La viuda que se enteró cuando vio el féretro Algunos de los aspectos más duros de la minería están vinculados a las esperas de las grandes tragedias. Los recortes de prensa de la espera del famoso accidente de Casetas, con 11 muertos en los años 50 del pasado siglo, hablan de todo tipo de situaciones. Familiares que se desmayan, otros que no aguantan la tensión y quieren tirarse por un barranco, gritos... En otro accidente, en los años 90 en Arbas del Puerto, sucedió otro hecho que ilustra muy bien lo que se puede vivir en estas situaciones. Había dos mineros atrapados, la mujer de uno de ellos (David) estaba en las dependencias de la mina, esperando noticias, acompañada de una amiga pues nadie se atrevía a acercarse a ella ya que todos sabían que tenía muy pocas posibilidades de estar vivo después de una explosión de grisú. “Si hay un hueco David lo encuentra, tiene mucha mina”, le decían algunos con poca convicción. Llega el amanecer. Nadie le ha dicho nada. Sale al exterior para poder respirar y en la explanada de la mina ve que hay dos coches fúnebres con dos féretros. Así le dijeron que se había convertido en viuda. |