Albares de la Ribera - Leon

Portada > Opinión LA ESQUINA / Javier Santiago

Un Bierzo más vivo
Las cosas han cambiado, aunque sigan igual. Hace un puñado de años, esta comarca hervía en batallas. Con mayor o menor fortuna, desde cualquier ámbito surgían movimientos, iniciativas, protestas o aplausos. Los medios de comunicación ardían como las calles y los púlpitos políticos arrojaban de vez en cuando algún jarro de emoción.
Ahora, el Bierzo parece adormecido en el sueño de los que se aburren. Hasta las polémicas parecen pobres comparadas con aquellas algaradas de entonces. Y, habitualmente, cuando el griterío deja de sonar asoman el fracaso y las decepciones. Basta fijarse en el AVE, ese tren que hace revolotear a los pájaros. Recuerdo cuando empezó a asomar el pico sobre la comarca. De pronto, el Bierzo soñó con el futuro y empezó a pelear por él. Al final, algunos consiguieron destruirlo, pero al menos aquella era una sociedad viva, que discutía, que salía a la calle y que tronaba desde la vitalidad ardiente de las noticias.
Aquello acabó con un duro golpe para la comarca. El tren se fue a Galicia buscando otros caminos. Los que mandaban entonces decidieron alimentar el sueño de otros rincones y enterrar el del Bierzo. Los que entonces no mandaban protestaron, patalearon y afearon la conducta de los que callaban. Ahora, todos ellos se han intercambiado los papeles en medio de un nuevo olvido. Ya da igual. La batalla se perdió en aquel momento.
De todos modos, el problema de la comarca no se queda en la frialdad de los raíles. Antes había un Bierzo sin tren, pero era un Bierzo más vivo. Ahora tendremos un Bierzo sin tren, pero un Bierzo adormilado, que es peor. Quizá sólo sea una burla de la memoria, pero da la sensación que la comarca se ha rendido, que está dispuesta a dejarse llevar, que ya no se cree las fábulas y que sólo confía en su propia leyenda. Pero tal vez no esté todo perdido. Siempre queda margen para salir del sopor, para burlarse de los que se burlan y para humillar a los que humillan. Aunque parezca imposible, también parece divertido.