Astorga - Leon

ENSEÑA A TU PERRO A NO COMER NADA QUE ENCUENTRE FUERA DE SU CUENCO O LE DES TÚ DIRECTAMENTE:

El día antes dale de comer muy poco para que quede con hambre.

Necesitamos que nos ayude una persona, a la que el perro no pueda identificar por el olor de su rastro como conocido.

Nuestro "ayudante", tendrá que dejar tres pedazos de carne preparada en lugares de fácil acceso nuestro jardín, o una zona particular de "entrenamiento" que buscaremos ex profeso.

El perro no debe ver las acciones de nuestro ayudante.

Los pedazos de carne, no deben ser muy pequeños como para que sean tragados de una sola vez, sino por el contrario deben tener un tamaño y grosor adecuado, para que lo obliguen masticarlo, en esto también está el factor del tamaño de nuestro perro.

En un lado del trozo de carne, haremos un corte con bastante profundidad, a fin de poder rellenarlo.

Toda la operación de relleno, debe hacerlo una persona con guantes, nunca nosotros mismos, dejaríamos nuestro rastro por mucho cuidado que pusiéramos, ni siquiera debemos comprar nosotros la carne. Y debemos cuidar también que no se haga en nuestra casa para no dejar ningún tipo de identificación.

Los ingredientes: guindillas frescas deben ser cortados en pequeños trozos, y bien mezclado con pimienta negra y ají molido.

En este porcentaje: Guindillas frescas 70%, pimienta negra 15%, ají molido 15 %.
Debemos indicar se rellene con el suficiente cuidado de no dejar rastros de estos ingredientes en la superficie, si el perro los detecta sospechará. La cantidad de relleno, debe ser importante, para que de resultado satisfactorio.
Una vez colocado el relleno, cosemos el corte para evitar, que se salga.

Para tener éxito: Recuerde que el tamaño de la carne, debe obligar al perro a masticarlo.

Una vez colocado los tres pedazos en el jardín, por parte de nuestro ayudante y habiendo transcurrido un lapso de media hora, comienza la práctica.

Para ello se deja la ventana abierta, y se motiva al perro, para que salga afuera.

Cuando lo hace, nosotros nos escondemos detrás la ventana, a fin de observarlo sin ser vistos.

El perro explorará en el jardín y se detendrá ante el primer trozo, después de olfatearlo se decidirá a comerlo
Cuando lo ponga en su boca y comience a masticarlo, los ingredientes comenzarán su efecto, haciéndolo estornudar.

Esa es la señal, que esperamos, para salir de nuestro escondite y rápidamente dirigirnos hacia él, reprendiéndolo con la Voz: NO.

Al llegar a su lado, tomamos la carne y la tiramos lejos demostrando mucho enfado, luego tomamos al perro con la correa y lo llevamos hacia el trozo recién mordido, al llegar a su lado pisoteamos la carne, mientras, MUY ENFADADOS continuamos dando las órdenes de reconvención: NO, NO, NO, inmediatamente lo llevamos dentro.

Sin que lo vea el perro, nuestro ayudante quita el pedazo mordido, y lo hace desaparecer.

Dos horas después lo dejamos salir por su propia voluntad, y nosotros tomamos nuestra posición de observación.

El perro encuentra el segundo trozo, esta vez dudará, pero la tentación será más fuerte y se dispondrá a comerlo, sufriendo idénticas consecuencias.
Nosotros reaccionaremos de inmediato, y procederemos en forma idéntica a la vez anterior.

Entramos con el perro, mientras se retira el segundo trozo, y una hora después, lo soltamos nuevamente en el jardín, esta vez al encontrar el tercer trozo el perro lo olfateará y seguramente pasará de largo.

Ese es el momento de ir a su lado acariciarlo felicitarlo efusivamente, y luego llevarlo hacia el trozo, llegado junto a él lo pisoteamos. Mientras repetimos NO, NO, nos retiramos con el perro mientras lo vamos felicitando y acariciando.

Una vez en el interior de la casa, y sin que el perro vea al nuestro ayudante retira el pedazo de carne que había servido para la tercera experiencia, y desparrama un desinfectante en los lugares que estuvieron los tres trozos, que previamente habían sido señalados.

Si el perro al masticar el trozo no estornuda, es que se preparó mal, o con poca mezcla, o el trozo era muy pequeño y directamente se lo tragó. Y en ese caso probablemente vomitará o le entrará algo de diarrea que no relacionará por lo que no nos servirá de nada más que para que se ponga malito.

Repita la práctica tres veces con espacios de descanso de tres o cuatro días, entre prueba y prueba. Probablemente su perro el segundo día pueda tener tentaciones pero aprenderá. Y evitará que nos podamos llevar un disgusto de las características que se describen aquí.

Los perros que están educados en escuelas especializadas suelen tener este tipo de preparación incluida en sus entrenamientos básicos de obediencia.