No existe memoria digna sin recuerdo ni presencia No existe memoria digna sin recuerdo ni presencia. Federico García, ¿adónde estás tú, Federico? El fascismo persiguió tu vida y la exterminó. La memoria histórica buscó sobre pasto y risco y volatizó por la misma historia que amañó. ¿Padre y amistad pudiente, pagano a disidente, evapora restos de Víznar, campo y encinar...? ¿Entrega maternal, sin caminar ni parapente, en que dormirás entre llanto, flores y pinar...? El tiempo muere pero los recuerdos sobreviven entre la pena y memoria que Lorca nos presenta. Tus restos se marcharon a cobijo en que perviven: ¿al abrigo del cariño, del llanto y la placenta...? ¿Te busca, encuentra, reconduce, te reza y recoge, mujer no parturienta que ama y adora por casto, en pureza de sangre y latir de dama que encoge, por la madre que vela al retoño, en muerte y espanto? Agustín Conchilla
|