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Vilches - Jaen

Poblacion:
España > Jaen > Vilches
08-06-11 08:31 #8085700
Por:estyven

Encuentran el cadáver de un hombre en el pantano del Guadalén, en Vilches
Podría ser un pescador que se encontraba en la zona
07.06.11 - 19:14 - EUROPA PRESS | JAÉN

El cadáver de un hombre de 62 años ha sido hallado este martes en el pantano del Guadalén, en el término municipal de Vilches, según han informado a Europa Press fuentes del servicio de emergencias de Andalucía 112.
Según han añadido, a las 17,09 horas se recibió el aviso de un particular que alertaba de que había visto un cuerpo flotando a un metro de la orilla en el citado embalse y que podría ser de un pescador que se encontraba en la zona. Inmediatamente, a la Guardia Civil y a los servicios sanitarios que confirmaron que el hombre estaba muerto.
Por el momento, se está a la espera del rescate del cuerpo, al que le deberá ser practicada la autopsia para determinar la causa de la muerte cuyas circunstancias se están investigando.
Puntos:
08-06-11 10:39 #8086448 -> 8085700
Por:marea negra

RE: Encuentran el cadáver de un hombre en el pantano del Guadalén, en Vilches
¿se sabe quién es?
Puntos:
08-06-11 12:40 #8087237 -> 8086448
Por:inoctanio

RE: Encuentran el cadáver de un hombre en el pantano del Guadalén, en Vilches
!Tu primo! Llevale flores.
!Vamos! ni que fuesemos en el foro hijos de la Sabia de Montoro.

Mas te vale.......
Puntos:
08-06-11 12:43 #8087269 -> 8087237
Por:paquitochocolatero2

RE: Encuentran el cadáver de un hombre en el pantano del Guadalén, en Vilches
quien es la sabia de montoro?
Puntos:
08-06-11 12:49 #8087321 -> 8087269
Por:inoctanio

RE: Encuentran el cadáver de un hombre en el pantano del Guadalén, en Vilches
Riendote Riendote Riendote Riendote Riendote Riendote Riendote
Pero en serio, ¿no sabes quien es la Sabia de Montoro?
!Que cosas tienes, Paquito!. Pasmado Pasmado Pasmado
Puntos:
08-06-11 12:50 #8087328 -> 8087269
Por:

Borrado por Foro-ciudad.com
Puntos:
08-06-11 12:59 #8087403 -> 8087328
Por:inoctanio

RE: Encuentran el cadáver de un hombre en el pantano del Guadalén, en Vilches
¿AGRESIVO, YO? para nada, en Pandora somos muy pacificos, pero que no se sepa, quien es la sabia de Montoro, y tu lo preguntas, que te llevo tu mama, cuando eras pequeña.

Mas te vale .......
Puntos:
08-06-11 13:07 #8087486 -> 8087403
Por:inoctanio

RE: Encuentran el cadáver de un hombre en el pantano del Guadalén, en Vilches
#1 Catalina Alanzabes Pabón, la Sabia.
pedro Enviado el: 2008/9/4 16:45

José Ortiz García
Cronista Oficial de Montoro

Sin duda alguna una de las virtudes más importantes a la hora de recordar a las personas más queridas, viene protagonizada por la sencillez. Nuestra siguiente biografía trata de recordar a una mujer sencilla y afable que ayudó con sus sabios consejos a multitud de personas tanto de Montoro, como fuera del mismo. Nos referimos a Catalina, la Sabia.
Catalina Alanzabes Pabón nació en noviembre de 1896 en Montoro. Sus padres, Miguel Alanzabes y Ana Pabón, eran procedentes de familias humildes dedicadas a las duras tareas del campo. Sabemos que rodeada en este ambiente trabajador, humilde y sencillo, le sobrevino el don del saber aunque sin poder precisar de forma exacta como le llegó esta Gracia.
Desde muy temprano mostró una forma de actuar no acorde a su corta edad. De este modo el 24 de diciembre de 1899, se dirigió con su abuela a uno de los lagares de Casillas de Velasco donde moraban unos parientes cercanos con objeto de pasar esa fecha tan familiar en compañía. Cuando llegaron los fanegueros de recoger la aceituna, los chiquillos de la cuadrilla fueron a dar vuelta a unas pocas de losetas que tenían colocadas para cazar pájaros. La niña fue tras de ellos, los cuales al percatarse que la pequeña les seguía le dieron la primera pieza que hallaron para que se entretuviera con ella. Como era tan niña, no pudo seguir el ritmo de los demás quedando sola en la sierra. Cuando sus familiares se dieron cuenta que Catalina no volvía con los muchachos salieron a buscarla. No dieron con su paradero hasta las seis de la mañana, hallándola dormida encima de un montón de pasto que ella misma recogió, sin una gota de escarcha y con un pajarillo en la mano. Tras haber sido una de las noches más frías de ese año, Catalina no sufrió ni un solo constipado a pesar de haber dormido ese día a la intemperie.
Poco después comenzaron las sospechas de que algo más sucedía en torno a Catalina. Era una Gracia no tangible, que no se sabía describir, pero que todos los que la llegaron a conocer coinciden que se trataba de un Don que dejaba una inolvidable huella. Cuentan sus familiares que estando en la Huerta Barranco con su abuela a los cuatro años de edad, su cuidadora tenía que venir a Montoro a lavar las coladas de ropa con las que se ganaba la vida, mientras que Catalina quedaba con su abuelo en el campo. En un descuido la chiquilla bajo a la alberca donde había un nogal. Pasadas unas horas el anciano la echó en falta, hallándola cogiendo nueces al pie del árbol. Tras la reprimenda propia, la chiquilla le contó que antes de que él viniese se quedó sin ver nada, a la vez que sé hacia de noche y se secaba el agua que había en el interior del aljibe. Su Abuelo algo intranquilo, bajó al pilancón encontrando todo normal, pero la forma de describir el relato que su nieta pequeña contó, le resultó algo extraña. También se cuenta que el momento en el que se cegó, fue fruto de que la rodeo una nube blanca que le habló, pero cuyas palabras se desconocen porque nunca las quiso desvelar a ningún familiar .(1)
A los cinco años residió en el molino aceitero conocido de Calcula en el pago del Risquillo, donde sus padres se hallaban al cuidado de la instalación y de sus dependencias. Fue allí donde sus padres se percataron que el modo de actuar de su hija era fruto de un Don que Dios le había mandado. Un buen día la chiquilla se dirigió a su padre y le dijo: “Papa, recoge las ropas y carga las bestias que nos vamos a Montoro, que el amo del molino nos quiere echar”. El padre quedó consternado ante las palabras de su hija, y temeroso de que la niña pudiese haber oído algo relacionado con lo que le acababa de comunicar, decidió bajar a Montoro para hablar con el propietario de la finca donde se encontraba su familia alojada. Éste al ver entrar en su tienda (2) a su casero le preguntó que a donde iba, respondiendo Miguel que llegaba a comunicarle su decisión de dejar su trabajo y de trasladarse a vivir a Montoro, pues antes de que lo echasen de su cometido, él mismo lo abandonaba. El extrañado dueño le dijo que por qué medios se había enterado de esa noticia y éste le respondió: “Me lo ha dicho, mi hija Catalina”. Ante lo que estaba ocurriendo el Propietario le dijo que era verdad lo que le estaba diciendo, pero que no lo sabia nadie puesto que solamente lo había comentado con su mujer la noche anterior cuando ya estaban acostados, y que ante lo que había sucedido que hiciese el favor de deshacer el equipaje y que siguiesen de caseros con él.
Después de esta primera videncia, tubo lugar la primera curación a los pocos días de lo comentado, aclarando que sus medios para sanar no consistían en imposición de manos, sino en recetar medicamentos y otros remedios naturales pese a no saber leer, ni escribir. Se sabe que su madre y una compañera se desplazaron hasta Montoro para provisionarse de los alimentos básicos trayendo consigo a Catalina. Como era muy pequeña decidieron dejarla en casa de una familia cuya ama de casa era lechera, mientras que las dos mujeres iban a comprar al centro de la población. Estando allí, vió entrar al médico don Pedro Serrano y como chiquilla que era se acercó tras éste para saber quien era el convaleciente. Tras la exploración clínica, la pequeña le dijo al facultativo: “Deje de mirarlo más, ¿No ve que lo que tiene es el tifus?”. Tras ser corroborada por el médico y no quedar esperanzas sobre el estado en el que se encontraba el paciente, la familia del enfermo siguió las indicaciones que le iba aportando la pequeña, pese a correr el riesgo de que se tratase de una travesura. Lo primero que señaló fue que se trajese una bañera de cinc que la niña indicó que existía en la casa de una vecina, como efectivamente allí hallaron. La llenaron de agua templada a temperatura corporal y bañaron al hombre varias veces. Tras las inmersiones, deletreó a los presentes los medicamentos que debían de acompañar a este remedio. A los dos días el convaleciente mejoró notablemente, yendo a celebrar su curación en el campo donde se encontraba Catalina y sus familiares, mientras que el vecindario estaba comenzando a enterarse de los prodigios de esta niña, a través de la lechera que iba vendiendo su mercadería por las casas del pueblo.
A partir de aquí son muchas las anécdotas que todo el municipio puede contar. Nosotros solamente vamos a indicar unas pocas, pese a que han quedado en el tintero otras muchas que dan para realizar un libro entero dedicado a esta mujer. Cuentan que un buen día llegó a hablar con ella un hombre que llevaba varias semanas con fiebres altas, vómitos y diarreas que no cesaban. Ésta al atenderlo le sugirió que si quería erradicar con el mal que padecía, fuese a su cortijo y rompiese el botijo de beber que llenaba con el agua del pozo, ya que dentro se hallaba el origen de su enfermedad. Ni corto, ni perezoso se dirigió a su hacienda quebrando el búcaro contra el suelo, encontrando en su interior un sapo.
A los 22 años se casó con su marido Ángel Morales García de cuyo matrimonio nacieron tres hijas (Catalina, Ana y Juana) y un hijo (Gerónimo). Tras la guerra, permaneció en su casa sita en la calle Calvario, 35, en el barrio del Retamar donde estuvo prácticamente toda su vida. Allí en una habitación a mano derecha estaba su cuarto de atención a los que llegaban: Una mesa con su tapete, en la que se encontraba un bolígrafo y una libreta de papel para que escribiesen lo que ella le prescribía, su sillón, multitud de sillas, una cómoda, cuadros de todos sus nietos, varias estampas de la Virgen María y un Padre Jesús de esparto que le trajeron de Granada. Entre los santos de su devoción cabe destacar el Santo Cristo de Pedro Abad y Nuestro Padre Jesús Nazareno de Montoro.
Todas las informaciones orales consultadas coinciden que prácticamente nunca parecía escuchar a los que a ella llegaban a contar sus males, sino que se mostraba distraída, como si no hiciese caso a lo que le estaban contando. Al final, cuando los enfermos le acababan de contar sus dolencias, ella misma les mandaba escribir en su libreta lo que debían de tomarse, indicándoles letra a letra la medicina. En caso de que fuese difícil su localización, ella misma le indicaba el lugar donde debían de solicitarla. Consta que una mujer fue a que le recetara un medicamento para su esposo. Tras la consulta la señora se acercó a la botica de la plaza a conseguir el fármaco requerido. Cual fue su sorpresa que el farmacéutico le aseguró que ese medicamento lo habían retirado de su venta hacia algún tiempo, por lo que esta persona tornó a su casa para decirle que no encontraba dicha sustancia en el recinto. Catalina la envió con unas indicaciones específicas para el dependiente, sobre la estantería donde debía de buscarlo, y efectivamente allí lo encontró.
Algo parecido se sabe sobre un muchacho forastero que un día visitaba la sepultura de esta mujer en compañía de su esposa. El destino quiso que coincidiera con un familiar de Catalina, comenzando a conversar sobre las buenas acciones que esta brillante mujer hizo en el vecindario. Durante el transcurso de esta charla afloró el tema de cómo conoció el joven a la sabia. Éste respondió que fue fruto de la casualidad, ya que se hallaba de paso comprando en una tienda cercana a la casa de Catalina, cuando lo llamó una anciana que le pidió que si podía cruzar a su casa a apuntarle en un papel el nombre de un medicamento, pues ella no sabía escribir. El muchacho aceptó encantado, no olvidando nunca como esta dulce mujer le deletreó perfectamente el nombre de un extraño fármaco a un paciente que atendía. El enfermo le dijo que donde iba a comprarlo y ella le comentó que en el extranjero, porque esa medicina no se hallaba en España por lo que tenía que dirigirse a la embajada para conseguir el mismo. Esta historia le impactó de tal forma, que cada vez que pasaba por Montoro, llegaba a visitar la tumba de Catalina.
A su casa llegaba gente de muy diversos lugares. Sabemos que esta mujer atendía cada cierto tiempo un furgón repleto de personal procedente de Martos. También que iba cada semana al desaparecido parador de la Herradura en la plazuela del Potro de Córdoba, para atender al personal de la capital o de los pueblos colindantes a la misma. Catalina atendió incluso a gente que llegaba del extranjero. Sabemos que en 1946 llegó a la localidad una familia que tenía a una hija suya aquejada por un extraño mal que la había llevado prácticamente a la extenuación. Al llegar a la estación de Montoro, cruzaron a tomar un refrigerio en el bar conocido de María, la Moyana. Allí contaron que habían andado por casi toda Europa visitando a los mejores especialistas en busca de un diagnóstico eficaz para curar a su hija. Al oír el devenir de esta familia, los clientes del establecimiento le aconsejaron que fuesen a casa de Catalina para ver que les decía. Una vez que llegaron a su morada y le contaron el problema, muy tranquila les dijo que si se querían llevar a su hija curada para su lugar de procedencia, porque su mal estaba sanado en pocos minutos. Ellos sorprendidos aceptaron sin dudarlo, y la sabia pidió una palangana con agua y una bebida que ella indicó a su marido. Tras ingerir el producto la joven vomitó un parásito intestinal, el cual le había perjudicado durante tantos años.
El don que Catalina no consistía solamente en recetar medicamentos y remedios a quien lo precisaba, pues tenemos presente que también poseía dotes de videncia, las cuales en muy pocas ocasiones manifestó, ya que su cometido era la sanción de los enfermos. Se sabe que un vecino de Villafranca de Córdoba estuvo perdido un tiempo durante la contienda bélica de 1936, comunicando a su madre que éste había muerto en un combate. La mujer desconsolada fue a ver a Catalina para contarle su desgracia. La sabia le dijo a la mujer que no se preocupase que su hijo estaba herido pero que se había escondido, ya que si lo aprehendían podía salir mal parado. Asi estuvo varios meses y como seguía sin aparecer, la mujer le realizó una misa y se atavió de riguroso luto. Cuando Catalina la volvió a encontrar le dijo que se estaba equivocando pues su hijo iba a aparecer de un día para otro, como asi sucedió, ya que un buen día se presentó en su casa comunicando lo mismo que la anciana indicó a su madre. En otra ocasión se dirigían a casa de Catalina una muchacha que confiaba en las dotes de ésta y su incrédula madre. Ésta para burlarse de la anciana comentó por el camino a su hija, que los tres duros que le iban a dar a Catalina era mejor que se los gastaran en churros en el puesto del Retamar. Una vez llegados al quicio de la puerta, la sabia mujer salió a recibir a la adolescente a la que invitó a entrar en su casa, mientras que respondió a su acompañante: “Mientras ya atiendo a tu hija, ve y te comes los tres duros de jeringa que me vas a dar en el kiosco de la entrada del puente”.
Se sabe que Catalina era una mujer muy preocupada por los que la visitaban con asiduidad. En una ocasion se acercó hasta su casa una joven que tenía a su madre enferma en Córdoba, debatiéndose entre la vida y la muerte. Esta muy apurada por carecer de padre y de medios económicos le dijo que iba a hacer si su madre moría, pues tenía a cargo a una hermana más pequeña y a su abuela. Catalina se levantó de su sillón y comenzó a pedir a Dios que no dejara desamparada a esta muchacha, mientras caminaba sin cesar por las habitaciones de su casa. Toda esta desesperación se acabó de forma repentina pues tras dar una palmada, se dirigió sonriente a la joven y le dijo: “No te preocupes que ya no le va a ocurrir nada a tu madre, el mal que tiene en la barriga ya se le ha separado de donde estaba, así que mañana te vas en el primer autobús que se dirija para Córdoba, porque como lo pierdas, no ves a tu madre antes de que entre al quirófano”. Tras lo dicho continuo: “Cuando vengáis a verme la próxima vez, yo os estaré esperando en la puerta de mi casa”. Dicho y echo, a la mujer la operaron en esa misma mañana, llegando su hija breves instantes antes de su entrada a la sala de operaciones, pues un quiste de un kilo incrustado en el páncreas se había desagregado del citado órgano. Tras su larga recuperación, ambas fueron a visitar a Catalina, la cual cumpliendo con lo prometido, estaba esperándolas en su puerta.
Pero la actividad de Catalina, la Sabia, no vista por todo el vecindario con buenos ojos, por lo que tras la guerra civil, ciertos círculos profesionales buscaron la manera de hacerle huella enviando a un policía local a vigilar sus ocupaciones a diario. Un buen día una vecina de su barrio y ella subieron a comprar a la plaza de Abastos dándose cuenta que un municipal las seguía. Al percatarse del seguimiento ni corta ni perezosa le dijo a la vecina: “Llévate mi compra que este no me va a vigilar nunca más”. Así que desde la mañana hasta bien entrada la noche comenzó a deambular c por todas las callejuelas de Montoro, lo que canso de tal forma al guardia que desistió de seguirla más. No obstante algunos especialistas en medicina como era el reconocido médico Don Angel Medina, confiaban en esta anciana, ya que un hijo suyo fue curado por la ayuda de esta mujer, según nos cuenta en su artículo Lola Moreno .(3)
El día de su muerte fue muy sentido por todo el pueblo, y se sabe que unos días antes de morir entro en su habitación una paloma blanca que dio varios vueltas en su cuarto y salió. Tras observar lo ocurrido comentó a su hija Catalina que era el presagio de que su muerte se encontraba próxima. El día que le esperaba el trance, dejó de pasar consulta cuando iba a entrar una mujer venida de Barcelona, pues dijo que ya le quedaba poco tiempo. Asi que alas 19:00 horas de la tarde un infarto se llevo a una de las mujeres que más huella popular ha dejado entre los montoreños, estando en la memoria de cualquiera de las casas de esta localidad recordada con cariño y admiración.
Puntos:
08-06-11 13:55 #8095999 -> 8087486
Por:marea negra

RE: Encuentran el cadáver de un hombre en el pantano del Guadalén, en Vilches
Pero Inoctanio ¿no eras tú mi primo? NOOOOOOOO??????

pues ten por seguro que vamos a quedar primos hermanos......
Puntos:
08-06-11 16:24 #8097107 -> 8087486
Por:mantecon

RE: Encuentran el cadáver de un hombre en el pantano del Guadalén, en Vilches
Pues no tiene desperdicio y se lee de un tiron....ademas ,es historia,cercana y reciente

Podia Iker Jimenez dedicarle un programa.
Puntos:

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