Albares de la Ribera - León

Había en un pueblo un anciano sacerdote que ya estaba cansado de que sus feligreses llegaran a confesar que habían cometido adulterio. Un domingo, dijo durante el sermón:” Si escucho a otra persona confesar el pecado de adulterio, renunciaré”.

Como todos apreciaban al padre, se pusieron de acuerdo para usar un código. En vez de decir que habían cometido adulterio, dirían que habían "caído”.

Esto satisfizo al sacerdote, y las cosas marcharon bien hasta que el anciano falleció. Fue remplazado por un sacerdote más joven.

Varios días después el nuevo sacerdote visitó al alcalde con expresión preocupada:

Señor, debe hacer algo con las aceras de este pueblo. Cuando la gente viene al confesionario siempre dicen que se han caído.

El alcalde se dio cuenta de que nadie le había dicho al sacerdote lo del código, y empezó a reírse. Pero antes de que pudiera explicar el padre lo señaló con un dedo acusador y exclamó:

Yo no sé de qué se está riendo, pues su esposa se ha caído tres veces esta semana...


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Estaba Pepito jugando a la pelota con su amigo Pablito, cuando su mamá lo llama y le dice:

Pepito, ve a traerme unas tortillas a la tienda.

Al rato Pepito va pasando por la calle Colorado y mira que hay un desfile de reinas de belleza. Después de mirar a todas las que van desfilando, va y le dice a su mamá:

Mamá mamá, allá afuera en la calle Colorado van desfilando Miss Brazil, Miss México, Miss Chile...

Y la mama lo interrumpe enojada y le dice:

Y mis tortillas.

Y pepito le contesta:No, mamá, esa no la vi pasar.

- Doctor, ¿me pasa algo en la vista?

- a ver……….¿qué letra es esta?

- la A

- y ¿esta?

- la p

- pues correcto, no tiene usted nada.

- ¿seguro que no tengo nada?

- sí……….

- ¿De verdad que no tengo nada en la vista?

- que no……….

- ¿pues entonces, me puede decir usted por qué desde que me casé no veo un euro?

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