Enciso - La Rioja

Me veo obligado a reconocer el gran esfuerzo que han hecho todas sus gentes para que la fiesta resultase tan amplia como fue. Tengo entendido o me dieron a entender, que se quiere hacer del Villar y en el Villar a modo de punto de ENCUENTRO DE PENDONES DE LA RIOJA. No sé si será o no, pero este año así ha sido. Desde el Exmo. Ayuntamiento de Enciso existe un sincero interés en que así sea. Gracias a Don Ernesto por su empeño y extrema participación en dicho evento. Estas son aportaciones que levantan a los pueblos y hace que sus gentes también se levanten y madruguen para disfrutar en ellos.

Sólo me queda agradecer, desde lo más sincero, a todos aquellos que pusieron lo mejor que tienen de sí mismos para que la fiesta, la romería, resultase como resultó. Puedo dar fe que hubo gente que asistió tras muchos años de no poder ir, y reconoció que jamás había visto un gentío tan animoso y plural como ese día. Quizá si no me lo hubiera dicho con lágrimas en los ojos de pura satisfacción, hubiera visto que aún había más gente de la que sus lágrimas le dejaban ver y su admiración hubiera sido mucho más grande y feliz. Sólo por eso merece la pena molestarse. Hasta el mismo día se ofreció amplio, colosal y redondo como un personaje más en la fiesta.

Supongo me dejaré a alguien, pero debo felicitar a todas aquellas personas que se tomaron la gran y feliz molestia de acarrear sus pendones para participar en nuestra fiesta: ENCISO, VILLAROYA, LA ZARZOSA, LAS RUEDAS, LA ESCURQUILLA, VALDEVIGAS, amén de las cuatro aldeas: NAVALSAZ, GARRANZO, POYALES y EL VILLAR. Por nuestra parte, no nos resta sino disponernos de la misma forma hacia todos ellos cuando lo necesiten. Ya sabía yo que me dejaba a alguien: desde aquí mi felicitación al “Pendón Mayor”, que tanto se molesta por el pueblo, por su Villar entrañable y querido, que no es otro que nuestro Sacristán Mayor y Perpetuo: Don Juan Carlos Martínez Fernández.

Ese día, el Villar y sus gentes, pude constatar cómo se sentían y sintieron felizmente desbordados. Estoy seguro que aún les queda en la retina de sus ojos y entre los pliegues del corazón tan grato gesto y tan fuerte recuerdo. Felices por ellos y gracias a quienes fueron capaces, con su desinteresada participación, de lograr esos sentimientos.

Gracias a todos.

El Dormilón que nunca duerme.