Albares de la Ribera - Leon

El escritor y académico leonés asegura que "ni empresarios ni políticos se están comportando con honorabilidad en la injusticia que sufren los mineros"

El escritor y académico leonés Luis Mateo Díez. (Foto: Miriam Chacón)
“Me parece terrible que los mineros de mi pueblo, de Laciana, del Bierzo, tengan que salir por ahí a pedir que les paguen lo que les deben, a que les atiendan en la parte más justa de su trabajo”, lamentó hoy el escritor y académico leonés Luis Mateo Díez (Villablino, León, 1942). En declaraciones a la Agencia Ical, manifestó sentir “una sensación casi como de injusticia insoportable y una gran conmoción” al ver a los protagonistas de la segunda ‘Marcha Negra’ de la minería leonesa, iniciada el pasado martes para exigir el pronto pago de sus salarios y que se garantice el futuro del sector.

El escritor calificó de “desolador” el hecho de que “haya unos dineros públicos, unos dineros europeos, que se transforman en subvenciones, que cobran unos empresarios y que no se transforman en sueldos”. Lo que le lleva a pensar que existe “una terrible connivencia de nuestros políticos en los grados más altos de responsabilidad por lo menos al no intentar aclarar del todo esa dramática circunstancia”.

Para Mateo Díez, “el carbón sigue siendo una fuente imprescindible de energía y de reserva, porque cada vez necesitamos fuentes de energía y andamos buscándolas por los sitios más insospechados”, de ahí que necesitemos “un cupo fuerte y saber que el carbón hay que preservarlo porque es un seguro de vida que está ahí para cuando fallen otras tantas cosas”. “Como nos hicieron creer que éramos tan ricos y necesitábamos tanto, todo lo que hacemos es derroche de energía, y ese cupo yo creo que está ahí”, recalcó.

El académico considera que hay muchos empresarios “algunos de ellos honorables, y otros no” y que mientras que “los honorables han hecho el trabajo como debían, los no honorables no lo han hecho, y desde luego los mineros que están ahora haciendo esta patética marcha tienen empresarios no honorables”. “Tampoco los políticos se están comportando con honorabilidad, no están sabiendo gestionar bien la situación ni reivindicar donde debían esos cupos de energía del carbón que debieran de estar ahí”, añadió.


Buen conocedor de la sociedad minera, calificó de “enorme injusticia” que la figura del minero, que es uno de los profesionales de mayor conciencia y que realiza uno de los trabajos de mayor riesgo y de mayor provecho, estén en esta situación tan disparatada, de absoluto desamparo, sin que nadie piense todo lo que les debemos a quienes les precedieron, a lo que es el trabajo en el sufrimiento, allá en lo más hondo, profundo y duro de la tierra, sacándonos los frutos de la energía con la que podríamos vivir gratamente”.

Mateo Díaz cree que existe “como un olvido de ese pasado”, aunque “el carbón es una fuente de energía que está ahí”. “Claro que, si dices como el presidente del Gobierno en Oslo -porque él cuando dice esas cosas suele decirlas fuera de España-, que el carbón es una fuente de energía importante pero contaminadora y que cuando seamos capaces a través de las técnicas adecuadas de quitarle al carbón los efectos contaminadores volverá a ser una fuente de energía razonable... pues qué duro. En un mundo tan contaminado como éste donde una fuente principal de la contaminación que sufrimos la expanden los políticos”, afirmó.

Tras alabar la vida de estos trabajadores, “con una de las identidades profesionales y laborales más expresivas y una conciencia de su trabajo inusual en otras profesiones”, criticó que se encuentren ahora “ante un dilema estremecedor, demoledor, que es la mina o la nada”. A su juicio, “es muy duro pensar que algún político decente, europeo o español pueda tener comprensión de la mina o la nada”, porque “algo habrá que hacer para que si la mina desaparece, no quede la nada, y algo habrá que reivindicar de la memoria y del sufrimiento, y del trabajo minero a lo largo de tantos siglos”.