Santisteban del Puerto - Jaen

Siempre me he sentido bien conmigo mismo cuando me han preguntado de donde soy. Con gozo he respondido: de Santisteban del Puerto, provincia de Jaén. ¿¡Hombre!? De la tierra del ronquío. Sí -respondía yo- de la tierra del ronquío. Otros indicaban: “así que eres aceitunero altivo”, con la misma alegría respondía: “efectivamente, soy aceitunero altivo”.
Todos los que hemos salido de “nuestra tierra” –no importa de qué provincia –, nos ha tocado lidiar con los naturales del lugar; unos se han dirigido a nosotros con simpatía, otros –desgraciadamente–, con prejuicios y rechazo.
También es cierto que aquellos paisanos que desde un principio no han sabido ir adaptándose poco a poco a la nueva realidad social, tampoco han sido muy amables que digamos con los nativos de ese mismo pueblo. Como en todas partes cuecen habas, en el pueblo donde nos ha tocado vivir, tampoco era una excepción. Se cocían igualmente las habas del rechazo, la indiferencia, y el vete a tu tierra si tan a gusto estabas en ella. Te gustase o no, son las realidades sociales de aquellos tiempos. Ahora les está tocando a otros inmigrantes con el agravante de pagar –como siempre – justos por pecadores.
¿A qué viene toda esta retahíla de explicaciones, o que trato de decir con tanta ceremonia? Es simple. En este foro –que tampoco es una excepción de malos modales–, cuando leo cómo se “crucifica” a las personas, personas con nombre y apellidos, incluso a lo que en su vida se dedican, haciendo de esas personas mofa, escarnio, irrisión , guasa, etc., etc., me entra tristeza, mucha tristeza y vergüenza. Pienso en “mi” pueblo y me digo a mí mismo: “no, no somos una excepción, la corrupción moral, deshonesta, lingüística y los verdaderos valores humanos que deben ser la norma de la convivencia social, están corrompidos. Hay personas que disfrutan haciendo el mal en detrimento de todo el pueblo. Me pregunto: “estos personajillos son del pueblo ¿o, por el contrario son espontáneos de otros lugares que entran a fastidiar?” Sea como fuere, los escritos anónimos que ensucian a personas son propios de cobardes, de miserables sin conciencia. Me da igual de qué persona se hable; si se habla para bien, para edificar, para aportar un poco de alegría al foro, bienvenidos sean esos anónimos, da igual que se firmen con x, z, o que hagan llamar de mil maneras por que las intenciones son nobles. Pero, esos otros anónimos que se dedican a la infamia, a la afrenta, al ultraje, a la injuria, porque no tienen cojons a presentarse a esa persona, cara a cara y plantearle el problema que sea, se merecen el mayor desprecio.
No sé lo que opina el Sr. Administrador de este foro de estos sujetos, opino, ni siquiera es un consejo, es una opinión muy personal, el Sr. Administrador, debería borrar, como ha hecho otras veces, esos mensajes injuriosos, vejatorios que en nada dignifican este foro.
Por mi parte, a pesar de sufrir tanta tristeza y vergüenza, quien me pregunte de donde soy, seguiré con gozo declarando lo mismo: “Soy de Santisteban del Puerto, provincia de Jaén. La tierra que nuestro gran poeta y dramaturgo, Miguel Hernández Gilabert, (nacido en Orihuela, el 30 de octubre de 1910, en provincia de Alicante), se dignó elogiar nuestra tierra con aquello de los “Aceituneros andaluces de Jaén” y que tan maravillosamente muchos cantantes, a través de su música han dado a conocer en todo el mundo.

ACEITUNEROS

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.

Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?

Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.

No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.

Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.

¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?

Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.

Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.


Mi nombre es Julio José, quien quiera saber más de mí, o pedirme explicaciones, o insultarme por lo que he escrito sólo tiene que darme su correo o simplemente llamarme al móvil 619148554. Con sumo gusto atenderé cuanto quiera saber. (¿…?)

Querido amigo:estoy segura que los Santistebeños no tienen intencion de amargarle la vida a nadie,de hecho la gente de fuera se va bien agradecida,creo que las cosas se han salido un poco de contesto,la causante es la innorancia.Hay mucha gente que no sabe reacionar de otra manera sino que estar a la ofensiba,seguro que mucha gente no ha escrito con maldad alguna.
Dijo Jesus, Padre perdonales porque no saben lo que hacen.
Saludos,de una santistebeña que esta oorgullosa de serlo.

Tu puedes estar orgullosa de ser santistebeña, pero por favor, no defiendas lo indefendible, la maldad reina por su poca ausencia

Querido amigo,hasta los pelos de la cabeza estan contados.
Miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros.Jesus empezo a hablar,dirigiendose primero a sus discipulos:Cuidado con la levadura de los fariseos,o sea,con su hipocresia.Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse,nada hay escondido que no llegue a saberse.Por eso, lo que digais de noche se repetira a pleno dia,y lo que digais al oido en el sotano se pregonara desde la azotea.Querido amigo, en esta vida tarde o temprano todo se sabe.un saludo.