REVISTA DE FOLKLORE.- EL MAGOSTO Autor: LOPEZ TEMEZ, Xesús Tema: Costumbres El magosto, fiesta tradicional de nuestros pueblos se celebra a principios del mes de Santos (noviembre), tradicionalmente dedicado a nuestros muertos. Por San Martiño, en el mes de octubre, las castañas empiezan a abrir los erizos y dejan caer su fruto a la tierra. Estas primeras que caen son llamadas "As do engazo", que reciben el nombre al ser recogidas con el "engazo", una especie de rastrillo. Los que se ocupan de esta labor son niños y mujeres. Posteriormente el castaño es vareado con la "baloira", un palo de larga longitud. Caídos todos los erizos se llevan a una caseta donde se deja pudrir el erizo, sacando las castañas con el engazo. Aquellas castañas que no van a ser comidas en el acto, se llevan al "canizo" (especie de caseta que se forma a cierta altura sobre el hogar). En algunos lugares se construyen edificios específicos para el secado de la castaña: el "sequeiro". Son construcciones anexas a la casa, que constan de dos pisos. En el primero, de tierra, se prende fuego. El humo va pasando al segundo (separado por unas tablas), en el que están las castañas y son secadas. En Galicia se pueden encontrar castaños a lo largo de todo el país, y por tanto las costumbres que vamos a relatar aún están bastante difundidas por nuestra tierra. En comarcas del mismo área cultural, como puede ser El Bierzo, la producción se limita a lugares cercanos: Villafranca, Vega de Espinareda y otros de menos interés. Igual sucede en Asturias y en la parte oeste de Zamora. En estas comarcas limítrofes con Galicia son muy escasas ya las manifestaciones de magosto que quedan. Las formas de comer la castaña son muy variadas: crudas, cocidas, o asadas. Se pueden cocer con cáscara y sal ("zonchos") o sin ella. Se pueden, igualmente, comer acompañadas de chorizo, con habas, mojadas en leche o en vino. En algunos lugares la castaña se utiliza para dar de comer al ganado. Pero la forma más tradicional de cocinarlas es asadas, bien en el horno o en los magostos. Según el vocabulario del Bierzo, el magosto es la "operación de asar y comer castañas". Para el Diccionario Gallego es una "reunión para comer castañas al aire libre". El origen de la palabra parece ser de origen latino, según Cabal: "magnus-ostus", gran quema, montón quemado; aunque esta etimología no convence a casi nadie, por la poca base en la que se sustenta. El origen de la fiesta, es remoto, aunque nos parece clara la conexión con otras fiestas del fuego. En Galicia reúne características similares a las hogueras de Nochebuena y a las de Navidad. En la Península y en otros países, parece guardar relación con las de San Juan y San Silvestre. Todas estas celebraciones nos recuerdan a la vieja fiesta del Imbolc, fiesta celta dedicada al fuego sagrado. Pero su significado va más allá del ritual del fuego. Este es, sin duda, el elemento que purifica, por el que se logra de algún modo la inmortalidad. Este purificar es el renacer. Los celtas, pueblo omnipresente en la cultura galaica, celebraban el año nuevo, justamente cuando ahora se celebra el magosto. Ese día los celtas tenían también una fiesta: el Samainn. Los muertos bajaban a las casas durante las noches. Las puertas debían de ser dejadas abiertas y la lumbre encendida para poder así mitigar el frío. Entre los gallegos, se tiene la creencia de que las ánimas, bajan a calentarse al lado del fuego del magosto. Y cada castaña comida es un alma que se salva. Las concomitancias entre una y otra fiesta son claras. LAS CASTAÑAS Y EL FOLKLORE POPULAR Como ejemplo de la importancia de la castaña en la cultura gallega y en las zonas gallego-hablantes, van incluidas en este trabajo cinco canciones tradicionales. Tres de ellas pertenecen a Galicia y dos a la comarca galaica del Bierzo. La primera dice así: A castaña saíu podre mozos de Nigueiroá, a castaña saíu podre outra boa sairá! Suele ser utilizada o bien refiriéndose a las castañas en sí o también a las mujeres. No las quiero, no las quiero, castañas de tu magosto, no las quiero, no las quiero, que me saben al chamosco. Referencia a los escarceos amorosos que se daban dentro de cualquier magosto de importancia dentro de la comunidad. A castaña no ourizo quixo reír e estralou, caíu do castaño embaixo mira que tumbo levou. Es una cántiga que hace referencia a la época de recogida de la castaña cuando ésta empieza a caer del árbol. Ay magosto, ay magosto, donde hay mozas y mozos hay magosto. Todo buen magosto es únicamente hecho por y para la juventud. Es la clásica creencia de la fiesta para la juventud, del renacer del que antes hablamos. Naquela banda do río ten meu pai un castiñeiro, bota castañas no outono uvas no mes de xaneiro. Poco que decir, a no ser lo extraño que es el último verso. |