoso aire gris.

Las sombras, color de hollín, vienen a morir entre un plantío de abrazos.

En el monte azul la borrasca fiera arrastra las hojas en su arista leve. Y la bellota en su dedal.

En el adobe abandonado, un pueblo que se oye como un verso de Martí.

Invierno agrisado por los años. Enero ríe en los ojos de las casas que su vida humea, en el viento dolorido de viene de la fragua, en las mañanas de copla y niebla, en la inmarcesible gloria.

A pesar de todo, seguimos estando allí. En los inviernos más fríos, en el baboso átomo de la célebre pintada. Aunque la primavera todavía no se ve.

Un saludo, atravesados. 16.01.2009.-09:40

KALZATELLA; PASADO QUE RECUERDA Y OYE.
Síntesis de una investigación en marcha:

1- Fuimos pueblo de cal.

2- Descendemos de ROTURADORES que aprovechaban cualquier claro del monte para su asentamiento. CINCO heredades principales.

3-La influencia de los monjes, tan expresada y consentida, no ha sido tanta.

4- Gran influencia de VILLARRUBIA como población de alcance.

5- Nació nuestra tierra al abrigo de tres fincas principales: Finca de los monges, finca de los granos y finca del palacio, que no fue palacio, si acaso un alcázar o recinto amurallado.

Y ADICA, el primer habitante de Calzadilla.

Si este tema interesa, seguiremos investigando.

Un saludo´atravesados. 20.02.2009.-10:02

RE: KALZATELLA; PASADO QUE RECUERDA Y OYE.
Investigación en marcha:

1- Fuimos antes villa ganadera y roturadora que cibaria.

2- Fue antes el Hermanillo monte, que los hermanos monges.

3- Kalzatella, ¿ aldea de Mansilla, villa del Cea o villa de Tierra de kampos?.

4- Siglo IX: Junto a la villa de Villarrubia, aparece una heredad (roturada) de paisaje informe, deshumanizado y con mano de obra agobiante y barata. ¿Calzadilla?

5- Una mujer y un mozo de Vozmediano (Pedro),cogen mielgas en una tierra que no es de su propiedad; por ello, son denunciados. (96

NOTAS: Cinco apuntes, cinco dedos en cada mano; no más.

Recuerdo: ADICA, primer habitante conocido de KALZADILLA.

Estamos investigando nuestra historia. Si es interesante, seguiremos adelante. Estamos ahora centrados en RAMIRO III.

Un saludo, atravesados. 21.02.2009.-00:22

RE: KALZATELLA; PASADO QUE RECUERDA Y OYE.
Sigue la investigación:

1- SPECIOSA, primera mujer conocida de Calzadilla.

2- Speciosa junto a su hijo Adica, venden al momasterio una villa cerca de Melgar y una heredad en Calzadilla.

3- Nombres propios para conocer nuestra histuria: Valle de Ratari, Mozorore, Villa Elías Y Bustelo.

4- Antiguos tributos a que estaban sometidos nuestros antepasados: fumalga, fornaje,diezmo, impuesto de los huertos e impuesto del cordaje.

5- Calzadilla empezó siendo una heredad de siervos resignados a su suerte. Convivían con los "religiosos" en la mejor armonía posible.

Nota: Avanzamos sobre el estudio de nuestra tierra. 25.02.2009.-09:09

RE: KALZATELLA; PASADO QUE RECUERDA Y OYE.
Ha llegado hasta mí un documento de gran valor. Élla lo denominó AÑALEJO; yo solamente libro viejo.

Gente sabia las generaciones que nos precedieron. En algunas de las antiguas famiias de nuestra tierra se anotaban todas aquellas cuestiones que consideraban importantes o anecdóticas.

Os adelanto, amigos del foro, algunas de sus cavilaciones:

1-LAS MANLIEVAS prestadas en enero...

2-Tributos a pagar o pagados:el roce, los consumos,...

3-El último año que se vieron por el alto de las Barreras los malvices.

4-Registro de hombres del pueblo que llevaban reloj de bolsillo con saboneta.

5-Las diferencias y semejanzas entre una golondrina y un arandillo.

6-lAS FERIAS DE sAHAGÚN, los últimos martes de cada mes; los 28: recados, vecinos,...

7- Los viajes a León, al curandero, a los baños,...

8-El nombre del último chico que recibió el aguinaldo por avisar que había llegado la cigueña. (188 . La costumbre desapareció poco después.

9- Las mozas que iban por chivazas a Caramellones. Se usaban como perfume.

10- Anotaciones sobre cibarios, comidas y convites regulados por entonces.

Y tantas y tantas ideas, visiones, formas de entender la vida y la memoria.Tambén estos documentos son parte de nuestra historia.

Nota para mi estimado Gabis: Ya pronto es tu santo, que pases un gran día.Sobre Adica y su madre, seguiré investigando.De todas formas interpreto, con los datos que tengo, que su madre vivía asentada en las tierras de MELGAR y que la heredad de Calzadilla se la cede a su hijo pra instalarse allí.

Un saludo, atravesados. 25.02.2009.-22:39


RE: KALZATELLA; PASADO QUE RECUERDA Y OYE.
Avanzamos en la investigación.

1- Sorpendentemente aparecen ventas de viñas y permutas en Castellanos, Villarrubia, Calzadilla y Villa de Elias.

2- Los legajos encontrados hasen referencia a una actividad más ganadera que cerealista.(roturadora).

3- Otros nombres propios de nuestra historia: Frexeno, Assinario, San Felices y Nanin.

4- Los habitantes de Calzadilla estaban sujetos a las corvées.

5- Tiempo de referncia; 1250- 1350.

Un saludo, atravesados. 27.02.2009.-14:14

RE: KALZATELLA; PASADO QUE RECUERDA Y OYE.
Nuestra historia:

1- Calzadilla, puerta de la comarca del CEA.

2- Tributos, 1365: Cada poblador una gallina. Cada vecino dos sueldos.

3- Impuesto MORTUORIO: Lo que se pagaba a la muerte de una persona- herederos y legatarios- con destino a las obras de las murallas.

4- Calzadilla, ¿última mancha forestal de TIERRA DE cAMPOS o última mancha forestal del páramo leonés?- 1355-

5- Entre el término de Bustelo y el valle de Moratiel, los vecinos de estas heredades,no forman un núcleo compacto de hábito, viven dispersos, asentados en medio de encinares, escobas y robledales.

Un saludo, atravesados. 02.03.2009.-14:25

FEBRERO: DOS ORIENTES ENCENDIDOS.
Donde el año fue Enero, muerte está.

Febrero vive ya en la primavera capona, en el vuelo seguro de avesfrías en desbandada, desde el vallejo de Pirgatón hasta el vallejo de La Naviada.

Febrero: Contemplo su piel de pueblo envejecido. En los montes silvanos y centauros. En las fuentes napeas, y en el aire esfinges y harpías.

Febrero: Cerca de Villarrubia el silencio alelado. En el rescoldo de la lumbre cepas viejas y añeja encina. Nubes azules posan sus manos grises sobre las paredes de la Carrancha. Y violencia de colores en las charcas.

Febrero: Las voces aflautadas de los hombres. La niebla cerca de l abismo, con esa crueldad algunos días.

Febrero con toda su luz de piel castrosa nos devolvió deliantes a los besos. La primavera estaba allí, entre dos orientes encendidos. Estaba entre nosotros e irremediablemente nos acompañaba.

Un saludo, atravesados. 17.02.2009.-14:30


JAIKUS MARZALES
1- Nos sorprendió marzo con ss mañanas claras;
en la dehesa, el tordo mandarín
y la ventisca fácil.

2- Bandos de pájaros en la era silenciosa,
oración de la tarde en la solana
y árboles de invierno todavía.

3- A veces cruje la noche
entre la mimbre y el espacio,
son necesarias las leyendas de crepúsculo alargado en
las Traperas.

4- Viajero que al llegar siente la llanura,
la niñez sonríe,
que demasiada luz nunca estorba.

5- Ella sufre en alguna parte,
sin hora la noche;
rocío de sandías y casas cerradas.

6- Murió su única estrella,
no alumbra otra luna de pan
que la melancolía.

7- Esperan los homéricos pobladores la costumbre del
tiempo, el invierno que muere,
el zarpazo de un dragón.

8- Mariposas y pájaros nuevos en el cielo,
conversa una anciana sola,
sembrados de primavera.

9- Pronto la parra en hojas,
canta el cuco en el valle de Arriba,
la belleza está en las garzas de pata s blancas.

10-Llegará abril, las lilas cortaré,
a su nido el alcaraván va tardío
en este marzo septembrino.

Un saludo atravesados. 23.03.2009.-18:14


JAIKUS DE ABRIL2
Fue un día de invierno viejo,
de primavera nueva,
y de vez en cuando, besos y abrazos, y ademanes sin saberlo.

Todavía corre el agua en las regueras,
un airón terrible rozó calles y rostros,
y en las Huertas; sombras aserradas, vino viejo y comida poco hecha.

El verde de los campos
que miro en los Villares
las lágrimas me ha saltado.

En la cuesta la canal
mariposas blancas en el campo
y árboles con brazos abiertos.

El sol cae allá lejos
en la tarde de Terdevela
como un guerrero herido entre las suertes.

Fue valiente abril
entre gerineldos y abrigos,
cerca de un viejo palacio, cansado.

Un saludo atravesados. 21.04.2009.-12:07

CALZADILLA: Primavera oculta que llora.
Cardo verde y amapola en el tallo todavía. Negrillas.

Encinares en la dehesa que tantos miedos anida. Jarales en la Navica. Viento solano en el Recorvo; en su cuesta prendido.

Primavera inverniza. Palomas retraídas tras sus sombras vuelan. En secreto acuden a una cita con tordos y arrayanes. Las Quintanas.

Y después de tanto viaje a escondidas, la primavera más bonita que nunca vieron ojos y años. Entre Pocicos y Préstamos tardíos.

Un saludo atravesados. 27.04.2009.-10:03


PRIMAVERA OCULTA QUE LLORA.- 2-
¿De qué hablar cuando estamos lejos de la tierra?

¿De qué hablar cuando hablamos solos?

¿Qué recordar cuando el ave que llama al relente no es coruja ni alacrán?

En esta primavera tardía, nada mejor que observar que el trajín de ls grajos, el ir y venir de las golondrinas, el trino del mirlo casi al final de la tarde o el caracol sin movimiento; cerca del valle de Arriba.

Nada mejor que recordar aquellas casas de barro,los huecos donde ocurre la vida.

En esta primavera sin prisas, hablan sus gentes de vallejos inmensos, de valles presentes e indiferentes Traperas.

Fue su vida dura, hablan bien cien cuadernas de fatiga.

Hoy, cuando ellas hablan en silencio y todo el mundo de epidemia, recuerdo yo a todas las madres de Calzadilla cuando se endurecieron sus manos y aguantaron tantos desvelos. Por todas ELLAS.

Un saludo, atravesados. 01.05.2009.-04:58


CALZADILLA : Dicen que fue ayer 29 de Abril
Desde la orilla, desde la otra mitad:

Se notaba la primavera más fuera que dentro del pueblo.Pero breve. Para la solana del antiguo molino, el invierno todavía se alarga con su abanico.

Fue un día de cielo azul cobarde,entre choperas de abrazos y las miradas enormes de sus pobladores.

Se notaba el invierno en el silbido del mirlo, en el vuelo lento y perezoso del cuervo desde algún salidizo de la casa de Juanito hasta las Barreras o hasta el huerto del señor Dídimo.

Murió la tarde cerca de un Jardín mágico. Y los ademanes de sus gentes entre sueños y abrazos.

Se notaba el pueblo en sus vecinos quietos, en sus cavernas sin eco.

Llegó la noche. Y la luna de abril nos devolvió delirantes a los besos. Adios. Tristes son las despedidas. Hay quien no se ha despedido nunca.

Un saludo, atravesados. 30.04.2009.-11:55

CALZADILLA: Mayo en sus labios.
Un mes antiguo pasó y otro nuevo se adivina. Mas no metamos mucha prisa en este viaje. Que mayo dure muchas siestas prolongadas, que modele otras tantas simetrías.

Atracado quedó abril en las esquinas de la torre y de Porfiria. Errado y desmedido pasó; generoso en lo poco, eximio en elogios.

Mayo llegó a los Linares, donde la memoria crece y la sombra se decora por primera vez, sola.

!Mayo, que de los nueves guárdate!, decía mi abuelo; en el Tomillar vuelan dos águilas gemelas en ingente algarabía.

Mayo y noches de luna escasa, nostalgia de ausentes. En Cornejales y Marisanteros se cruzan el aire y la tierra frágil; allí antiguamente se proclamaron milagros y reyes.

Estimados atravesados: Esto no es mentira ni teatro. Las mañanas se agarduñan en las Loberas, se vuelven cálidas las noches en el valle de Arriba y en la Carrancha los centenos viven gloriosas hazañas guerrers.

Y el sol, todavía bajo en las Mermejeras, anuncia una primavera lila y llena de blancas ofrendas.
Muy cerca de allí, hace muchos años, hacían el amor las últimas yeguas negras.

Un saludo 07.05.2009.-00:24

LANTANILLA; mundo de pájaros y abismos. -1-
Nacimos donde tuvimos que nacer. En un pueblo de labriegos que ama la cuesta y el ribazo. En un pueblo de hombres siempre en la tierra, de mujeres siempre lavando. Eso fuimos. Eso somos. Un pueblo que siente su tierra de picos escapantes besándose los labios. Lantanilla. Cerca de Peñacorada, aunque para ello hayamos tenido que elaborar un mapa de tisteza.

Que Lantanilla existe, no hay duda.

En Terdevela se abre en dos mitades. Todavía más allá, en Hojasqueras, Préstamos y Valdequintas, recoje lastimera las lluvias de la última primavera.

Más abajo, el Remollar, con su grito de bueyes y prados embarrados se vuelve verde y atrevido en Valretel; enorme valle escondido del monte, lleno de juncales y aguas claras.

Cerca, la productiva Nava y los Villares, que son tierras de galopes y de otoños, donde antaño se levantaron palacios, castillos y casas de tapiales.

Ya en Cantoblanco y las Florencias, el horizonte salta como un rastrojo inmenso, de trenes desbocados y llanura a bocanadas.

Toda la tierra es un llanto mutilado por los bordes. Y Lantanilla, como un verso de Martí, despide sus quimeras entre el misterio de sus valles y el rumor de manantiales.

Caminan sus moradores de la fragua a casa del herrero, por la calle comen pan hasta la casa del panadero. Todo el valle es un recuerdo de alas cerradas que me persigue. Me persigue el viento del Tiruelo, el airón de los Linares, la brisa del Mar y el misterio de la dehesa llena de córceles mágicos y animamales mirándOse.

Nota: el término LANTANILLA no se corresponde con ninguna realidad concreta.

Un saludo. 11.05.2009.-10:05


LANTANILLA: pájaros y abismos. ( 2º parte.)
Lantanilla es tierra pobre y planicia en apariencia. Es tierra de armonía, la tierra campesina de mis sueños infantiles que un valle de siete lenguas desafía a la cólera de un alto sitiado de viñedos y navicas transparentes.

Allí, el prado verde sucede a la mudanza de las espigas; las hierbas altas a la tarde lenta, el carámbano inunda el valle seco; y desde arriba, un niño recuerda el abismo del invierno todavía.

Allí, las laderas guardan tantos secretos como la muerte con su aprejo. Y entre vallejos enormes, barriales ahorcados y prados embarrados se derrama el agua de las fuentes con su gotear lento hasta el bajamar de la tarde.

Allí, en el aire, bandadas de gorriones coronan un cielo teñido de aullidos y eternidad. Y vivir ya es algo.

Lantanilla está ahí, semejante a un cruce de valles en su muerte, con sus avenidas de trigo y su falda galana llena de tomillo, andrinos y manzanilla verde.

Sequedad, aire, monotonía.

Allí nunca estoy solo. No hay disfraz ni pedantería. Aunque después de mucho caminar se divisan algunos chopos con desgana.

un saludo, atravesados. 25.05.09.- 09:59


LANTANILLA: pájaros y abismos. ( 3º parte)
Desde siempre la niñez y los recuerdos estarán en aquel vallecico; sobre una trilla molida por mulas deformes y mozucas.

Espera Negrillas a su vuelta de los Villares un valle manso; el vallín de Nuestra Señora, lleno de canteales, fuentes limpias y mariposas blancas.

Más allá de un pueblo en ruinas, los dos valles unen su color y se pertenecen, para recibir al arroyo de Pirgatón, de juncos grandes y sombrías aguas.

Los Zalzes y los primeros hondones rescatan el compacto y endurecido valle. En su remanso y camino ancho, la humedad de Mamilanos hace señales entre un pedregal de cantos y llamargos viejos.

Laderas arriba, el longevo tomillo desaparece y se vuelve al origen de la tierra lenta.

En lo más alto, tremadillos de viñas y llanuras enormes de mencía suceden a antiguas tierras de lino y sedientos peregrinos. Y los besos de las uvas se juntan con un sol de justicia y sin blancura.

Temblorosa, el agua zaleña recibe la del Remollar y Valretel, que límites atrás juntó sus dientes para desembocar en un redondal sediento; su caudal es pobreza y las últimas lluvias apenas si llegan.

Ya el silencio se hace grande en un valle único de moradas cardinchas, de pajarines verdes y de algunos potros domados relinchando.

Pero el silencio no basta. No basta el perfume de los majoletos ni el tesoro de las Florencias.

El valle avanza alerta y tiembla el agua, recogiendose otra vez sobre un altar de chopos y espinos sin memoria.

No basta estar alli. Lantanilla es ahora un valle mágico que se aleja hasta Bercianos en tramos hospitalarios y lentos.

Se abrazaron dos veces los valles. Después, altiva, Lantanilla los recibe con sosiego en un parto que no abdica de pueblos humildes, de corrales de ganados, de ermitas y antiguas casas de labor, de llanura siempre abierta y dehesas siempre mirándote.

Nota- Para Leré: Por aquellos pagos; que existen de verdad, me dejo llevar; ellos me llevan.

Un saludo, atravesados.28.05.09.- 12:53

CALZADILLA a mediados de mayo.
JAIKÚS:

- El vuelo del águila en mayo
quema el aire en Calzadilla,
y es fiel la sombra de la encina,(más que nadie).

- Mayo irisado en los Pontones,
el sol remonta en el Raposo,
la verdad se abraza en el trinquete.

- Mayo es bajo sus labios,
misterio y tránsito,
melodía y azahar que se insinúa entre calles y casas.

- Mayo en las Barreras
a orillas de abril suena.
En el Crespal ni amargura ni pena.

- Sonreído el sol va por una pared de la torre alta.
El cementerio en sombras, y de las parras del señor
Ulpiano verano y mosto presiento.

- Trigal verde, cebada morena y avena loca.
En el aire vuelan por su dueño
bandadas de pájaros negros, mesetales.

- Los niños al cielo llaman cielo,
dicen que es muy alto.
Ropa limpia, cielo limpio, rocío de mayo.

- Mayo es lago de verdores,
el Garcellar alguna vez fue un otero,
y en ilustres balcones ventanas con frailero eterno.

- ¿Dónde aquellos nogales de Trinidad
y la sombra fría?
¿ Dónde el amigo y el plantío abierto?

- Mayo sitiado entre el calor se esconde.
Mayo regala mayo
y vivir en Calzadilla ya es algo.

Un saludo, atravesados. 14.05.09.-10:50

CALZADILLA: Verano otra vez.
Verano casi ya.
Caminan las mañanas azules y a escondidas hasta el mediodia en las Maticas.
Siestas de trajín y coplas. Viejas canciones que se oyen por Terdevela.
Tardes cálidas coronadas de flores moradas, heno nuevo, arrén y amargaza entre las casas.
Atardeceres de celestes rojos y carmines de sangre en las corbatas.
Noches largas y aire acuchillado en las huertas, según el ruido de los chopos que se oyera.

Verano ya.
Barriales, vallejos y naviadas no ignoran el hastío y su hermosura.
Cebadas muradas en los Hondones, y trigos que son delicia entre cincones y mentiras en la Mata la Merina.
Todo el paisaje es un incendio amarillo y verde que se escapa por los bordes de Florencias y Rasales.

Verano ya.
Lo provoca la forma en que me miras.
Otra vez historias de camiluchos y agosteros en la solana antigua.
Otra vez la brisa de la noche trae de las casas cercanas el rezo de un rosario y el rumor de lo que escribo en estas fechas.
Aquí, donde huelen las rosas en los corrales que algunas mujeres cuidaron en la fiesta de primavera.
En Calzadilla, en días de sol enorme y trenes desbocados sin nombre hacia el futuro.

Un saludo, atravesados. 09.06.09.-23:48

JUNIO era JUNIO: tapial y agua
Reconozco que este mes no han florecido los versos como quisiera.

Reconozco que la muerte, como un huracán, corta todos los alientos. Hasta los días de gélido cielo azul, rebosante, la muerte anula todas las promesas y nos devuelve delirantes a los besos.

Alguna vez dijo el maestro Victoriano: " Ya no lucho, sonrío, contemplando hombres de sueño- tapiales?-, buscándote en callejas temerarias".

Reconozco que muchas veces me he preguntado por culpa de quien habrá llorado tanto ese tapial de la Fuente Grande.

Me pregunto cuantas cosas habrá visto y oído, con sus tímpanos de amarillo barro, con sus ojos de piedra endurecida por el tiempo.

Ayer, dormido en el fuego vio morir la leña del invierno.
Hoy, la sombra de una fiesta y manjares en la mesa.
Siempre el rito lento del agua que todo lo observa.

!Tapial de mapas azules y cordilleras gentiles! Muy cerca el ruido del agua que no escribe.

Reconozco que he encontrado el dolor en la muerte de un amigo, en el amarillo infinito, intransitable de un tapial, envejecido, cerca del agua.

Dejadme expresar este mes así, con estos versos innacidos.
Que no soy el poeta que quisiera. Solamente un honrado comerciante de palabras.

Un saludo, atravesados.30,06,09.- 09:52

LAS NOCHES QUE NOS GUÍAN
En nuestra tierra sin agua, el sol llega a su ocaso en Terdevela. Se oculta también entre las escasas paleras que sobreviven en la Fuente Graqnde. Son paleras viejas, con su tronco deforme y sus ramas precipitándose hasta un ejército de sombras.

Soledad íntima. Un aire tranquilo y moceril invade casas y alrededores de las eras.

Y la inmensa luna, encima de nuestras cabezas, hace del cielo una áspera llanura que se fortifica en la Nava y en las fincas viejas.

Son las noches efévicas de julio proyectándose en aceras, calles, tapiales y portales. Son noches azul grisanta, noches palpitantes de rutinas cotidianas. Noches de grillos cansinos. No suena ningún reloj; ni en la iglesia, ni en la plaza de la ermita. Antes de las doce resulta muy raro que algún mozo ronde por las calles cantando ARRIMADITOS.

Sólo el ruido de persianas que se alzan para que el fresco llegue a las alcobas.
Sólo el bureo de los gatos en las parras de Vitín, al despedirnos en el bar de Donato.
Sólo noches grandes, de silencios grandes. Sólo algunos perros ladran en el trinquete y en el barrio de arriba como si riñeran a distancia.

Silencio. Ya no existe la costumbre de correr los garbanzos del señor Heliodoro en la Mermejera grande.
Silencio. Una brisa cada vez más señora y más duelera en las noches que nos lleva.

Llego al sueño y me asalta la duda pavoniana: ¿Y si mañana, uno de agosto, no despertase nadie y me viera solico, llamando desesperado a todas las puertas sin que nadie me abriese?

Un saludo, atravesados.31,07,09.- 17:32

AGOSTO: alheñas, alitensos, labiernagos, alcanas,...

Agosto. Sol eterno sobre sol de antaño, sol de siempre. La fiesta de los jóvenes, la paz inmóvil de la vejez.

Agosto. Huele el aire a matas calientes. Por las tardes el cielo se pone de un color zapato clato.

Agosto. El azul perfecto del cielo. La claridad siempre viene del cielo. El azul antes de la noche volviéndose azul cobarde.

Agsto. A fatigar los campos salgo. A fatigar los campos salen Quirino y su abuelo. Quirino siempre va en busca de una historia y yo acabo contando la búsqueda de esa historia.

Abuelo: Enséñame a mirar, le dijo Quirino.

1- Enséñame a mirar ese mar de tierras en silencio, llenas de sol calientes, que hace a las gentes cariños bárbaros´.

2- Enséñame a mirar un árbol solo

3- Ensñeñame el orden antiguo, con sus corrales de ganado, con sus ruinas mirándose: El corral del señor Luis, el del señor Trinitario, el del señor Florencio, el del señor Bernardo, el del señor Juan ( El tuerto), el del señor Gerardo, el del tío Nicefro, el del señor Máximo, el del señor Genaro, el de...

4- Enséñame a mirar el techo de una encina. Y la bellota en la altura. Y la bellota en su dedal.

5- Enséñame a mirar ese horizonte de tierras que el sol calcina.

6- Abuelo: Enséñame a mirar el misterio de las casas cerradas. Yo llamo a su puerta y pregunto a la familia.Siempre oigo la misma respuesta: viven ahí, pero nunca están.

7-Enséñame la brisa que es nido de valles pequeños; donde se abrazan los álamos y se tambalea su firmeza.

8-Enséñame a mirar la sombra que pudo ser, sin apenas verde alguno que enamore en el Cercado.

9- Enséñame a mirar ese sol que enloquece a los pájaros negros y aventa la tristeza del otoño.

10- Enséñame a mirar el viento que de los Linares viene. Y dime como se puede detener con pidras blancas.

Como el niño que fuimos, agosto se nos fue . Se fue como la juventud con sus desordenes,con toda su obra de salitre y menta.Agosto pasó camino de otras metas, quizás, luegos, nuncas o por si acasos.


Dicen los más viejos que las mozas se preparan para recoger arbustos y hojas secas en la segunda primavera. Será polvo de alheña, de acanto de alcana, de..., para teñir su pelo blanco.

Un saludo, atravesados.28,08,09.- 13:03


LO CUENTAN NUESTROS MAYORES
En setiembre...

De la fuente LA SALUD brotaba cada hora un buey de agua. De la fuente los Ribazos medio buey de agua. De la fuente Los Coritos un cuarto de buey.

Hasta la dehesa, hasta las matas del Rasal, iban los padres más jóvenes para recoger agallas de roble y hacer tinta para el maestro nuevo que había llegado al pueblo.

Algunas mujeres, al murmullo de la sombra, en LA Panera; adornaban con gran maestría búcaros antiguos.

Los chavales más traviesos recibían del cura más longevo castigos y buzcarones.

La cabreriza del señor Esteban, en la cañada de la Langosta, ha resistido todos los vendavales del tiempo.

Solamente en una casa del pueblo existía la bujiéria.

En relación con los cartones: marcábamos la garza, lanzábamos a raya, teníamos un capital de 25 o cien. Hasta alguna vez se ganaba "la pona".

Dicen, en el barrio de abajo, que el señor Baudilio sigue afinando su música con un instrumento que se llama corneta de llaves. En el barrio de arriba discrepan. Afirman que el instrumento que toca es un fiscorno.

Para todos nuestros mayores, para los atrvesados, un saludo. 10,09,09.-00:28


Lo cuentan nuestros mayores

Setiembre.

Antes fue la fiesta envasada y larga. Ahora gabrieles y berza blanca. No falta la soledad que el otoño invoca en los Lláganos o en Cantoblanco.

Mañanas de luces moscateles. Tardes llenas de gajos y lentos círculos.

Lo que importa de setiembre es el horizonte. La vendimia es el horizonte. Con sus trozos de mencía, con la madera atemperándose.

Baila la vid en Pirgatón. La eterna luz de la luna deja un sabor añejo en las cepas.

Estío de valles secos. Otoño alcanzadizo.

La vida se hacía todavía en la alcoba de verano. Las mujeres más jóvenes del pueblo muestran gestos anbiguos en sus bocas tristes.

La vida era verdad. La noche era verdad. La siesta huele a sementera.

Para cenar, hules azules y amables colocan nuestras abuelas en las mesas de formica blanca.

Otoño. El tiempo que todo lo cura. Vuelven lágrimas cerradas de humedad al kaimicí del señor Antonio. Protestas antiguas.

Abuelo: Puedes contarme cualquier cosa. Incluso cuentos al amor de la lumbre. Pero creer no es importante. Lo que importa en otoño es "saber mirar".

Abuelo: !Y por ese trozo de cielo azul!, ¿cuánto tienes que pagar?

Un saludo, atravesados.16,09,09.-03:45

LO CUENTAN NUESTROS MAYORES.

En setiembre, a finales.

Cuando el tiempo a porfiar se atreve. Aquel pueblo en sus remotos pagos. Al rayar el día.

Cuando al molino del señor Daciano íbamos "a ver nevar el trigo".

En setiembre. No chacharean las golondrinas. Ni el coquí de aquella. Mañana de contras echadas. Arrecia el viento su coraje. Juegos de pillar y saltar cerca de la escuela. Toca trancar las puertas. Y de los árboles, blanquear su tronco gastado por los años, por ausencia.

En setiembre. Madrugadores pedos de lobo en la era. Viento de amrgacena. Contra los días de tristeza, vino y vejez. Pájaros y relucientes pajareras.

En setiembre. A renovar tejados de cuelmo y zarzo en el barrio de la iglesia.
En la Carrecea nos sentábamos a "escuchar aviones", a creer en el engaño.

En setiembre. Cuando dentro de las casas ya habita el otoño.

Un saludo, atravesados 23,09,09.- 09:50

RE: LO CUENTAN NUESTROS MAYORES.

En setiembre crecen en la memoria estampas de antaño. Las mismas estampas que se jugaban en un buen tanto de pelota Siricio y Emiliano.

En setiembre el sol sale todas las mañanas. Como en los días útiles del año.

Días de mañanas frías, de mucha ceniza, de hogueras lentas, de pájaros junto a la hoguera.

Días de sementera en las ocres tierras del monte La Reguera. Y montones de sacos "olvidados" en la ladera de los Caños, con elegantes caballeros de nitrato de Chile, de Fertiberia.

Por las tardes, en la escuela, pintábamos banderas de paises que no existen. Y en la plaza, vendedores de colchones. Y la sabiduría de las gentes contando con sus dedos. Cinco. No más, en cada mano.

A la vuelta de la esquina: El hombre de las muletas, el cojo de Peñacorada, la Chamelona. Y la cruz de los pobres trasnochando.

En setiembre. Una abuela enorme vive en una casa blanca, en la Plazuela. Con su túnica gris, con su mandil de lunares sigue haciendo acopio de leña en la segunda primavera.

En setiembre Quirino le dijo a su novia: "Ven y nos moriremos en las huertas".

En setiembre, en las tardes humeantes, vimos el arco "mairuelo". Cuentan nuestros mayoes: Ni el tiempo será malo, ni el tiempo será bueno".

Un saludo, atravesados. 24,09,09.- 13:37

OCTUBRE: Varejón cruel y águilas latinas.

En el mismo viaje. Son los días de octubre hijos de cielos claros al amanecer. Con la abuela me encontré doblando la esquina del señor Goyo. Son las siete de la mañana. Octubre empieza bien.

Han florecido de nuevo los perales en los Huertos. También el rosal de la señora Perpetua arrecia su coraje cerca de la cárcel del invierno.

Hay casas vacías en el pueblo. Se han marchado sus pobladores hasta otros bloques de miradas. Y sin ellos, las calles quedaron llenas de misterio.

Es hermoso octubre en el comienzo. En la quincena, cuando llora el silencio tantos días. Al final, camino de noviembre; tardes de feraces plantíos y la tierra en la venda de la herida.

Crece la angustia en los más viejos. El viento en la nuca. Los rumores siempre.

Rumor y sangre de vendimia. Nostalgia antigua. Niños y mayores corriendo entre las cepas. Garetas y cansancios.

Está la leyenda de la sementera. Esperamos la lluvia. Pagar las duelas.

Dicen nuestros mayores que octubres sólo hay uno. Dicen los más sabios que bandadas de tórtolas y calandrias no andan lejos.

Creedme. En el Escobar altísimos vuelos de águilas latinas. Y un varejón enorme maltrata al ganado en su siesta de chumberas.

Creedme. Oigo el rumor del agua en la fuente grande desde casa. Creedme. Mi memoria es también agua corriendo. y escribir no sé "de nuncas que no existen, sino de siempres nuestros para siempre, o quizá todavías que nos aguardan".

Un saludo, atravesados.01.10,09.-01:25

Octubre: La inocencia de los pájaros.

Errantes vuelos y choyas en desbandada.

Vuelan, cerca del Llamargo viejo, tristes y torpes calamones.

Enamoradas tórtolas, con sus temerosas alas, sobrevuelan Rugideros y Quintanas.

En la cansada luz de octubre, bandadas de tordos rubios pastorean el pan abandonado en las tierras sembradas de Liparra.

Son las Huertas una cárcel de ruiseñores cansados, sin brillo, taciturnos, con su dolor detenido mirando para otro lado.

Mañanas de sol aradas. Voces de bronce y de barro. En las Barreras, un bando de tetraces insisten en la otra primavera que ya llega.

Al valle de Alonso regresó el águila militar con su vuelo justo, con su dentadura pobre y su mirada detenida en la heredad del señor Dalmacio.

Octubre. Caprichosas aves se acercan a mi boca. Sencillez de vuelos más allá de los allases.

Octubre. Ya no existe aquel olor a herramientas y a manos. Octubre engendra silencio de vuelos, inocencia de pájaros.

Ya en el cerco de la tarde se atrincheran horizontes y fronteras. Largo viaje. El pájaro sigue atrapado en la hiedra que no vueia. Ya no construye su nido en el invierno que me espera.

Un saludo, atravesados. 14,10,09.-01:32

San Hilarión: "lluvia ventisquera hasta San Simón".

Yo estuve allí. Jirones de nubes lancinantes. Paredes de barro y racimos de pardales en círculos verticales.

Me lleva la memoria hacia las huertas deshojadas, hacia la fuente en sombra por la lluvia. Como un vuelo de palomas retraídas camina octubre hacia el dolor de los baúles.

Brillo de manos atardecidas. La lentitud me abriga. En la solana no crecen las palabras.

Me lleva la memoria, con su acerada túnica, donde el el otoño su rigor extrema. A miradas torvas me lleva desde la torre de la iglesia, desde la era de arriba.

Me lleva la memoria a una calle y a otra esquina. A plazuelas solitarias y a callejas sin salida. En aquellas tierras de almagre, de vendimias minerales.

Otoño en Calzadilla. Otoño en mis huesos. Allì pájaros sin prisa rasgan la bóveda del cielo.

Allí amé una vez, por San Hilarión. En sueños, sin saberlo.

Un saludo, atravesados. 21,10,09 23:31

SIEMPRE TU "recuerdo"

Trece de noviembre. Viven las calles de Calzadilla el aroma angustioso de la muerte. Sombras alargadas. Lentos transeúntes de humo. En las Huertas clama el alarido impotente del zorzal.

Trece de noviembre. Dijimos adios al señor Dionisio entre el juego lento de los tranvías. Entre garzas matinales, rostros callados y niños mirándose.

Trece de noviembre. Te dijimos adios. Y el tiempo va a girar más despacio "sin uno de los nuestros"; sin uno de los Bravos".

Adios. Cerca de un jardín mágico. Tienes que saber que jinetes de sienes plateadas te acompañaron desde todos los estados. Vinieron de la Nava, de Grannarias, de Bustelo, del valle de Elías, de Castellanos, de ...

Trece de noviembre. Siempre tu recuerdo permanecerá con nosotros. Siempre un recuerdo de pájaros volando en un cielo azul tupido de señales. Siempre un rumor de leyendas y deseos. Siempre tu memoria. Y sólo flores a tu lado.

Desde la TIERRA, siempre.

Un saludo, atravesados.13,11,09.-20:16


DICIEMBRE: El carro delante de los bueyes

Duermen los carros su vejez en los días goteantes de diciembre.

Carros difuntos que en los portales parecen guerreros abandonados.

Duermen su alargada sombra sobre las dulces ruedas del invierno.

Carros con sus costanas, con sus cartolas y bordigones para aumentar la carga.

Carros con su caja, con su tablal sólo, descansando sobre la calabaza.

Carros manteados por álabes de familias pobres, ilustres y antiguas.

Carros narria de ruedas atimpanadas.
Carros alistanos de vigas largas.
Carros tartana de toldos viejos gastados por los años.
Carros con sillín, carros con galga, carros cagalera, carros...

Duermen los carros, Quirino. Duermen y guardan tantos secretos como las mujeres cosiendo a la luz de la nieve, cerca del asmático invierno.

Duermen los carros, Adelaida. Como bailarinas muertas duermen.

Un saludo, atravesados. 12,12,09.-19:55

Bueyes y arados.

Será tu voz de arado en diciembre, tantos años. Entre noches antiguas y días de nieve.

Será tu eco en enero. Cuando vuelva al tiempo varado en los corrales sin nadie. Sólo arados sin gente.

Arados, Quirino. Arados que son dragones en el invierno dormidos.

Arados con su cama, su cavial, su gallo, su golondrina, su haza y sentadera. Arados con su gato, que servía para arar a una u otra mano.

Del arado la espiga, la esteva, la camba, su rabera. Y las manillas labradas con manos sabias. Hacían de agarradero, y donde se apoyaban los héroes para hacer más fuerza en la tierra, en sus manos.

Del arado el ventril, la reja, la vertedera, el rastral y la tariyuela.

Arado hispano, similar al castellano.
Arado chivato o arado fijo.
Arado de gancho, primitivo y encorvado.
Arado braván y malcate.
Arado romano, arado de arados.
Arado de horca, arado con dos varas, arado de balancín, arado de discos, arado de...
Arado de manjera, bisurco, trisurco, de volteo y timonero.

Acaso tu voz, arado, muriendo en mis brazos.

Acaso tu eco, arado, en el invierno triste y lento.

Arados, Quirino. Arados y bueyes dormidos.

Un saludo, atravesados. 14,12,09.- 17:36

El último invierno en Kalzatella


Estuve allí.

Echaba de menos aquellos tiempos color tapial y bordes gruesos.
Echaba de menos aquel invierno en que los niños se convirtieron en aves. Donde el invierno avalanzaba su coraje sobre calles vacías y casas sin nadie. Donde el aire silbaba fuerte entre los dientes de Frencisco y Nicomedes.

Por las mañanas tiempo de cochura y quitagalbanas.
Por las tardes airón de putavieja y ris de Peñacorada.
Echaba de menos aquellas noches tiñuscadas y torbilas en las eras.
Y de vez en cuando ese cielo de vaca desollada.

Estuve allí.

Echaba de menos aquellas solanas de hombres escuadriñando el tiempo con palabras, aplazando las sombras en algún abrazo, sin más guasa.

Echaba de menos aquel invierno de besos sorprendidos y aves frías: aguzanieves, pajarotas, quuinqueras y zarapitos cerca de las lagunas viejas.

Echaba de menos el azar del tiempo que hace ahí fuera. Azar y vuelos de herreruelos, jaulinas, rabilargas, tutovías y abubillas en las huertas de arriba.

Invierno en servendos y tierras sembradas. Allí alondras, escribideros y pájaros trigaleros. Y aves de tres colores- tintinayos- y algún carbonero inquieto.

Allí antiguos corrales de ganado abandonados: engañapastores, chuchuvías, cerrojillos y pájaros de dos colores anuncian un invierno arrodillado; cuando el alma envejece, entre jícaras de nieve.

Estuve allí. En un pueblo cautivo de niebla. Donde la belleza del invierno hiere, deja su dolor y huye entre nubes blancas, insuaves laderas y suspiros leves.

Un saludo, atravesados.30,12,09.-23:23

Cuando enero era enero
Enero se nos fue, atravesados.
Enero. La inocencia de los pajaros.
Cuando el invierno descalza su dolor y su coraje.
Cuando algunas tardes abren su cielo que los niños llaman firmamento.
Cuando hay demasiado tiempo detrás de ese tiempo.
Cuando en las alcobas indolentes la sombra se sonroja.
Cuando cada estancia de la casa es un alfiler de frío.

Enero. Nunca más sonarán las campanas sobre la laguna Nueva.
Cuando febrero llega con sus vientos dementes.
Cuando atardece y el humo de las hogueras muere.
Cuando en nuestra tierra quería amanecer y soñábamos que no teníamos edad para los sueños.
Cuando ya florece la flor de la nieve.
"Cuando al gato goloso y a la moza ventera, Quirino les tapó la gatera".
Cuando en las huertas, crecidas en su diluvio, el agua se llevó puentes antiguos.

Enero sin edad. Campo invernizo y blando nos dejó. Bardas nubes.
Llegó febrero con su cielo manchado, con su centro de interpretación de romanos y artificiales caminos.
Llegó febrero como el tiempo de invierno que va huyendo.
Llegó por calles azules y fugitivas.. Entre nieblas densas y laderas viejas.

Y pronto será la lluvia, de nuevo.
Y pronto el vuelo antiguo y porfiado del zorzal.

Un saludo, atrvesados.06,02,10.- 00:53

Febrero: microrrelato
En Enero mi abuelo, en Febrero mi padre.

En Febrero mi padre no se llamaba Fernando.

En un pueblo sin edad pasó el invierno. Contempló allí la mudez del barro, el tiempo sin azogues, el vuelo aceitado de pájaros gritadores.

Febrero de azul cansado cielo. Así es el rostro de mi padre. Cuando vuelve.

Así es el rostro de mi pueblo. Cuando vuelvo.

Un saludo, atravesados.09,02,10.-18:35

Lo importante no es el viaje. Lo que importa es regresar.

He vuelto para ser por unas horas mirada transeúnte de la primavera. Y con ella, como si fuera una encina añeja ¡VUELVEN TANTAS COSAS!

Vuelve la luz a las orantes alcobas, donde en el invierno tejieron sus telas pardas ejércitos de arañas. Derrota de sombras en vigas maestras, oscuros sombrados y estancias vacías.

Vuelve a verse el humo en las chimeneas lentas, allá en las casas cerradas desde hace tiempo. Y alegría de perros y galgos en las sórdidas callejas.

Vuelven algunos hombres a los huertos, a las colmenas, a la Arcadia feliz de valles verdes, zarzales floridos y barbechos de tierra sonrosada en las Mermejeras.

Vuelve el airón de los Linares a soplar por la tarde en desvarío. Vuelve el ruiseñor a la rama de la palera verdecida. Y nunca más un bando de zorzales en la laguna Nueva.

Vuelve la luz a alfombras, vajillas y muros de un palacio destruído. Palacio cansado, de ciegos balcones mirando hacia Liparra y pálidas damas enamoradas.

Vuelven las mujeres a coser donde solían. Oreadas solanas y un sol enorme que la edad lleva en sus espaldas.

Vuelven desde la Carrecea bandadas de gorriones con su turbante de dolor hasta los verales del señor Acilino. Tal vez espantan la tristeza de un crepúsculo morado.

Vuelvo a sentir en los corrales tapiados un aroma de jazmines y de higueras. Higueras dulces de la eternidad. Jazmines de color zapato claro.

Vuelvo a sentir muy cerca de casa la monotonía y la flor del agua.

Vuelve el rosario a la ermita los domingos por la tarde. Y en las eras un mar de primavera. Cuando vuelvo. Cuando la tierra es la única infancia. ¡TIERRA DE GALOPES LENTOS Y CALVIJARES BREVES!

UN SALUDO, ATRAVESADOS.29. 04. 2010.-00:53


Mayo en las nubes

Adios abril acachanado. Muerto estás.

Adios abril de piedras volanderas y niños a pernacachola.

Adios abril de panza llena; jamás creyó en hambre ajena


Llegó mayo. Como una enredadera vino a visitarnos.

Llegó con toda su obra de salitre y menta.

Mayo príncipe, que nunca fue criado.

Llegó mayo como un árbol en la orilla, en el cuenco de mis manos.

Llegó mayo. Era de cuervos, solana de nostalgias y navajas con virolas.

Llegó mayo con los azules vencidos de la tarde y el silencio en la dehesa.

Mayo obrerizo. Campanas, toque de gori gori y doblados en un pueblo centenario.

Mayo. La luz huele a leche derramada por la calle del rosario.
Mayo. De un clavo grande cuelga un herradón moderno, sin manos.

Un saludo, atravesados.16.05.2010.-23:46


JUNIO hace treinta años.

Junio. Estuve allí. Parecía que aquellos trenes desbocados hacia el norte acallaban las viejas canciones de los campesinos pobres.

Junio. Como aquellos trenes lentos hacia el sur; así se acababan los domingos, dentro de un jardín de ramas báquicas.

Junio en la plaza: hombres agigolados y cojitrancos esperan al zapatero de Castellanos.

Junio que da la llaga, da el remedio que la sana.

Junio picheriche y abanconado. Hermosas tardes, tardías lilas.

Junio en la dehesa y en Villarrubia, donde las horas azules despacio se numeran, vestidas de chamelote y sombrero rosa.

Piel de junio. Cuando sueño, la sombra todavía no conoce la derrota.

Junio de flores eternas en Vallebrín: siete sangrías, de las cortaduras, de san Roberto, pataratas, pintalibros, reina de los prados, cuajaleches... Y hasta algún tagarno en Vallejuelo. Y flores de la araña, y gordolobos en los Caños.

Un saludo, atravesados. 03,06,2010.- 18:10

JULIO: EL SOPLO DE LA BRISA

Julio. El mes de los pies descalzos.

Julio. El goce del sol y de la brisa antes de estar ciegos.

En esas mañanas donde todavía se puede nombrar el tapial dormido, cerca de una fuente de agua clara que aventa la tristeza.

En esos mediodías, donde sólo algunos pueblos viven su aventura. Esa ruina de sol, fijo sobre nuestras cabezas, allá por Costarrevuela.

En esas tardes de sombras en espejo, donde las abuelas se juntaban en la solana para habitarla. Tardes de espigas y manadones, de pájaros ciegos y cosechas antiguas.

En las noches donde no se espera nada. Y una perezosa sabiduría se instala en las alcobas hasta quedarse dormidos.

Julio es el nombre de una herida.¿De quien esos latidos en una tarde en las eras, en las huertas?

Todo esto y muchas cosas más ocurrieron en la verdad de julio.

Y por el camino de Villacintor pozos de olvido donde la niñez guarda en la memoria norias, cangilones y motores Piva.

Un saludo, atraveados.-19,07,10.-10:15


RE: JULIO: EL SOPLO DE LA BRISA

(De mi blog)

Estuve allí. En esa soledad sin eco, lamigosa, que los ojos no abarcan.

Julio. Arriba. Abajo. En los verales, aras de suelo; un sol que enloquece a los pájaros. Pájaros muertos, galgos muertos, enjambres del señor Heraclio huyendo hasta la dehesa de Valdelocajos.

Julio. El tiempo, sin negar el orden antiguo, me enseñó a recordar que se estancan en las alcobas dolor y sentimientos.

Julio. La tarde resplandece entre un altar de rastrojos, aromas y silencios.

Julio. Ciegos de mirar el sol allá por Préstamos, Valdequintas y Hojasqueras. Luz que alumbra espacios, contrastes y fronteras.

Julio. De la fuente Grande la señora Luisa sus pasos abrevia en la cuesta, con su huella y su botija incendiada de principios y memoria.

Y en la lejanía, las nacaradas montañas de Peñacorada esconden el soplo de la brisa y sus abrazos; hasta vencer la tarde y dar cobijo a la noche y descanso a las faenas.

Y en el camino Villacintor, pozos de olvido y viejas canciones de riego: irrepetibles, gastadas, inevitables, solas.

Un saludo, atravesados.-20.07.10.-18:45

RE: JULIO: EL SOPLO DE LA BRISA

(De mi blog)

Día de la Magdalena. Estuvimos allí.

Una dinastía de sombras nos enseñó a valorar el sol sobre nuestras cabezas en julio.

Sombras aserradas en el recuerdo, como el vino del señor Siro en la bodega, en la garganta, frío.

Sombras lentas donde las palabras se desnudan, cerca de una plaza, acosando las calles, subiendo por las paredes hasta las verdades pintadas.

Sombras largas de una chopera abierta. Pajarean allí razones, aves de Nuestra Señora y algunas rabilargas inquietas.

Sombras de tela de araña en los viejos portalones y en los sombrados de las casas.

Sombras lastimeras en las tierras de Vallablanda, recogiendo espigas descabezadas, arrastrando morenas y senadas enteras.

Sombras donjuanescas, que ya pasaron, y que al mediodía todavía se rebelan.

Sombras adamascadas por santa Natalia y san Nazario, que todavía no han llegado.

Sombras de dolor en los rostros delibianos.

Sombras al empezar a amanecer. Somras en labios y bocas.

Sombras que los más viejos rumian a solas en sus cavernas sin eco o en los bancos de una torre gastada por los años.

Sombras de los niños cuando se tapan la cara con sus manos.

Sombras para estudiantes suspendidos. Sombras de las niñas y de sus vestidos, los domingos.

Sombra. El correo lento de las sombras sin un día de aviso, en julio. Como diría John Ashbery: sombras mientras el tiempo y los curas...

Afima el autor: Todas las sombras que habitan kalzatella se conocen. Algunas no se hablan ,¿qué sucederá cuando sientan el hipo?

Un saludo, atravesados.(De la excursión de diez pintores en busca de nuvas sombras a LANTANILLA) 23.07.10.-20:19


En agosto: mandadas al carajo.

Lento el día, que cada sol de agosto traiga una mirada nueva.(José Martí)

Crece el vuelo de las aves sobre un cielo apenas crinado de nubes y distingos.

Crece el sol en los tejados inarmónicos de Lantanilla. De las chimeneas gotean besos de humo, lentos.

Crece la sombra en los viejos portalones de grandes puertas. Portales de húmedo frescor, silencio encerrado, vida suspendida, la paz en el vacío, rumoroso; que diría Sampedro.

Crecen los bandos de comunes lavanderas en el valle de Arriba. Águilas culebreras y cenizos aguiluchos rondan, desde las Sernas, palomares y casetas.

Crece la poesía. Se llenan las alcobas de versos y labios inagotables, fugaces, místicos, entretenidos.

En agosto:

Profusa duración de las mañanas.

Tardes de instantes largos, prodigioso lo más breve.

Las eras en el crepúsculo. Cuando en la ermita tocan a misa del Padre José.

Corrillos por las calles: Una carta llegó a la mayoría de los vecinos para recoger una bombilla de bajo coste. ¡Este gobierno!

Y mientras este mes monstruoso avanza, y se lleva todas las caricias, yo escribo para los atravesados en el día de la virgen de las Nieves. Estuve allí ¡Y Peñacorada, que linda!

En agosto. Cuando el sol es una espada y las sombras buscan deseado sueño, llega la fiesta, los chiflos, las carcajadas. Como afirmaba Quevedo: ¡Fiesta y fiesta. Desnúdame de mí y mandadas al carajo!

Un saludo, atravesados.05.08,2010.- 23:55

Agosto antiguo

Agosto y su abundancia de tardes desnudas. En las eras relinchan caballos mozucos con horribles muestras de castigo.

Agosto crinado de pocas nubes y vuelos ciegos de pájaros azules.

Agosto. Ecos de arados y carros antiguos en los corrales dormidos.

Agosto antiguo. Mañanas de trajín en las cocinas.Tardes envasadas y noches de batahola, sin más.Entre tanto, la gente es feliz a su manera. Pero sólo los más viejos se dieron cuenta que en la noche de San Bartolo la luna estaba partida.

Agosto antiguo. En la vieja solana de la señora Luzdivina corre sangre de catarata. ¿Quién eres? ¿Cómo se llamaba tu padre? ¿Estáis todos los hermanos? ¿Tú eres el que escribió un libro?
Pues, en el próximo que escribas, tienes que poner:
-Que Calzadilla es un pueblo con una torre parda , y que tiene ocho ventanas.
-Que el maestro que nos enseñó las cuatro reglas se llamaba Don Félix. Y que la escuela estaba en la casa de la VILLA. y que yo era aplicada, de las primeras.
-Tienes que poner que el mar está ahí, muy cerca de Vallabrín y de la dehesa.
-Tienes que escribir que a los hombres trabajadores del pueblo se les distinguía por el saín de su sombrero.
- Bueno, y todo lo que tu quieras poner y añadir.

Agosto antiguo de adobes altivos y tardes volanderas. En el valle de Arriba tardías salanganas fabrican nidos de otoño con su pico y su saliva.

Agosto antiguo desde San Alfonso hasta San Ramón. En las eras algunos vecinos duermen y vigilan sus montones de trigo.

Antiguo agosto y tanto sol escondido. Alguien recogió el paseo de sus gentes en un cántaro vacío.

Pero agosto se nos va, atravesados.
En el cielo de Lantanilla van formándose caprichosas nubes. Dicen los más viejos que son nimbos de verano.

Agosto se nos va. El pueblo se vacía. Ya todo huele a despedida.
Decía el poheta: En cada despedida morimos un poco. En cada despedida prefiero no... Hay quien no se ha despedido nunca.

Un saludo, atravesados.-27,08,10.-11:33

Setiembre: Por San Gregorio, por Santa Rosalía, por San Lorenzo.

Esquirlas de verano aun. Sangra el sol en las tierras del marqués: en el prado de Miñón, en el Ponjalín, en las Vallejas.

Todavía la cabaña del Señor Orencio duerme en silencio, cerca de un corral abandonado de ganado.

Penumbra añil en la cuesta de un dolorido monte. El Rasal. Brillan las mazorcas en la reguera del Gato.

De setiembre, decía el poheta López de Andrada: mes de ruidos leves, las ovas de una fuente y el frío que ya en los baúles duele.

Setiembre en Lantanilla. El viejo corazón de sus pobladores en antiguas alcobas duerme.

Setiembre. Sol de pobreza en algunos rincones y cansancio de luz en las Quintanas. En el horizonte se teje una línea parda llena de voces que se alejan.

Setiembre. Ya tocan con sus manos los hombres el óxido otoñal. Remiendan las mujeres la ropa de vendimia y cuelgan de los cuerpos su arambel.

Setiembre. En las tierras sembradas del Estanque siento la inquietud de los girasoles doblados por la muerte.

Por San Lorenzo, siento el cielo de Lantanilla bordado todavía por el vuelo de pájaros inquietos.

Un saludo, atravesados. 04,09,10.- 10:05

Dicen que ayer fue...

Dicen que fue ayer siete de setiembre.

Santa Regina. Estuve allí.

Cuando el otoño ya no necesita de las rosas sublimes del verano.

Cuando el abrazo del tren, en el apeadero, llega con retraso y humareda.

Cuando la hoz de oro, que tanto segó, descansa en un portal malciego.

LANTANILLA otoñal.
Tiempo ya triste de fiestas.
Quicios fatigados y mármol frío.
Pájaros fugitivos por cielos de seda vuelan.
¡Dolor de tantos!
¡Y el más viejo de la casa ocupando el trashoguero!

Lantnilla, pirueta de bufón:
¿Dónde un pueblo vigilado por cinchaburros y guardesas?
¿Dónde la luz cansada de las viñas, que del cielo viene?
¿Dónde el Camuñas que atemorizaba a locos y a niños desde la bañía?
¿Dónde el caracol sonoro de boca loca?
¿Dónde el tabal del señor Eugenio con arenques y sardinas?

Setiembre. Es viejo este lobo de gahones ojos y oscuras ropas.

Setiembre de cielo azogado. Ya la aljaba de agosto se fue con el pasacalles el día siguiente de la boda.

¿Dónde el baile de los garbanzos, de los señoritos, de la rueda?
¿Dónde el baile de las muelas?
¿Y los caramelos de bruja?
En Calzadilla, en la cueza; allí tendrás que recogerlos, dijo el abuelo: ¡Que debes una serna, que la debes. Y no es la primera!

Un saludo, atravesados.-08,09,10.- 01:12
NOTA: Poheta, con h, según José Martí, es aquel que siente su tierra de verdad y ama la libertad todos los días; hasta conquistarla.

Dicen que San Genaro fue ayer:

Por San Genaro:
En el cielo de Lantanilla, el volar de los últimos pájaros, cansados.-Escaso ansia de sus vuelos.-
Enlas huertas, sombras serenadas.Se vive allí un silencio enorme entre fuentes, choperas y bodegas hundidas.-La del señor Quico, o Urbano; el de Celera.-
En la calle del rosario, o en aquella otra del señor Dalmacio, la soledad se instala en todos los rincones.-La luz se enreda en las farolas, cuando llueve.-

Por San Genaro:
Mañanas rumorosas y tejados retintos, a ratos.
Mediodías de calofrío y fugaces solanas.
Tardes de verano con su herida de corsario.
Y por las noches, en la casa vieja, el incómodo gárrulo de aves heridas por lontanos truenos.

Por San Genaro:
Sombras errantes cuando el verano agoniza.
Sombras de seda negra, sin edad.
Sombras de la llave cerrando puertas y ventanas.
Sombra del hacha en mis manos.

Por San Genaro:
No crecen las encinas en mis brazos.
No están los mismos árboles. No está ya el chopo del señor Herminio ni el fraile colorado.
Pronto el relente será relente en los sembrados. Y el viento, aire que del alumajo viene.
Pronto la sospecha del otoño. Pronto el humo del farol y los aquilinos parpadeos.
Pronto halconados futuros. Y la cautela,"y el viento que corre muda veleta, mas no la torre", y los gerreros viejos.

Un saludo, atravesados.(Felicidades, Gerufe).-20,09,2010.-21:17


Solana de San MIGUEL.
Solana ebúrnea. Silencios que si una vez perdonan, siempre perdonan.De vez en cuando vuelven las palabras como los antiguos frusfrús.

En los primeros días del otoño. Mirlos pardiblancos pastorean las viejas viñas de Liparra.

En el hastial del señor Julio. Sabias mujeres cosen la luz de la tarde como una flor envejecida.

Las señoras Rosaura, Humildad y Vicenta conversan sobre el verano que se acerca, de un viaje largo a Barcelona, de cuando el pueblo era un rumor de otoños, caballos y galopes.

En la Mata de la Merina quemas cenicientas de campesinos legendarios. Sol templado en los tejados de Lantanilla. Algunas abuelas encerradas en las alcobas consumen su rezo en las crines de sus labios.

En la vasta llanura, hasta los molinos del Cea, vasta y blanca la luz, compasiva. Gritos de niños pobres cerca de las lagunas.

Solana de mujeres sabias. Su cabello capturado de un pájaro de fuego.
Solana algunas veces salpicada de caballos enfermos, cuando por las calles corrían.
Solana antigua de caballos romos, de caballos cruzados con burro, de caballos pequeños, de caballos de poco tiro, de caballos de refresco, de reata, meletos, topinos o zainos.

Solana alguna vez de dulas. Y de una cortina de sombras que el sol entibiaba.

Solana en una tierra parda. Una tarde de San Miguel aprendí a vivir en otra edad. Mientras, un viejo lobo duerme una siesta muy larga. "Y viejas cigarras ensayan su música alegre con su ronca guitarra".

Un saludo, atravesados.- 30.09.10.- 00:00

Añejas hablillas de octubre.
Me recuerda el atravesado vecino, el único que queda en la calle del Cea: ¡Benito, todavía hay hojas en los chopos de las Huertas, pero octubre, fingido invierno es!

Octubre: Gobiernan los días uvas guindalera de Pirgatón, aguardiente embotellado de Calzada y pan duro de Villamarco.

Lleno algún brasero de castañas, patatas nuevas en la hornilla y pardales que se enredaron en la pajarera oxidada.

Tapiales de larga edad y vejez cargados. Tardes frías y famélicas raposas en las Roturas.

Tristes esquilas allá por la casa del señor Florencio. En la plaza, populares canturías.

Sementera poderosa con la ropa de servir gastada en alcores y navas.

Celosías edeniales e invernizo sol en el cielo de Lantanilla.

Aves ciegas. Su vuelo ha quebrado en la cuesta vieja del Llamargo.

Abuelos con su argadillo. Azadas son ahora en los portales quietas, gastadas.

Y por las noches, cuando por el pueblo corren añejas hablillas, la niebla su locura esconde.

Viejas hablillas que la memoria recoje: ¡Qué cien fanegas de trigo son el consumo de una casa. Y veinte de avena. Y cincuenta de cebada!

Un saludo, atravesados. 17,10,2010.-11:15

EL ABUELO INVIERNO.

El invierno con sus dioses alocados, la muerte con sus lutos lentos.

El invierno con sus cigueñas al viento, con sus leyendas antiguas los más viejos.

El invierno con el árbol del señor Herminio, que resistió el bronce de la niebla, diluvios y silencios.

El invierno con su aldaba en las casas vacías, con sus alas prestadas en el Rasal y en la vieja ermita.

El invierno con sus tapiales eternos y las tristes canciones de los últimos arrieros.

El invierno con sus matices, con los ojos en las eras y bandadas de cometas.

El invierno con sus hogueras esparcidas por los huertos. En sus pozos el agua inmóvil del abandono, de la vejez.

El invierno con sus nubes oscuras, con sus alondras rasgando el cielo; contemplan las mujeres más bellas como se suicidan.

El invierno con la lumbre azul de los sarmientos, con el vino amargo del olvido.

El invierno con sus pájaros de aceite, con sus historias de musgo y sus bocas de nieve.

El invierno con sus negros acordes y los ojos cerrados del agua. El abuelo invierno, siempre.

Un saludo, atravesados. 08,01,2011.- 20:13


HERMANO INVIERNOE

Estuve allí.

Cuando llegamos al viejo y enmudecido transformador, el invierno más antiguo que conozco se derrama en el silencio inmóvil de la niebla, de la vejez, de la memoria.

Seguimos caminando. Pasadas las Quintanas, se apagó la luz. Hicimos la sombra, la lluvia, las tinieblas. Rumoroso silencio y galope inquieto de palabras, justas.

Cerca ya del canal, linderas y regueros desangran sus berilos hasta paisajes azulados de hielo sin fronteras, sin miedo. De nuevo el silencio; sin otra huella que el éxodo de la tarde por Lláganos y Sernas.

Ya en los huertos, vuelve el silencio con posos de soledad y olvido. Y observamos el agua de los pozos como un mar asombrado. Y el humo de las hogueras. Y las choperas lentas, sin abrazos.

Alguien habló de norias inútiles, de abandonadas casetas de adobe que fueron fortines contra temporal y el destino. El silencio otra vez acarició los campos sembrados, sin fatiga, sin el mayoral del grano.

En el Valle de Alonso un pajarear cansino de aves cautivas. Y sorpresa y vuelo de alondras cerca de mis párpados.

Volvimos del paseo con la cicatriz del invierno en las manos, con la cicatriz del silencio en los labios.

Volvimos al viejo campamento, al viejo portalón con aperos de labranza en las paredes y el agua lagrimeando en los tejados.

Volvimos a beber vino añejo bajo la luna encendida de un cielo amoratado. E hicimos tierra. Y conversamos largo rato con palabras de nieve y guiños al tiempo.

Y volvimos a la infancia. Las mujeres dentro de sus ropas, y los pasos contados.

En el recuerdo de todos, mulas y caballos coceantes con sus pezuñas de sangre y sus miradas de miedo.


Un saludo, atravesados.28-01-11 21:20


En febrero... LAS ALCOBAS.

Los hombres de Lantanilla acechan la dureza del invierno-que es la soledad- que al deshielo se palpa en las sombras de victoriosas alcobas.

Las mujeres organizan los días del invierno en alcobas derrotadas-que es la tristeza- asomados sus ojos a la luz de los corrales, dejando su leve huella entre muebles despintados, extrañas sombras y muros imposibles.

!Qué amargo y duro es el invierno en las alcobas, y más cuando no hay princesa a quien mirar! decía el señor Rufino.

Alcobas que duermen en el invierno con su lejano cielo. Techos del pasado, como ahora.

Alcobas nacidas para el dolor. Aumenta el silencio mi deseo.

Alcobas: En las noches de plata sombras viejas había que eran rendijas de luz avara por las mañanas claras.

Alcobas de una cama y un vasal, y aún queda anchura de sobra para que el abuelo cante sus trovas.

Alcobas con alma, adivinantes. Y la frontera de los besos. Y el príncipe de las horas negras. Y las abuelas con sus arrugas y sus sienes plateadas.

Alcobas donde el niño voceaba la nieve y la lluvia, transitorias.

Alcobas cansadas, temblorosas, estremecidas; conservan todavía el viejo aroma de la muerte.

Alcobas de eternidad son ahora habitaciones-despensas de achiperres y garuelas: espadaderas, sajos, roñones, hareneros, tarjamatas y restolas.

En Lantanilla, en aquella casa del Cea, un día de febrero, no quería que aquella poca luz de una tarde cualquiera se alejara despierto desde mi alcoba.

En febrero... las alcobas, las cartas no leídas, diamantina nieve y algún poeta.

Un saludo, atravesados.01-02-11 19:36


En febrero... La música vuelve a las colmenas.

En febrero...las alcobas en penumbra, que una mujer encala, cerca ya la primavera.

En febrero...el arrumiz de los pastores.

En febrero...el silbo de la urraca, casi azul.

En febrero...la música y su galope inquieto vuelve a las colmenas. En casa del señor Heraclio, en casa del señor Lucio, en casa del señor Ulpiano.

Heridora música que en la arpillera mostró su infancia rota, como un vaso de vino bebido lentamente, como un soldado herido en la derrota.

Música de alarde, al amelar, pecoreando o al salir del aviadero.

Música de obreras, zánganos gauchos reinas y mayoralas.

Música de siglos y siglos, bandadas de armonía.

Música que guarda sus turnos en corrales antiguos de labor, y busca su aposento en el éxodo de las lavanderas.

Música en portales desdentados con su boca de vaca vieja. Entre olvidados amusgas, cambicios, dediles, almayanillos y desbagaderos.

Música de tibio aroma. Su zumbido silencioso más allá de las Candelas. Y la llama azul de la lumbre, detrás de la portillera.

En febrero...dolor de cigueñas en la torre, como un latido perdiendose en la niebla- de la buena-.

En febrero...en el bar de Venancio, alguien juega a la berlanga, alguien tiene tos de abejas. Y siente todavía esa música lejana.

Un saludo, atravesados.09-02-11 17:38


CrÓnica de un silencio.

Estuve allí, en nuestra tierra,¡SU MAJESTAD LA TIERRA!
Como un ave cautiva, la luz última de una tarde azul se refugió en la casa del barbero.
Silencio y tardías llamas en las hogueras de los niños. Brilladora lumbre y temeroso entusiasmo de la futura edad.
En una solana recogida, cerca de la Plazuela, las abuelas más viejas celebran San Guillermo con menta antigua. Son necesarias las abuelas como las puertas de las casas, como los ruiseñores en las riberas.
Rumoroso silencio, cielo rumoroso y crepúsculo enlutado que mostró su infancia y su vejez, primero.

Silencio otra vez por la mañana en esa tierra de embelecos. Más allá de las Quintanas encontré el perfume de los días: en el Valle de Alonso, en el Rasal, en la Requejada.
Silencio y murmullo de voces en la niebla. Hileras de chopos y aceitosos pájaros en el plantío del señor Amel.
A los hombres buenos de Benintonia se los tragó el invierno. Los otros, desaparecieron con sus colegiales y sus tabardos negros.

Silencio brutal al mediodía en la TIERRA de nuestros antepasados. Farolas veladas por la lluvia eterna. Murmullo de rotas nubes de plomo y un cielo color ballesta.
Caravanas de tristeza en las calles mojadas del pueblo. Y cigueñas blancas varadas en lueñes campanarios. Y pienso en el rostro de Adelaida y de Raquel; mis primas rubias que ya se fueron ayer.

Notas:-La casa del barbero siempre fue la casa del señor Enrique.
-Benintonia es una heredad de Calzadilla situada entre VILLEGAS y LANTANILLA.

Un saludo, atravesados.18-02-11 21:25 [/b


[b]Hay en el barro ternura.


Hay un invierno en desbandada. Hay una primavera hospitalaria y un murmullo de la infancia que no se olvida.

Hay pájaros acechantes, hay canciones escondidas, hay plumajes de colores, hay ojos reunidos mirándose.

Hay un heróico volar de las aves a escondidas: azuleras, pachiflancas y alcaudones.

Hay silencio en las casas que todavía no segregan voz.
Hay un fervor casi azul en la solana del trinquete.

Hay en las mañanas, allá por el Rasal, una niebla de plata dura que se desvanece sobre las diez.

Hay por las tardes un sol de brumas rutilantes que pronto será fuego en las viejas calles de Benintonia.

Hay un hombre, un hombre sólo, que camina hasta los huertos para contemplar el mar asombrado de los pozos.

Hay en los ojos de las mujeres más bellas lumbre "la mayor del día".

Hay un tren sin trajín en el apeadero, cansado.

Hay en las noches oscuras de Lantanilla sombras chinescas que son rendijas de luz por las mañanas.

Hay dolor en las manos del abuelo. Sus manos amoratadas, federicas, manos de sementera pasada.

Hay ternura en las viñas. Y suavidad en las laderas. Y el eterno zurear de las palomas.

Hay un torpe poeta que no daré su nombre. Y una abuela gótica. Y una luz sin amenazas.

Un saludo, atravesados.03-04-11.-10:55


DISTRAÍDO ABRIL
(Lágrimas en las cigueñas)Pequeñas eternidades en la primavera de Lantanilla. Si hubiera madrugado habría reconocido el canto del pájaro azul.

Habría saludado a otras aves libres en la cárcel de su vuelo.

Habrá adivinado la luz cuando la noche se apaga.

Habría escrito cosas y delirios que no mueren. Imposible librarse del recuerdo; llenan todo el universo.

Habría visto, después de todo, lágrimas en las cigueñas.

Habría sentido la ronquera del regato. Y quizá en las alcobas la claridad sea siempre tiranía.

Habría detrás de los tapiales artesanía de corrales, gentes con apego y gloriosas tardes.

Habría en los mullidos portales del barrio de arriba curiosos carpinteros manejando sin descanso lergas y gardiadores, gimbardas y sus mortajas.

Distraído abril. Tierras del Recorvo, siete y diez de la mañana. Si no hubiera estado allí, imposible escribir estas palabras, estas líneas motivadas, alteradas, arrepentidas.

Habría soñado otras regiones, otros tiempos en que éramos jóvenes, inexpertos, rebeldes y suicidas.

Habría preguntado al abuelo quien gobierna en casa.

Habría camindo hasta la tienda del señor Timio. Unas copas de aguardiente embotellado. Y algo más.

Habría otras aventuras. Otros poemas. Otras despedidas. Adios. Hay quien no se ha despedido nunca.

Un saludo, atravesados.-19-04-11 22:49


DISTRAÍDO ABRIL (Lloran los caballos)

Soy en las ruinas del tapial silencio. Soy la única voz dentro de la tierra que enloquece a las aves.

Dicen que soy un hombre pequeño debajo del poncho de mi padre; con su olor a caballo mojado.

Soy de nuevo la primavera. Lejos, allá por el Rasal, llueve con agua breve y fina.

Soy un campesino viejo y devoto. Al cielo aguardo y al cielo temo; alguna vez suspiro.

Viejos encinares y una dehesa que nos vigila todos los días. Soy el tren que devora navas, sembrados y un jardín de bellos ojos.

Soy el huésped incansable que pajarea el cielo azufroso de las Zamoranas y los buidos altos de la Carrecea.

Soy el airón de tierras canas, de trigueños pagos, de alargadas laderas preñadas de avena loca y rugosos barrializos.

Primavera de retales, de gajos íntimos, de pájaros tardíos. Comida deslavada en las pobres casas. Alcobas que son mugrientos tabucos. Lloran los árboles. Sobre la roña del barbecho lloran los caballos. Sobre una llanura de nubes rota vuela el arrayán herido. Sobre la distancia que duerme empiezan a correr los trigos, nace el pan.

Soy la tierra donde nací. Tierra de andar y andar hasta lontananza de sombras y plantíos.

Soy la sombra alargada de la tore, la sombra limpia del prado y la sombra humilde e las eternas tapias de Lantanilla.

Soy el agua de la Fuente Grande. Soy ese sueño al recordar: agua fugitiva y transparente, agua transitoria, agua lenta y dormida, sonriente.

Soy la balada, el regreso de donde no se vuelve. Pero nada de lágrimas hoy. Saludo a los nuevos habitantes, al perro del vecino que no me deja dormir, a esos zapatos con hebilla que me compré ayer, a esa Laguna Nueva, a la juventud, al abismo de las flores, a...

Un saludo atravesados.-29-04-11 19:08

Es "un decir"

Decir de la primavera tan a la orilla, ya; decir de las casas habitadas en el barrio de abajo, decir del tapial fresco junto a las palabras, y decir de las calandrias, casi en junio, por las mañanas.

Decir del sol creciente en las Traperas, de lentos animales, de los carros cargados de hierba los domingos, ¿dónde son las trillas?

Decir de lontananza que no cesa, decir de la luz en el exilio y decir de segadores que buscan la sombra del nogal y el frío manantial.

Decir de las lagunas el esplendor de los quebrados juncos es decir el agua toda junta; agua azul de azules donde en el anzuelo las ranas mueren.

Escribir es decir junto al fresco tapial de las casas habitadas, decir del sol cada vez más raso allá por Terdevela, de los corrales violentos de abejas, decir del cielo dócil de Lantanilla, de los abuelos que nunca vieron el mar, de las lagunas que son más azules que lejanos océanos.

Tiempo de primavera es decir rumor de espigas en las Loberas, es decir dulzura de zarzas en el camino de Sahagún y cardos santos en el Garcellar.

Es decir: claridad azul que del cielo viene, torvo viento que cerca la sed en Mamilanos,

es decir de un pueblo viejo, de campanas y rosario los domingos,

es decir, de cigueñas al sol en una torre parda que tiene ocho ventanas,

es decir caminos y cañadas que volvré a pisar, ¡Ubérrimas tierras del Hermanillo!,

es decir lentas persianas al atardecer y lluvia lenta que moja la eternidad de los cometas,

es decir que en cada alcoba de Lantaniilla todas las primaveras se suicida una estrella.

Un saludo, atravesados.-30-05-11 23:24

Es "un sentir"
(Del blog de C.B. Bravo: Es un decir, es un sentir, es un vivir; LANTANILLA, gentes humildes...com.)

Sentir Lantanilla como un rincón del mundo detrás de una llanura enorme, sentir como se ondulan verdes centenos en perfecto orden, sentir rincones y llanura y sentir el olor del aire que de los Linares viene.

Sentir el airón de las tardes como un eco rumoroso es sentir el verano como un festival cohete.

Sentir el silencio que me presta su voz cuando escribo inocentes canciones.

Sentir el olor de los corrales tapiados y las casas de Benintonia con nombre de mujer: Noelia, Araceli, Regina,...

Primavera en Lantanilla es sentir los ojos transformados y violentos de los potros domados detrás de los arriates; es decir los tinteros de porcelsna en la vieja escuela, en los ojos de sus dueños que combaten.

Primavera es sentir la luna y su blancura encima de mi cabeza, las albas rosadas más allá de la Naviada o de la Horcada; es sentir la ropa sin brillo y la dulzura del barro entre los campesinos viejos.

Primavera es sentir alcobas íntimas rotuladas con sangre, la luz apagada y pasiones con freno; es sentir las casas repintadas, el sol eterno de la infancia y el eterno abrazo de las norias.

Pararear la tarde es sentir: llanura a bocanadas, la paz inmóvil de los años, la sombra buscando su aposento en el escaño.

Haraganear los días es sentir: lechuzas tarambanas en la casa del señor Dalmacio, puntas de ganado en el Redondal, y toda la luz descarrilada en la fuente Chica, entre los ojos cerrados del agua.

Sentir la serenidad azul de las encinas, el vuelo esparcido de zorzales en el aire de Lantanilla, los caballos en la bina, la luz en las pupilas de un verano a carcajadas.

Es un sentir. Ella sufre en alguna parte recordando el tapial frío. El sueña cuando en la primavera los pájaros detienen su creciente alarido.

Un saludo, atravesados.-05-06-11 11:09

Es "un vivir"

Vivir los lilorios, ya de anochecida. Lilorios y rosarios. Rezan la abuela Elisa y la Madre Eufemia antes del lilorio. Acompaña el señor Marcelino a la señora Venina, de lilorio. El señor Simón y la señora Carmina van de lilorio hasta el barrio de la iglesia, hasta la casa de su hermana.

Vivir lilorios cuando el sol se pone, cuando las brasas de la hornilla son ceniza.

Vivir el lilorio de costumbre, como el porvenir, como se habla. Y no viene nunca, sólo algunas veces.

Vivir lilorios casi en la sombra oscurecida, en los peldaños ciegos de la tarde, en las sílabas contadas.

Vivir del silencio, vivir del vértigo, de la orilla del verano, ya.

Vivir donde la abuela sube la escalera, todavía. Vivir donde duermen los pájaros tristes, en verales sin salida. Vivir como el hurí de aquellos cuentos.

Vivir en la alcoba solitaria, donde un abuelo serio, retratado, en la pared clarea.

Vivir en esa llanura de Lantanilla, llena de azul sereno, vacía de rotas nubes.

Vivir en las tardes de junio el graznar de las cornejas en la casa "vieja", el vuelo lento y suicida de águilas blancas en el Escobar. Y aquellas mujeres bellas que se salvan de morir, en el espejo.

Vivir junto al retrato de mi abuelo, donde el sol de junio se alejaba, donde esta tierra responde al nombre de La Arcadia, donde los caballos mozucos rompen sus pezuñas herradas, donde hay azucar debajo de la noche. Y montes de siete puertas. Y tierras que roturaron. Y leña que cortaron. Y su honor y su nombre. Y lilorios y guaspadas.

Vivir de tanto vivir en estas llanuras inmensas y páramos de asceta. Vivir de lilorios por las noches, por la mañana dolor y por la tarde esperanza.

Un saludo, atravesados.- 21-06-11 18:48


JULIO de través...Julio de cielo limpio, sin brumas. Cielo de brillo líquido, sin nubes turbias.

En el jardín de la laguna hay rosas bellas todavía. Son rosas de contaste paredaño y poco abiertas. Una mujer enlutada todos los días corta una rosa y la deposita en el mármol frío de la tumba de su hermana.

En las Eras, los hombres hacen visera con sus manos y miran lontananza. Alguien descubre en lo alto de la iglesia una bandera tremolada. Todos respetan el silencio que allí se instaura. ¡Contra ese horizonte no hay nada!, cuando el rastrojo y la niebla viran hacia el amarillo indio de la mañana. Pronto el Monte de la Reguera será una sosegada lámpara. ¡y los Zalces una hoguera! Pronto el rastrojo y el cielo de Lantanilla se fundirán donde la realidad confirma su duda abarcadera.

A mediodía las piedras de los lizares y los sosegados pájaros reflejan el ardor guerrero del sol. Las nubes son sólo blancura en un azul de espejos vagos. La solana de los hombres más viejos en el banco de las Huertas evidencia la tristeza de su voz. De un coche blanco, supermirafiori, baja la dignidad de un jóven soldado que vuelve a casa de su padre, ya enterrado.

En las siestas confiadas vuelve el sol rumiante de las campanas. Girasol de voces y el runrún del dolor en todas las casas cerradas. Casas al estilo del país, con su ceguera, con su vejez. Moradas de una vida antigua, nada estéril.

Hacia las seis de la tarde se levanta todos los días ese viento fresco que de los Linares viene. Ese viento que acaricia y perfuma el rostro de las solanas nuevas. Después vuelve el silencio que se cuaja en todos los rincones del Cercado.

La mágica transición del crepúsculo se produce con una luna en afiladísimo menguante. Un sombrero demasiado pequeño para un mes tan saltarín. Se azoga el agua en la Fuente Grande. Y la noche incluso. Y lo gallos mancos.

Julio de través... De muecas frutales, de inmensas alas que no cambian de color, la fragancia, el deseo, la sonoridad del viento quitagalbanas.

Julio de través... En la memoria un pueblo nada lazareto. Nubes jaldas por Candeate y vino híbrido para brindar por un cielo más azul.

Julio de través... De abuelos con sus manos sarmentosas, triunfantes, de abultadas venas, con manchas de café.

Julio sin jaula. ¡Lo que cambia un día! Viejos y heroicos guerreros se alejan de Lantanilla haciendo lluvia. Dejadla caer.

Un saludo, atravesados.- 24-07-11 10:30

Agosto de través: PARTERAS, HERRADERAS, BAUTIZADORAS ....


Antiguo mes de Sextilis.La piedre preferida; el sardónice. Una flor magnífica; la amapola de LANTANILLA.

Las calendas de agosto, el mes de las brujas, la fiesta de San BARTOLO; uno de los tres días del año en que la puerta de los infiernos no permanece cerrada. El mes de los recien nacidos, el canto, el tributo, el reconocimiento a las antiguas parteras de un pueblo sin edad. Con su ayuda nacimos, con sus cuidados y su sapiencia estamos aquí.

La señora Rosenda, la señora Maximina, la señora Olegaria y todas las antiguas parteras de Lantanilla. Las amas del parir, las mulies, las acompañadoras, las que iban por delante y manteniendo los nacimientos.

Habían adquirido mayor experiencia que las otras mujeres en el arte de ayudar a nacer. Eran sus principales características: la sabiduria y el ingenio, su disposición y la diecrección, eran fuertes y esforzadas para no desmayar en lo que se vea en un mal parto.

Eran madres antes de ejercer como parteras, lo habían heredado de otras mujeres o de sus abuelas. Aunque alguien afirmó un día que eran mujeres sin formación, mas que la propia experiencia, ¿por qué han aparecido en varias casas del pueblo libros titulados "Cartilla nueva, útil y necesaria en el oficio de partear?

Desde la cercanía las recuerdo como aquellas parteras hebreas, vestidas de negro, que nunca hicieron caso de sus reyes: Si es hijo, matadlo. Si es hija, que viva.

La señora Rosenda, la señora Olegaria, la señora Maximina y todas las parteras de Lantanilla. Las comadres del parir. Mujeres auxiliadoras de otras mujeres, de los que nacimos en los 20, 30, 40, 50, 60, 70...

Mujeres que ejercían la labor de partear, sin sueldo, sin arrogancia. Mujeres que conocían los partos verticales, podálicos y naturalles. Mujeres que atendían a nuestras madres en aquellos "pabellones de nacimiento"; que no era otro lugar que cocinas labradas y alcobas sin miedo. Mujeres que siempre estuvieron al lado de las parturientas y que además sabían hacer brebajes curativos con unto de lagarto para aliviar el dolor del parto.

¡Parteras de Lantanilla. Las diosas del parir. Mujeres con tantos y tantos ahijados! No eran viejas con oficio. No llevaban afeites ni alcoholera. No echaban el mal de ojo ni causaban la ceguera.

Siempre mujeres humildes, parteras, herraderas y hasta "bautizadoras".

Mujeres parteras de Lantanilla: Merecéis el reconocimiento popular de todos los que gracias a vuestro saber nacimos. ¿Para cuando, autoridades, esa placa en una calle o una estatua que por ejemplo diga: "Fue su principal oficio ser mujer y esposa del señor..., madre de ... hijos y partera de cuarenta y siete años"

Sois, parteras de Lantanilla, mujeres más Grandes que Margarita Tertre, Luisa Burgueis o Ana Voivín; las que revistas y prensa califican como las matronas de princesas y gente de buen vivir.

En nombre de todos aquellos que no conocían eata historia, en nombre de aquellos que no pueden firmar, el más cálido y eterno reconocimiento a vuestra labor de todos los atravesados.

11-08-11 17:48

MOASAJA CON CELINIA

Adios vendimia de lilorio y terribles guaspadas.
Octubre caminará con su única pierna sementera.
Y las mujeres espernancadas, cadavéricas,vivirán eternas solanas con sus rostros erosionados por la miseria perfumada de imágenes balnearias. Hombres-cigüeña, con su andar zancajoso, tendrán tiempo de vivir largos líos de largas nalgas.
Adios vendimia entre zalemas innobles y zamancas increíbles.
Qizá el heroísmo del recuerdo convierta en hombres alobados a los devotos de mi tierra, viviendo zaragatas en la alcoba ya sin prisas.
De ottros pueblos,el yabirú trae noticias de otras vendimias agónicas,también opresas. Mientras, se apodera del tiempo una niebla descolgada a ráfagas eterna.

De Cecil Bravo









Enviado por: gerufe | Ultima modificacion:07-02-2012 20:46
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