TORMENTA. de J,R. Jimenez para vosotros. Miedo. Aliento contenido. Sudor frio. El terrible cielo bajo ahoga el amanecer. (No hay por donde escapar.) Silencio... El amor se para. Tiembla la culpa. El remordimiento cierra los ojos. Mas silencio... El trueno, sordo, retumbante, interminable, como un bostezo que no acaba del todo, como una carga de piedra que cayera del canit al pueblo, recorre, largamente, la mañana desierta. (No hay por donde huir.) Todo lo debil-flores, pajaros-desaparece de la vida. Timido, el espanto mira, por la ventana entreabierta, a Dios, que se alumbra tragicamente. Alla en oriente, entre desgarrones de nubes, se ven malvas y rosas tristes, sucias y frias, que no pueden vencer la negrura. El coche de las seis, que parecen las cuaro, se siente por la esquina, en un diluvio, cantando el cochero, por espantar al miedo. Luego, un carro de la vendimia, vacio, deprisa... ..¡Angelus! Un Angelus duro y abandonado solloza entre el tronido. ¿El ultimo Angelus del mundo? Y se quiere que la campana acabe pronto o suene mas, mucho mas, que ahogue la tormenta. Y se va de un lado a otro, y se llora, y no sabe lo que se quiere... (No hay por donde escapar.) Los corazones estan yertos. Los niños llaman desde todas partes... Saludos. Demofilo. -¿Que sera de Platero, en la indefensa cuadra del corral? |