Albares de la Ribera - León

Lo acabo de leer y estoy totalmente de acuerdo con el periodista-director de Republica.com..... lo que "no me cuadra", es cómo en un hombre(Juan Roig), con ese exito espectacular de Mercadona, pueda subyacer esa miseria de filosofia empresarial..... (ó quizas el exito se deba a ello?)
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articulo del diario digital Republica.com "de las ideas"

El presidente de Mercadona, Juan Roig ha sufrido una pérdida momentánea –esperamos- de la cabeza y el sentido común y ha dicho, sacando pecho en la presentación de sus cuentas de 2011, que hay que trabajar como chinos para vivir como españoles, tras elogiar “el esfuerzo” y la incesante proliferación de los bazares chinos de todo a un euro que proliferan en los centros comerciales de muchas ciudades españolas con productos de ínfima calidad, sin los obligados controles –incluidos los sanitarios- y permisos de origen. Semejante alegato catastrofista y temerario, en contra de la excelencia y la calidad en el comercio español, abunda en la campaña del miedo y la austeridad que ha puesto en marcha este Gobierno para justificar, en tan tenebroso ambiente, los recortes y los ajustes que el ejecutivo de Rajoy ha decidido para no perder el tren del euro de la UE que guía con mano de hierro la canciller alemana y maquinista de la general, Angela Merkel.

Con semejante discurso de Roig y el lema de “abandonad toda esperanza” que el Gobierno ha “robado” a las puertas del infierno de Dante para ponerlo en el frontispicio de La Moncloa con sus lejanas soluciones a medio y largo plazo, es muy difícil que los inversores internacionales entren en España, el crédito fluya, se muevan los ahorros y crezca el consumo. Y lo que es peor, esos mensajes catastrofistas y de ¡viva el baratillo! cercenan ahora la esperanza de millones de ciudadanos en el paro y provocan entre los jóvenes el sentimiento de desesperación. Lo que constituye el caldo de cultivo para las movilizaciones sociales como las que ayer salieron en 60 ciudades de España hacia la huelga general, tan inoportuna e injustificada (y electoralista) como las prédicas en favor del desencanto y la desesperación.

Nadie le puede quitar méritos, bien merecidos, a Juan Roig y a Mercadona, como tampoco a Amancio Ortega y a Zara, que han encontrado su segmento comercial apropiado y en la crisis un campo propicio para colocar sus ofertas de mediana o de baja calidad. Pero una cosa es eso y la otra hacer la apología de “los chinos” –en Madrid ya teníamos El Rastro- mientras se pavonean con aviesos mensajes e intenciones. Máxime cuando sabemos que ninguna de las dos empresas (Mercadona o Zara) están en muchas cosas a la altura de la excelencia, diversidad, calidad del servicio y financiación comercial de otras como El Corte Inglés. Ni tienen la presencia y proyección que ostenta la primera empresa nacional que preside Isidoro Álvarez con una franciscana modestia, y que desarrolla sus iniciativas en casi todos los ámbitos empresariales del país, incluidos la Cultura y el sector de las nuevas tecnologías y la comunicación, convirtiendo el Corte Inglés en una institución nacional.

En este país o cambia el discurso –el ministro De Guindos declaró ayer que a finales de año volveremos a crecer- o nos vamos todos hacia un túnel depresivo del que difícilmente podremos salir. Y lo mismo que ocurre en el campo comercial está pasando en muchos importantes sectores del país como las telecomunicaciones, banca o la construcción donde el mensaje de “esto no tiene arreglo” y de lo barato frente a la calidad, ofrece una imagen desastrosa del país en el que, en contraste con el “baratillo”, triunfa la obsesión del lujo y el viejo discurso de; “lo que viene de fuera es mejor”. Y no digamos si a todo eso sumamos los disparates de la insolidaridad interregional que emanan de nacionalistas miopes de la realidad española, europea e internacional.

El mundo ha cambiado y el negocio, las empresas y las industrias son hoy día globales –y muchas veces miserables por el abuso de los trabajadores “esclavos” de los países emergentes” por parte de los vendedores de lo barato- y hay que adaptarse y modernizarse, pero sin renunciar a la excelencia ni despreciar lo mejor de la vida nacional. España no está tan mal como pregonan algunos, ni debe resignarse a lo peor, o a lo menos malo, como insinúan otros de manera interesada. Este país necesita ilusión y un liderazgo fuerte y positivo, y desde luego mucha cohesión e identidad nacional (lo que abarató el gobierno anterior, de “la España plural”) y un poco de responsabilidad social y compartida en pos de la salida de ese túnel que no es tan largo como nos anuncian los agoreros y los que, en río revuelto, han encontrado su oportunidad para ver si pescan un poco más.

Borrado por un Moderador.

Te comento Elena:

a lo que queria referirme realmente en el encabezamiento del post, al escribir..... estoy totalmente de acuerdo con el periodista-director de Republica.com..... es al comentario sobre la frase de Juan Roig: que hay que trabajar como chinos para vivir como españoles........... SOLO ESO!

el resto es un articulo de Pablo Sebastian, no mio!

Pellizcos de m... ???? (no lo he pillado!) DICHOSA CENSURA!!!!