ASCO Asco es la denominación de la emoción de fuerte desagrado y disgusto hacia sustancias y objetos, como determinados alimentos, excrementos, materiales orgánicos pútridos o sus olores. El asco puede ser suscitado también por personas o comportamientos. A diferencia de otras formas menores de rechazo, el asco se expresa mediante mediante violentas reacciones corporales como náuseas, vómitos, sudores, descenso de la presión sanguínea e incluso el desmayo. La ciencia trata el asco como una emoción elemental en lugar de como instinto, pues no es innato, sino que se desarrolla mediante la socialización. Lothar Penning, que se ha dedicado a los aspectos sociológicos e históricoculturales del asco, lo define como «un mecanismo social condicionado por la cultura y transmitido mediante la pedagogía, que emplea reflejos faciales y náuseas para preservar la identidad básica social, adquirida de forma prerracional»[1] El asco desempeña un papel en algunas fobias, pero la característica esencial de una fobia es el miedo, no el asco. La sensibilidad extrema al asco se considera parte de la idiosincrasia. En la enfermedad de Huntington el enfermo no siente asco, ni identifica las expresiones de asco de los demás. Este síntoma es uno de los primeros en manifestarse. El bofio es otro de estos síntomas. |