Uruñuela - La Rioja

Aunque no he escrito nunca en el foro, os leo desde la distancia para informarme de las novedades del pueblo.
Aqui reconozco solo a uno, porque es mi abuelo(aunque no llegué a conocerlo), tengo la foto en casa.
De pie, el segundo por la izquierda, Demetrio Estebas.
Saludos desde el otro lado del charco.
Anakin

Hola Anakin.
Ya que as empezado con los nombres,añado a heleodoro ibañez,al lado de tu abuelo,y el otro que reconozco es el de medio de abajo.,Justo Carmelo Guinea, abuelo de MARTA , del menoscuarto.
Si alguien puede seguir......

Hola ciberamig@s:

Al igual que el sistema bancario actual el cerdo es un depósito a corto plazo excepto si se te muere antes de la matanza. Y os digo esto como continuación al escrito de “pp” en el que se acuerda de aquellos días de dolor y sangre.

Todo empezaba cuando por la primavera se adquirían en casa 4 ó 5 tetones los cuales, tan blanquitos y tan graciosos, llenaban la pocilga correteando entre las virutas de pino amorrándose a la pila de la comida. Con sus hocicos buscaban y rebuscaban con avidez por todos los rincones del reducido recinto. Gruñidos, chillos y ronquidos era la “música” de la cuadra. Carretillas y más carretillas de estiércol, abonarían en su día la huerta, era oficio de porqueros el tenerlos en perfecto estado de revista.

Aquellos sacos de papel en donde era servido el pienso compuesto, eran entregados puntualmente por Ramón Galán, al igual que todas sus vacunas y el arte de capar, que también lo llevaba a cabo con mano de experto cirujano. Una hoja Gillette y un spray de color azul eran suficientes para tal cirugía.

Patatas cocidas, restos de verduras, manzanas sobrantes, remolachas picadas y habas henchidas en agua fueron los “chuches” de aquellos animalitos.

A partir de San Martín se iba pensando el momento adecuado, al llegar a no sé cuantas arrobas (medida de peso) ya estaban aptos para el cuchillo. Además de seleccionar a los dos que iban a ser el sustento de la casa, se elegían los otros que serían vendidos a los vecinos tras cerrar el trato, ya sabéis para eso de amortizar gastos, y por fin el matarife, o matachín, como se dice en Aragón ponía fecha “al plazo fijo”; era ya hora de cobrar los intereses.

Demetrio Estebas se llamaba aquél hombre risueño encargado de poner fin a sus días. Había varios, pero este señor pertrechado con sus artes (cuchillos y chairas) acudía a nuestra casa puntualmente a realizar su trabajo como todos los años. Los niños estábamos nerviosos y esa misma mañana acudíamos corriendo hasta su puerta con el fin de escoltarlo y con ello dar la voz de alarma ¡¡Que viene Demetrio!!

Anakin, yo si conocí a tus abuelos y , con nostalgia, cada vez que veo un cerdito me transporta a aquellos días de mi infancia. Que animal tan rentable y tan provechoso, de él me gusta todo, hasta los andares.


Hasta otra.
Ramón.

¡¡hola Ramòn¡¡ Tu comentarios acerca de la foto jovenes cigueñeros me ha encantado, soy nieta de Demetrio y ha sido muy bonito leer tus palabras acerca de mi abuelo , anecdotas que yo conocia de oidas a mi madre. Por cierto se ha emocionado mucho al ver la foto y sobre todo al leer tu comentario.

¡¡ Gracias¡¡¡