Astorga - Leon

La vuelta a casa de lolo

Érase una vez una región donde abundaban las gallinas y, por causas desconocidas o no conocidas por nadie, aparecieron dos gallos. Uno era un "gallito" de pelea llamado "Lucas", mientras que el otro era un dorado gallo pacífico llamado "Lolo". El primero era vulgar y pesado con las gallinas. El segundo era un gallo fino, sin alardes excesivos o fuera de tono, porque solía permanecer callado al mismo tiempo que trabajaba en sus labores mientras "Lucas" zascandileaba y se ufanaba yendo de gallina en gallina, mostrando su plumaje que era azul grisáceo. El plumaje de "Lolo" era brillante y no tenía necesidad de ir diciendo a las gallinas esa y otras cuestiones de sus condiciones particulares.

Mientras "Lucas" cacareaba yendo de gallina en gallina, mostrando sus ridículas alas de color azul grisáceo, "Lolo" solo abría el pico para comer algún que otro bocado que le ofrecían las galllinas más hermosas de aquel corral.

El "gallito Lucas" se desesperaba ante estas cuestiones que veía de forma directa y así fue cómo, un día, fue a quejarse, lloriqueando como un mariquita (como es lógico en los gallitos de la comarca de la Bellagallina), al propio "Lolo".

- ¡Uno de los dos sobra aquí!. ¡No podemos estar dos gallos en el mismo corral!.

"Lolo" sólo guardó silencio y pidió permiso al amo de los corrales, para que le trasladase a otro donde hubiese más luz, para convivir con ciertas gallinas que había observado de lejos. Dicho y hecho. El dueño de los corrales, sacó a "Lolo" del grisáceo corral y lo trasladó a otro, donde había más luz y por donde jugeteaban gallinas más hermosas y, además, tenía permiso para salir de vez en cuando a ver a otras gallinas de corrales más luminosos todavía... cosa que el gallo "Lolo" hacía con placer para sus ojos...y para otras cosas...

Pero volvió, con el paso del tiempo, a repetirse la misma historia. Ahora el "gallito" de pelea que tuvo celos y envidía del gallo "Lolo" era un viejo y desarrapado gallinazo llamado "Federico" que bebía los vientos por una bella gallina que siempre estaba, feliz y contenta, en medio de "Federico" y "Lolo".

"Federico" era tan viejo que todas sus plumas eran completamente canosas... pero tenía mucho poder porque era el pelota del dueño de los corrales... sobre todo cuando se le subían los celos y la envidia hasta la cresta. Y sucedió lo que suele suceder en estos casos. Que el dueño de los corrales (embelesado por los peloteos del neurótico "Federico") trasladó al gallo "Lolo" a uno de los peores corrales de la región. "Lolo" volvió a no decir nada.

Los gallos del nuevo corral siguieron teniendo envidia de aquel gallo que, a pesar de todo, siempre se encotraba feliz y seguía viendo a las más bellas gallinas que pasaban, muchas veces, por allí para saludarle. ¡Hasta tuvo la enorme sorpresa de que un día le saludó la que, para su gusto, era la más bella gallina de aquella región!

- Ya sé que te gusta mucho - le dijo el envidioso gallo compañero de "Lolo".

Una vez más éste no respondió nada, sino que se limitó a contemplar a la bella gallina y pensar para sí mismo: ¡Pues es la más bonita de esta región!. Ella le dijo adiós con una feliz sonrisa.

Muy poco después, apenas unos días solamente, el gallo "Lolo" tuvo que irse a la guerra contra los "gallináceos" de la Maldad...(luchó contra los gallináceos majaragatos con mucha pluma y de pico suelto -y lengua viperina- de la comarca de la Maracutrería maracutrana...) y allí se perdío su historia, hasta que más tarde, volvió CONDECORADO, con 2 medallas, una se la dieron por valiente y decir lo que piensa,luchando siempre por la LIBERTAD, y la otra por si pierde la primera, o se la quitan los maracutres.
Después de todas sus hazañas, volvió de nuevo a los corrales de la
región, aunque ya nunca nadie hizo carrera de él, y se dedicó en cuerpo y alma, (más en cuerpo), a satisfacer a las más bellas gallinas de la comarca. "Lolo" estaba realmente feliz.

Desde ese momento, a ese pueblo se le conoce como la Bellagallina.


Y colorín colorado este cuento se ha acabado...

Pedazo de caldo de gallina hacía yo... con el frío que hace.