Los tiempos cambian, las personas menos Carlos III creyó resolver el problema del bandolerismo andaluz cuando en el siglo XVIII decidió repoblar Sierra Morena. Tres siglos más tarde, se va comprobando que Carlos III fracasó estrepitosamente; lejos de resolverse, el bandolerismo andaluz va en aumento. El problema es que ahora es más complicado desenmascararlo. Los bandoleros del siglo XVIII atracaban con sus trabucos, jugándose la vida, robaban a los ricos para dárselo a los pobres... Los del siglo XXI han perfeccionado la técnica y actúan de forma más sofisticada, encubiertos bajo nobles ideales con los que engatusan a la fácilmente manipulable ciudadanía andaluza, no se juegan sus vidas si no sus despachos, y roban a los pobres para enriquecerse ellos mismos. Puede que suene fuerte lo de "bandoleros". ¿Qué nombre le damos, si no, a quien gasta dinero público, de los parados, en juergas, en empresas creadas para enriquecimiento personal/familiar/amiguetes/conocidos, en decorar autobuses con dinero dedicado a la formación, a quien concede una indemnización a quien nunca ha trabajado, a quien, presuntamente, falsea facturas, a quien falsea desplazamientos y dietas para percibir sobresueldos, a quien cobra sobresueldos en billetes de 500€...? Para defender a estos bandoleros no me digáis que en el resto de España para igual, que ya lo se. No me justifiquéis estos descalabros con los descalabros de los otros, que los conozco. Odio ambos con la misma intensidad. Mi comentario no pretende molestar a nadie, de verdad. Sólo me gustaría provocar la reflexión desde un punto de vista crítico para no dejar espacio a nadie que de forma interesada nos "interprete" la realidad. Recordemos que un pueblo instruido es un pueblo crítico y representa la amenaza más grande para el poder. Mis respetos, por otra parte, para los políticos honrados, que también los hay, de todos los colores. |