Albares de la Ribera - León

Reportaje | m. j. alonso

La falta de vocación es la causa de la desaparición de una congregación presente en el Bierzo desde el año 1899

19/10/2010


«Este siempre ha sido un colegio muy bueno, pero ya no hay vocación». De esta manera explicó ayer el padre Ambrosio Rodríguez el final de la Comunidad de los Padres Paúles de Villafranca del Bierzo. Después de 111 años, la congregación abandonará a finales de este mes la que ha sido su casa en la Pequeña Compostela, un edificio que data del siglo XVII y que en sus tiempos fue el convento de los Padres Jesuitas y se convirtió en seminario para quienes deseaban seguir la senda marcada por esta Misión, San Nicolás el Real.

Con su marcha, en el aire queda el futuro del convento y de la Iglesia de San Nicolás, declarada Bien de Interés Turístico Cultural, y dice adiós un colegio de prestigio ahogado ahora por la falta de seminaristas. Lo que está más claro es el porvenir del Museo de Ciencias Naturales integrado en el convento, al ser de gestión municipal es el propio Ayuntamiento de Villafranca quien se hará cargo de su supervivencia, tal y como adelantó el padre Ambrosio, que junto al padre Manuel Blanco son los únicos integrantes que a día de hoy forman la Comunidad en la localidad berciana.

Atrás queda el esplendor de una congregación que llegó a la comarca en el año 1899. Por delante, un futuro en blanco que empezó a tomar cuerpo cuando parte del convento se convirtió en hotel.

Pero San Nicolás el Real ha sido más que un colegio. En su interior reposa la imagen del patrón de Villafranca, el Santísimo Cristo de la Esperanza, situada en el tramo central del retablo principal de la iglesia, custodiado en sus laterales por otros dos retablos dedicados a San Vicente de Paúl y La Milagrosa.


El museo no corre peligro. En sus dependencias se ubica también el museo de zoología, que reúne en sus vitrinas varios ejemplares de reptiles, mamíferos, peces y aves -”sobre todo pájaros de Filipinas-”; así como una amplia colección de conchas, fósiles, seres invertebrados, rocas o minerales. No faltan tampoco vestigios del pasado, pues sus vitrinas se visten también con piezas arqueológicas, entre las que cabe destacar un ídolo ovoide perteneciente a la Edad del Bronce y varias hachas del Neolítico.