POEMA DE JULIO CORTAZAR Mira, no pido mucho, solo tu mano, tenerla como un saito que se duerme así contento. Necesito esa puerta que me debas para entrarmamtu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestas tu mano en ésta noche de fin de año de lechuzas roncas?. No puedes, por razones técnicas: entonces la trazo en el aire, urdiendo cada dedo, el durazno sedosa de la palma y el dorso, ese país de azules árboles. Así la tomo y la sostengo, como si de ello dependiera muchisimo el mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, al canto de los galos, el amor de los hombres. Julio Cortazar |