BORRENES Con este nombre se conocía una amplia zona que, incluso, llegó a abarcar el lago de Carucedo, en el año 1166: “…y todo el lago de Los Borrenes con todo el realengo que cae dentro de sus términos…”. También se conoce por el nombre de San Vicente de Borrenes, en honor a la iglesia del mismo nombre. Con la villas y casares de Campelo y Raniego se conforma lo que sería el pueblo de Borrenes, que llegó a tener residencia de Merino y Escribano, además de Posada y hospital, así como cárcel; y, en la plaza… picota. Tiene muchos edificios religiosos: la iglesia matriz de San Vicente; la ermita del Cristo de la Vera Cruz; la ermita de Santa Bárbara y San Roque; la capilla de Ntra. Sra. de la Consolación; la ermita de San Justo; y, la ermita de la Virgen de la Vega. Dice la leyenda popular, sobre la Virgen de La Vega, lo siguiente: “… era muy admirada, por posaderos, viajeros o caminantes… tenía de plata el rostrillo, la corona y otras alhajas… por eso, un día, un viajero entró y le quitó las preciadas prendas, pero cuando iba a salir se quedó inmóvil. El mayordomo, que todos los días visita la ermita para controlar la velas encendidas, abre la puerta y se asusta al ver una persona rígida y quieta en medio de la ermita; descubre que tiene las joyas en la mano y, entonces, llama al alguacil y lo prenden. Lo untaron con miel y lo pusieron en el cruceiro de la plaza para que todos los posaderos que pasaban, por el Camino Real, le dieran un latigazo con el ramal”. Por el centro del pueblo pasa el camino de Castilla a Orense, hay una posta para el correo oficial. A finales del siglo XVIII, se pone una diligencia para el servicio de transporte de viajeros. |