Albares de la Ribera - Leon

Miguel Martínez inauguró el cuarto Mercado Tradicional ante 1.500 personas y prometió al alcalde promocionar el fruto en los centros hosteleros nacionales

07/11/2010 m. j. alonso | páramo del sil





Elevada a la categoría de poema gracias a la pluma del poeta Miguel Hernández, la cebolla ha sido siempre manjar de pobres y ricos, condimento de cualquier comida y paliativo del hambre en familias donde el estómago muchas veces pedía clemencia. Ha sido históricamente una hortaliza recurrida pero no en cualquier sitio igual de sabrosa. Páramo del Sil es ejemplo clave del buen cultivo de este fruto, por ello quiere darle salida, exportarla al exterior.

Y qué mejor padrino para hacerlo que el propio presidente de Paradores de Turismo, Miguel Martínez, que ayer presidió la inauguración del cuarto Magosto y Mercado Tradicional de la localidad y comprometió su apoyo a un fruto, la cebolla paramesa, que a partir de ahora estará presente en las despensas y cocinas de todos los paradores de España, porque -”como dijo ironizando el propio Martínez-” «la cebolla de Páramo es de las que no repite».

Reivindicaciones culinarias a parte, más de 1.500 personas, llegadas de toda la geografía leonesa y parte de la vecina Asturias, participaron ayer en una fiesta de Interés Turístico Provincial cada vez más afamada y visitada. Una feria que este año se complementó además con la inauguración de una mina-museo a tamaño natural que bien vale para reivindicar -”en los tiempos de crisis que vive el sector-” un apoyo unánime, decidido y de futuro para el carbón. Y así lo hicieron el alcalde de Páramo, Ángel Calvo; y el delegado de la Junta en León, Eduardo Fernández, también presente en el acto.

Dulces, licores, hogazas y bollos, berzas, cebollas, miel y, por supuesto, castañas. Mandiles y mandilones, broches de tela y esparto, cuencos, clavos y herraduras, cachavas y cucharones de madera maciza, adornos en vidrio y arcilla.

Todos ellos escoltados por el mismo adjetivo, el que otorga la artesanía, y destinados a un mismo fin, la venta. No obstante, este año la recaudación fue más ajustada que otros, el bolsillo se lo pensó dos veces antes de soltar los cuartos. Fueron más los que observaron la labor de los maestros artesanos que quienes se decidieron a comprar algún capricho. Quizás fuera el madreñeiro quien cosechó más éxito en la parte comercial y, sin duda, fue la pulpera quien mejor aprovechó la ocasión. Como todos los años su puesto estaba a rebosar.

El postre llegó con la castaña para darle sentido al magosto. De nuevo el presidente de Paradores destacó la calidad de los productos bercianos -”como buen toreniense que es-” y elevó la castaña a identidad del otoño a través del refranero. «Por el Pilar las primeras castañas has de asar» o «cada cosa a su tiempo y las castañas en Adviento» fueron algunos de los dichos recurridos por Martínez en su pregón.

Al finalizar y como buen anfitrión, el alcalde de Páramo le hizo entre de tres regalos: un libro sobre el municipio, una bandeja de pizarra -”Páramo es también tierra losera-” y un cestín con cebollas, para recordarle a Martínez compromiso.

«Ni anchoas de Santoña ni trajes, son cebollas a la vista de todos», explicó el primer edil de Páramo del Sil. Desde la alcaldía se espera que el municipio suene por toda España precisamente gracias a este fruto.