Vilches - Jaen

Bueno, para ver si me va saliendo la chispa que necesito para volver a la normalidad, me he animado a participar en esta propuesta de nuestro compañero por mi cuenta, con una historia que hoy he comenzado a dar forma, pero que no sé bien hasta dónde me llevará. ¡¡Veremos cómo se porta conmigo la bendita inspiración!!

“El árbol de los aromas”

Allí estaba tranquilo, a la sombra de la higuera, con un dormitar suave y fresco; como a él le gustaba. Siempre le gustó el olor de la higuera, estar de siesta bajo la sombra de este árbol.

Y más de ésta en concreto, la plantó cuando su hija hizo la primera comunión, de un plantón que ya tenía esquejado en una de aquellas latas de tomate triturado, de las de 5 kilos. No lo hizo por nada en especial; sólo que cuando terminó la fiesta que allí mismo celebraron, en el patio trasero de la casa, con motivo de la comunión de Carmen, su hija; pensó que aquella zona que acababa de quedar despejada de mesas y sillas, sería el lugar idóneo para plantar aquella higuera que ya llevaba 2 años “encerrá” en la lata de tomates.

La brisa que se produce invita a dormitar, a reposar el almuerzo ligero y refrescante, de una ensalada con verduras de la huerta y una fritura de pescado, de lo que ha dado el “copo” esta mañana. Sólo las risas de Luisita y Amador, sus nietos, los hijos de Carmen, le hacen ser consciente de que la siesta es algo que durará lo que ellos, los niños, quieran.

- ¡¡Por favor!! ¡¡Que el yayo está durmiendo!! ¡¡Estaros quietecitos sin hacer mucho ruido!! - Gritaba "bajito" Carmen a sus hijos, Luisita y Amador-.

- Carmen, no te preocupes. A mí me gusta dormitar con sus risas como fondo.

Nunca entendió porqué su hija y sus nietos cuando se referían a él lo hacían con el nombre de el “yayo” en lugar de lo que siempre él había escuchado: “abuelo” o “abuelito”. ¡En fín! Será la modernidad o las corrientes de otros lugares de España, en los que allí se utilizaba más estos términos.

[Continuará……….]

La tarde transcurrió apacible y sin sobresaltos; pero Juan no las tenía todas de su lado.

- Papi, ¿qué estás mirando? ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?....Papi....¿papá....papá?
- ¿Qué? ¿Decías algo, hija?
- Me pareció que estabas como traspuesto, más allá que acá.
- Carmen, estaba pensando.
- ¡Tanto pensar,....tanto pensar! ¿Qué problemas puedes tener tú a tu edad y con todo hecho?
- ¡Y es verdad Carmen! Es verdad....es verdad..... – No quiso seguir con la conversación -.

Pero la verdad es que él sí tenía mucho en qué pensar. ¡Era tanto lo vivido!; y de tantos colores y de tantos grados de satisfacción y de sufrimiento; que para él era muy difícil poder hacer una especie de colección en las que agrupar sus vivencias según sus emociones.

¡Era casi imposible de agrupar! ¡Para él cada vivencia era única e inconfundible con cualquier otra de su vida!

En aquel momento sólo una razón le hacía despreocuparse de lo vivido: sus nietos. Su alegría por todo, sus curiosidades, sus impaciencias, sus inocencias, sus lloros, sus risas, todo……todo lo propio de dos vidas jóvenes y con todo un mundo de locos por vivir.

- ¡Yayooooooooooooooooo....! ¡Que no te encuentrooooooooo....! ¡Mi hermana no quiere jugar conmigooooooo....!
- ¡¡Ay....ay....qué locuelos que estáis!! ¡¡¿Cómo que no quiere jugar la Luisilla contigo?!! ¡¡Seguro que algo le habrás dicho o hecho!!
- Mientras viene mi hermana, por qué no me cuentas aquella “lluvia tan extraña que tú viste de pequeño”
- ¡¿Qué lluvia?! ¿¡La lluvia de papel!?
- Sí esa yayo, porfa....porfa....porfa....porfa....

[Continuará]

Esta es la pura intrahistoria de la historia del relato. O sea, esto no es relato, ésto es la razón de la existencia del relato. ¿Lo entienden?.....¡¡¿P'a qué?!!....................


- ¡¡¿El árbol de los aromas?!! ¿¡¡Pero papi ésto tiene que ser un tostón de mil pares de nar.....!!?

- ¡¡Juanele!! ¡¡Que me he "quedao atascao"!! No sé si hacer que los nietos maten al yayo o que el yayo en un ataque de locura mate a la higuera con herbicida del bueno.

- ¿Y qué rollo es ese de la "lluvia de papeles"? Me suena a trola, pero trola de la buena. ¿Lo vas a poner en tu relato?

- ¡¡Pues no so listo!! No es ninguna trola, la "lluvia de papeles" se puede decir que ocurrió. ¿Ponerla? La tendré que poner ¡qué remedio me queda! A no ser que el yayo se muera de un infarto antes de empezar a contar lo de la lluvia....

- ¡Desde luego papi que te metes en unos berengenales!

- Si vas a empezar a pitorrearte de tu padre.......... Mejor me dejas que reflexione sobre el futuro de mi relato. ¡¡Mocoso!!

[¿El relato?.........CONTINUARÁ...........
Hoy no.........................¡¡Mañaaaaaaaana!!]

- Buenos días, dígam...... ¡¡Haaala.....pero!! ¿Cómo tú por aquí? ¿No viene contigo el Juanele? Ja ja ja ja ja...

- Hola Emilia. Perdona que venga sin avisarte a tu trabajo. Te debía una visita y ahora que además necesito me ayudes pues.... Bueno, y tú y tu familia, ¿bien no? Hoy he venido sin mi hijo porque no quiero que se entere de lo que estoy tramando.

- Pues tú dirás. Espero que no sea algo muy difícil. La última vez era sólo que tú querías estar presenciando una autopsia, y...... casi tenemos que meterte en cama.....ja ja ja ja ja ja.....

- No es nada de muertos ni autopsias...je je je. Esta vez es para que me dieras la dirección, vamos la URL de aquel blog que escribíamos entre los dos, en nuestra época de blogueros.

- ¿Y eso? ¿Quieres retomar el blog para seguir esribiendo en él? ¡¡¿Y no te acuerdas ya ni del nombre del blog ni de la clave de acceso?!!

- No Emilia. Es que quiero recuperar aquel relato que escribí sobre "la lluvia de papeles". Yo lo recuerdo, pero quiero transcribirlo en un relato en el que estoy enfrascado y el dichoso de Juanele me está "animando" como tú ya sabes que a él le gusta de animarme......¡¡Intentando pitorrearse de casi todo lo que emprendo!!

- ¡¡Menos mal que a mí si me gusta guardar las cositas bien guardadas pero fáciles de localizar!!....Vamos a ver....¿te acuerdas de la vilcheña de la que estabas "embobao"? ja ja ja

- ¿La vilcheña........? ¡¡Ah si, si si...!

- Pues no te pongas "colorao" Juan Tenorio, que el nombre de la niña de Vilches es la clave de acceso de aquel blog. Tú vas a tu correo de gmail y luego a tu cuenta, picas en bloguers y tecleas el nombre de tu niña de Vilches como clave y.......¡¡Voilà!! Ja ja ja ja ja ja

- ¡¡Gracias Emilia!! ¡¡Que haría yo sin ti preciosa!! ¡¡Cómo te acuerdas tú aún de aquella mujer!! Aunque yo la llamase "la niña de Vilches" ya era una mujer bien entrada en los treinta años o a punto de alcanzarlos...

- ¡¡O ya bien pasados!! ¡Que para mí que te engañaba con la edad!.............Bueno; cambiando de tema, debo pedirte que me disculpes porque hoy tenemos varios cuerpos para ver. ¡No veas cómo se ha puesto de moda el suicidio! ¡¡La crisis y lo que no es crisis!!

- ¡¡Es verdad Emilia!! Perdona, que tú estas en tu trabajo y yo sólo de visita. Ya te visitaré en casa; prepárame una buena taza de café que yo llevaré una receta de rosquillos que le he copiado a Pumuki01 y un buen "juanfelipe" hecho por unservidor. ¡¡Adiós y gracias!!

- ¡Adiós salao! Otro día me traes a Juanele, que tengo ganas de verle.

........

- ¡¡Hombre dónde se ha metido el literato!! ¡Al menos yo, tu hijo Juanele, está esperando a leer en tu relato la tan famosa lluvia de papeles!

- ¡Ay Juanele! Tu "tita" Emilia,.....la he visitado. ¡¡Quiere verte!!..
......¡¡¿"la lluvia de papeles"?!!...Me temo que será otro día, hoy no va a poder ser, es que.......estoy liado con otros asuntos más urgentes.

- ¡No es mi "tita", pero......!Ja ja ja ja ja
......¡¡El relato continuará mañana!! ......Papi, papi,...me parece que te estás copiando de un personaje de José Mota.....

- ¡¡¿De qué me estás hablando Juanele?!!

- ¡¡¿De que me......?!! .....Ay..ay ....ay....Papi, del moroso que nunca paga y siempre termina con la frase: "....hoy no,......Mañaaaaana"

- Pues lo siento mucho. Hoy tengo que hacer otra cosa más importante. Y por cierto....¿los deberes cómo los llevas? ¡¡Antes de ponerte con los juegos o con la tele quiero ver y corregirte los ejercicios!!

- ¡¡vaaaaaaaleeeeeee!!

El abuelo se quedó pensando un rato, y para darle un poco de tiempo a la nieta Luisilla, mandó al hermano a hacer una "tarea de entretenimiento".

- La lluvia de papeles......¡ay!...¡ay!....que no estoy seguro de recordarla tal y como era. Verás.....¿tú serías capaz de llegarte a mi dormitorio y traerme un libro de tapas negras, que pone en la portada con letras doradas unos números?...

- Siiiiiii yaaaayoooooo. Pero....¡¿me vas a contar esa historia?! ¡¡¿Si o no?!!

- Si hombre siiii. Te la voy a contar. Pero quiero que me traigas ese libro porque ahí la tengo anotada y quiero leértela tal y como la escribí en una ocasión.

- Bueno, iré yayo; pero si viene mi hermana le dices que se espere a que yo venga para escuchar la historia.

- Tranquilo Amador, que no se va a adelantar nadie porque la historia la traerás tú en ese libro. ¡¡Venga no te entretengas que pronto nos llamará tu madre para la cena!!

Contento y a paso ligero emprendió el camino el nieto, deseoso de escuchar de boca de su yayo aquella historia tan rara, que él y su hermana nunca habían conseguido escuchar, sólo nombrarla de oídas por los mayores.

- ¡¡Luisa....Luisilla!! No te vayas muy lejos que tu hermanito ha ido por un libro y quiero contaros la historia de la lluvia de papeles que yo ví. ¡¡Aprovecha que ya me la habías pedido en varias ocasiones y siempre surgía otra cosa y no podía contárosla!!

- ¡¡Yayo....yayo....empieza ya antes de que llegue mi hermano!! ¡Yo quiero ser la "prime"!

- ¡Mira que sois los dos iguales! No voy a empezar sin tu hermano porque él es quien trae el libro de notas donde lo tengo escrito.

- ¿Pero no te la sabes de memoria? ¡Con la de veces que se la has contado a mi mamá!

- ¡No quiero olvidar nada de la historia! Así que os leeré lo que escribí en ese libro........¡Mira ahí viene ya tu hermano! corriendo como si le fuera la vida en ello, ja ja ja ja ja ja.

- ¡¿Yayo.....yayo.....estos números en la tapa del libro que significan?! ¡Qué título más raro para un libro: "5151"!

- Algún día os lo contaré. Ahora la historia. Poneros los dos cómodos; es una historia real que yo viví y que aunque es corta es bonita. En este libro la titulé "Lluvia de verano muy suave".Dice así:

<<< En ese mismo instante, el sol comenzaba a perder su posición perpendicular, la gente esperaba resguardada en el frescor de sus casas hasta pasada "la hora de la siesta" (la siesta es algo muy particular de cada durmiente, algunos pueden entablar conversación con Morfeo algo más de una o dos horas, y aún más) para salir a tomar el fresco. El verano era y es bastante sofocante en el pueblo de la lluvia suave, que era como los romanos y, después, los árabes denominaron a la villa.

Algún que otro perro cruzaba el campito de fútbol cercano al colegio del pueblo, intentando encontrar alguna sombra o al menos tumbarse en la parcela de las "pajitas" (así era denominada una parcela de algo más de una fanega, que estaba sembrada de cebada, los chavales nos comíamos, a escondidas, los brotes tiernos de cebada; arrancando las cañas o pajitas conseguíamos llegar a la parte tierna de la planta que se desprendía del cepellón de la planta) rodeado de frescor verde.

De repente, con un sonido sordo y lejano, nuestro personaje comenzó a oír el batido de las aspas de un helicóptero; por aquellos eriales no era normal ver pasar aparatos de este tipo. Volaba bajo y a velocidad más bien baja.

- ¿A qué habrá venido este helicóptero? Se preguntó.

La respuesta no se hizo esperar. Del aparato comenzó a caer papeles. Papeles lanzados por la ventanilla, que sería la del acompañante.

Ocurrió lo que suele ocurrir, lo normal en los chavales: recoger todo aquello que es nuevo y curioso. Y con la ventaja de que él estaba solo en el campito de fútbol y no había nadie más que pudiera arrebatarle aquellas ofrendas lanzadas.

Los papeles, en cuestión, eran postales con imágenes un tanto extrañas para que apareciesen en una postal; soporte idóneo para mostrar paisajes, animalitos vestidos, “Recuerdo de tal pueblo”, etc. Las imágenes que aparecían eran una aceitera (con su aceite) de cristal, un sombrero cordobés, una bailadora flamenca (de traje corto) y, si la memoria no falla, un olivar.

Su satisfacción era enorme, ya que pudo recoger gran cantidad de postales y repetidas un "montón". Lo normal, estaba nervioso de poder acaparar tal cantidad de postales y ponerlas en orden para mostrárselas a su hermana y a su madre.

Revisando las imágenes, su madre miró el reverso de las postales; y en todas ellas aparecía la misma frase:
¡Consuma aceite de oliva!

Podría parecer algo atípico este mensaje en tierras de olivos. Pero tiempo atrás los entendidos en salud pregonaron por todos los medios de comunicación que el aceite de oliva era menos sano para consumo humano que el aceite de girasol.
Nunca se podrá saber si todo ello fue un montaje de marketing. Es lo más probable. Nuestro personaje recordó como en su casa por esas fechas lo normal era consumir el aceite de girasol para las tostadas, ¡con lo insípido que era!

Tampoco se podrá saber si en aquellos años, de los 70, el precio del aceite de oliva pasó por un período de encarecimiento. Podría ser. Y tras retornar a la normalidad, algunos empresarios vieron positivo el publicitarlo de aquella manera.

Desde luego aquella fue una lluvia de verano muy especial y suave. Las gotas podían almacenarse sin mojar la caja.

Las postales, guardadas en la caja metálica del “cacao” de 5 kg, se perdieron tras varios traslados forzados por el cambio de destino de trabajo del padre.
Pasados los años, aún sigue recordando aquella lluvia de postales.

Mientras vivió en el pueblo de la lluvia suave, este hecho no se volvió a repetir.
¡Quién pudiera recuperar alguna de aquellas gotas de lluvia!>>>

- ¡Esa es la historia de la lluvia de papeles!

- ¡Pero en la historia tú no dices que eres tú! ¿Por qué? ¿Cómo sé yo que no te la has inventado o copiado de otro libro?

- ¡Si yayo por qué no dices quien eres en la historia que tienes escrita en el libro! ¡Pero a mí me gusta yayo!

- ¡Y a mí también yayo!

- Un día que tengamos tiempo, vamos a rebuscar en los baúles de hierro, a ver si encontramos una cajita de Cola-Cao en la que guardé esas postales. Espero encontrarlas y mostrároslas.

[Continuará.......]

[La intrahistoria de la historia del relato de EL ÁRBOL DE LOS AROMAS......
......¡¡¡Veremos a ver si al final el autor va a tener un disgusto con el CIE o con la CIA o con la TIA o con Mortadelo y Filemón!!! ]

- Bueno....bueno. Ya tengo la clave para poder acceder al blog. A ver si puedo copiar lo de la lluvia de los papeles, que.....si mal no recuerdo no era así el título; en fin ya lo veré cuando lo encuentre. En fin vamos allá, escribiré la dichosa clave: *******, le doy a Enter y.....

- ¡¡¡Acaba de entrar en los Servicios Informáticos del Centro de Inteligencia Europeo!!! ¡¡IDENTIFÍQUESE CON SU PASSWORD!! - ¡¡DE LO CONTRARIO ESPERE INSTRUCCIONES!! ¡¡NO SE MUEVA DE DONDE ESTÉ!! - ¡¡HA ACCEDIDO A UN LUGAR PROHIBIDO!!

- ¿¡¡Pero…..esto qué puñema es!!? ¡¡Si antes con esta clave a donde accedía era a mi blog...!!......¿Centro de Inteligencia Europeo?

- Riiiiinnnngggg.....Riiiiinnnnggggg....Riiiinnnnngggg....

- Papiiiiiii....papiiiiiiii....Está sonando el teléfono....¿puedo cogerlo?

- ¡Vaya ahora el teléfono, qué oportuno!................Estooooo, sí Juanele cógelo y pregunta quién es. Si es otra vez el que llama desde el quinto pino con la idea de que me cambie de compañía de teléfono...dile que ya he puesto una queja a la Agencia de Protección de Datos....

- Holaaaaa....¡Dígame!...............

- /&% s1=¿987&&5%% djsi hduek%y3w8¡¡¿?%?3jnv9wd9en kd9ed ejfi

- No entiendo nada....¡Papi....me parece que es un bromista! ¿Cuelgo verdad?

- Si Juanele cuelga.....Esto...¿qué ruido es ese Juanele?

Pero...pero...pero....¡¡¿Oiga y usted quién es?!! ¡¡¿Cómo ha entrado en mi casa?!! ¡¡Ahjj....ahjj....aggggff....brrgfffgggg...!! ¡¡Socorr.....ahggg....!!




- Parece que está volviendo en sí. ¡Llame inmediatamente al equipo médico y al grupo de investigación contra el crimen organizado!

- A la orden.

- ¡Ah! Y no se olvide de tener controlado en cada momento al tal Juanele. Ya más tarde habrá que interrogarlo también. Pero que no le falte ni comida ni bebida; y...si necesita ir al baño....que lo acompañe un agente....¡En ningún momento lo deben dejar solo!

- Brrrrffffgggg....brrrffggg...brrrfffgg....¡Eh....eh....eh....! ¡Usted....usted....! ¿Quién es usted...dónde estoy...qué me ha pasado?

- ¡Buenos días!..........Aquí las preguntas las haremos nosotros; usted limítese a contestar con la verdad; y todo esto no será más que una pequeña pesadilla que con el tiempo olvidará.

- ¡Cap....llo! Por su actitud entiendo que esto no es un hospital ni un centro de salud. ¡Al menos dígame por qué estoy como estoy! Amarrado y con unos pañales puestos..¿¡¡*+/&!!?...........¿Estoy secuestrado? Brrrfffgggg.....bfgrrrfffggg....

- Nombre, cuerpo y rango militar....¡¡vamos sin tonterías!!

- ¡Eh..eh..! ¡Qué yo no soy militar! ¡¡¿Pero esto qué broma es?!!

- ¡Ah no es militar! Pues me lo pone peor aún. Así que es un Agente secreto y además hacker, intentando entrar en los servicios informáticos del Centro Inteligencia Europeo....

- ¡¡Yo no soy ni Agente secreto ni ningún hacker!!...¡por Dios! No soy ni Agente de medio ambiente, aunque sí trabajo en temas del medio y de la naturaleza en general.

- ¡¡Menos historias y comience a contestar!! ¡¡¿Cómo logró la clave para acceder a nuestros sistemas informáticos?!!

- ¡¡Pero si yo sólo lo que quería era entrar en un blog mío y de una amiga para poder rescatar un texto que tenía allí almacenado!!......¡¡¿Tan difícil es entender esa respuesta?!!.....¡¡Que no soy agente secreto.....que no soy espía.......brrrgggg......brrgggggg....!!

- ¡¡Rápido sédenlo!! y al cuarto oscuro por un buen tiempo.


[Lo que le va a costar al autor conseguir un relato lo más decente posible. ¡¡Pues sí que se ha puesto difícil la cosa de ser escritor!!

Y eso que es sólo la intrahistoria de la historia del relato; que si llega a ser la vida misma....¡¡¡!!!]