Hola:
Como parece que nadie encuentra el lugar en el que está sacada la foto publicada hace varios días bajo el título
“LA RUEDA QUE ECHÓ RAÍCES”, he colgado una nueva foto en la que aparece la casa en cuyo corral lleva descansando el carro desde hace más de medio siglo.
En Acebedo se conoce como
“la casa de Julia”, puesto que ese era el nombre de la última persona que la habitó hasta su fallecimiento, hace aproximadamente 50 años.
Antes que de Julia, la casa fue de sus padres, la tía Hilaria y el tío Alberto Cañón, que, además de Julia, fueron los padres de la tía Esther, Maura, Juana, Orencio (el caminero) y Adolfo.
Todos los hijos vivieron siempre en Acebedo, excepto Adolfo que estuvo varios años en Méjico y a su regreso vivió en Madrid. Adolfo fue uno de los “hijos del pueblo” que contribuyeron ha recrecer aquella torre achaparrada abuela de nuestra esbelta torre actual (y ahora también iluminada).
En la parte derecha de la casa, había una cuadra de la que ya sólo quedan unos pocos muros y a su izquierda un pequeño huerto con varios ciruelos y un nogal. Delante de casa tiene un hermoso corral en el que había dos pequeñas construcciones, en una de la cuales se protegía el carro hasta que la ruina lo ha dejado a la intemperie.
Para los que sigan sin ubicar la casa, les diré que está en barrio abajo, al lado de la casa de Orencio (el caminero) y de la casa de la tía Carola (mi abuela). Como muchos tampoco habéis conocido ni a Orencio ni a mi abuela, pues nada, ya sabéis, a preguntar.
Saludos.